Fusilamientos del 9 de junio de 1956: “No hay grieta, hay un profundo odio contra el peronismo”
“En junio de 1956, el peronismo derrocado nueve meses antes realizó su primera tentativa seria de retomar el poder mediante un estallido de base militar con algún apoyo civil activo. La proclama firmada por los generales Valle y Tanco fundaba el alzamiento en una descripción exacta del estado de cosas. El país, afirmaba, ´vive una cruda y despiadada tiranía´; se persigue, se encarcela, se confina; se excluye de la vida cívica ´a la fuerza mayoritaria´; se incurre en ´la monstruosidad totalitaria´ del decreto 4161 (que prohibía mencionar a Perón); se ha abolido la Constitución para liquidar el artículo 40 que impedía ´la entrega al capitalismo internacional de los servicios públicos y las riquezas naturales´; se pretende someter por hambre a los obreros a la ´voluntad del capitalismo´ y ´retrotraer el país al más crudo coloniaje, mediante la entrega al capitalismo internacional de los resortes fundamentales de su economía´”. Así describe Rodolfo Walsh en su libro “Operación Masacre” el acontecimiento que pasó a la historia como la represión brutal de la dictadura de Aramburu. En 1956, un sector del ejército leal a Perón y al pueblo peronista intentó hacer caer la dictadura de Aramburu, en el marco de la proscripción. El plan de los revolucionarios era interferir la transmisión de radio de una pelea de box en el Luna Park, que seguramente tendría a gran parte de la población en escucha, y anunciar el estado de situación. Pero la insubordinación fue descubierta y la represión fue brutal. Entre Buenos Aires y La Plata 27 personas fueron fusiladas, el General Valle entre ellos. En el epílogo de la segunda edición, escrito en 1964, Walsh expresa con tristeza las cosas que cree no haber logrado con su libro. Son ciertas. Pero también es cierto que logró forjar una memoria colectiva valiosa que colaboró a la memoria historia del pueblo peronista.
En una entrevista con AGENCIA PACO URONDO de 2023, Mario Brión, hijo de uno de los trabajadores peronistas fusilados en junio de 1956 en José León Suarez, habló del odio antiperonista. "No hay grieta, hay odio. Un profundo odio y rencor contra lo popular, lo nacional, contra el pueblo, manifestado con el correr de los años. Hasta no hace mucho ese odio se expresaba con muertes, proscripciones, persecuciones, torturas, desapariciones. Actualmente lo comprobamos todos los días hasta en los mínimos detalles."
Además, Brión recordó: "Parecería que pretenden ocultar de la memoria popular que justamente ese movimiento llegó siempre por el voto popular a presidir la República, y no recuerda (o se hacen los olvidadizos) que todo el odio cae siempre sobre el peronismo, las bombas sobre Plaza de Mayo, los asesinatos y fusilamientos de José León Suárez, 18 años de proscripción, el decreto 4161/56, el decreto secreto 9880/58 en conjunción con el Decreto 2628/60 creando el Plan CONINTES (Conmoción Interna del Estado), el Decreto Ley 2713/63 que reinstauró la vigencia del que nombre en primer término y para no abundar demasiado la Doctrina de la Seguridad Nacional de la última dictadura cívico militar".
En este mismo sentido, el militante peronista señaló: "Mi padre era peronista desde la llegada del coronel del Pueblo, el coronel Perón, allí se dió cuenta que sus derechos comenzaban a surgir, que el pensamiento que regía los destinos de la patria enfoca hacia los trabajadores, nacían los Estatutos de peones, los derechos sociales y abrazó con la inmensa mayoría del pueblo al movimiento que comenzaba a dignificarlo. Se unió al gremio y a la Fundación Evita, allí conoció y nació su amistad con él también poco recordado en estos tiempos Andrés "el negro" Framini, y fue en esa amistad de compañeros que se unió cuando comenzó a gestarse el Movimiento de Recuperación Nacional del 9 de junio de 1956, que nacía desde el pie con Framini y Armando Cabo uniéndose al Gral. Valle".
"Era necesario lograr la declaración de crímenes de lesa humanidad, recordemos que son cometidos como parte de un ataque general o sistemático contra civiles en tiempo de paz o de guerra, que incluyen tortura, desaparición forzada, homicidio, esclavización, deportación y actos de violencia sexual y de género, incluida la violación. Los genocidas de la autodenominada "revolución libertadora" rebautizada por el pueblo como revolución fusiladora, jamás fueron juzgados, se beneficiaron con las leyes de autoamnistía que ellos mismos dictaron. Más increíble es que los civiles que acompañaron a esa dictadura, luego se "camaleonizaron" mezclados en las democracias, hasta siendo legisladores, diputados, senadores, ministros", concluyó.
En este día histórico de conmemoración su testimonio se vuelve fundamental.