La libertad desvirtuada por Milei: de Sartre a Perón

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DEBATES

La libertad desvirtuada por Milei: de Sartre a Perón

11 Septiembre 2024

Desde el 10 de diciembre pasado, la palabra libertad se impuso como una de las palabras principales de la vida nacional. Es mencionada por el presidente Javier Milei a cada rato. Pero esta palabra es mucho más que un slogan economicista que expresa la no intervención del Estado a costa de los más débiles, sino que tiene un trasfondo mucho más complejo y rico.

Fue el filósofo francés Jean Paul Sartre, el que sostuvo en un momento inicial de su pensamiento el concepto central de la libertad absoluta (el Ser y la nada,1943).  La idea originaria de Sartre es que cada uno puede forjar su destino sin que nada determine su comportamiento-aun en nuestros condicionamientos-.

El planteo de Sartre evolucionaria y cambiaria con el tiempo respecto al peso de los condicionamientos. Pero aquella idea original aportó una discusión con aquella visión dentro del marxismo, que sostenía de forma mecanicista que la condición de clase determinaba absolutamente el comportamiento social (la idea de que la base determinaba la superestructura).

El pensador francés también planteo un debate hacia el interior del psicoanálisis, ya que Sartre señalaba que los errores de la adultez no podían justificarse por los problemas de la infancia. En ese marco construyó el existencialismo, que habilitó a pensar la vida como una sucesión de pequeños momentos donde se enfrentaban o se resolvían los problemas de la libertad, de unos y de otros.

Además, Sartre comprendía que el problema de la libertad se asociaba al de la igualdad, ya que, si somos libres, pero no iguales, habrá algunos más libres o con más posibilidades que otros. Esta discusión parece más vigente que nunca en el modelo económico y social que plantea el presidente Javier Milei.

El individualismo necesita desvirtuar la libertad para desvincularla de la igualdad y la fraternidad, y llevarla al egoísmo o mejor dicho a la imposición irracional sobre los otros. Este planteo encuentra también un eco en el General Juan Domingo Perón y en el célebre texto Comunidad Organizada (1949). En su obra, el histórico líder del Pueblo argentino puntualiza en su evocación a Santo Tomas de Aquino, que la libertad de la voluntad es un supuesto de toda moral. Es decir, solamente las acciones libres, derivadas de una reflexión racional son morales. En este mismo sentido Perón expresaba que la libertad fue primamente sustancia del contenido ético de la vida.

Todos estos planteos sobre el peligro de la desigualad social parecen fundamentales en nuestro país que tiene los índices sociales que tiene.

Para finalizar tal vez sea importa resaltar que existen cuestiones no circunstanciales, y que la igualdad o el respeto no son elementos de la voluntad sino valores necesarios y absolutos de la vida en sociedad, que son parte del contrato social imperante en cualquier país organizado. La ruptura de ese el contrato social puede generar consecuencias imprevistas y en ese trance nos encontramos.