Cámpora al gobierno, Perón al Poder: la historia que no se repite
En 1972 la dictadura de Lanusse entraba en franca retirada y el partido militar jugaba sus últimas cartas. Después de 18 años de proscripción del peronismo, el régimen militar terminaba aceptando convocar a elecciones más o menos libres. Porque si bien aceptaban que el peronismo presente sus candidatos y voten, no digerían que Perón volviera a ser presidente. Así que inventaron una cláusula trampa, que, para ser candidato, Perón debía retornar al país antes del 25 de agosto. El peronismo juvenil respondió con la consigna “Lanusse marmota- Perón va a volver cuando se le canten las pelotas”.
Perón volvió el 17 de noviembre de 1972. El 14 de diciembre en el Congreso del PJ en el Hotel Crillón se proclamó la formula Cámpora-Solano Lima.
Perón sopesó que si forzaba ser candidato le daba la excusa a la dictadura para volver a la proscribirlo, entonces hizo una jugada intermedia, poner un candidato de transición que una vez ganada la elección convocase a elecciones libres.
Juan Manuel Abal Medina en su reciente libro “Conocer a Perón” desmiente la fábula inventada por Miguel Bonasso, de que Cámpora fue obligado a renunciar. Abal explica que en su presencia Cámpora aceptó la candidatura a presidente con la condición de renunciar para llamar a elecciones libres con Perón de candidato.
Cámpora era un gris dirigente “pejotista” (así lo llamarían hoy), sin mayores méritos que su absoluta lealtad a Perón y el haber sido su Delegado en la última etapa. Cuenta Abal Medina que en el Crillón dos sectores pugnaban porque el candidato sea Perón o nada. Uno el sector de Coria influenciado por los militares y el otro era la intransigencia peronista que por diferente motivos también empujaban lo mismo. Ambos le hacían el juego al gobierno. Y la estrategia de Perón era muy clara.
A tal punto la estrategia era clara, que la consigna electoral fue: “Cámpora al gobierno, Perón al poder”.
Cámpora asumió el 25 de mayo de 1973. Un mes después, el 20 de junio Perón regresó de Madrid y el 13 de Julio, tal lo acordado, renunció Cámpora para llamar a elecciones libres que Perón gano por el 62% de los votos el 23 de septiembre.
Naturalmente a partir del 20 de junio, el poder real pasó de la Rosada a Vicente López la residencia del General. Nadie le interesaba qué opinaba o decía el presidente formal y todo circulaba alrededor de Perón que era el poder real.
Es decir, en un contexto de dictadura, con Perón y el peronismo proscripto explícitamente desde 1955, el atajo fue un gobierno de transición que duró 45 días. En ese caso la estrategia funcionó porque no hubo simulaciones ni doble comando. El poder del peronismo y del gobierno estaban en las mismas manos.
Hace unos días, Carlos Bianco la mano derecha de Axel Kicillof expresó con todo sentido común “la próxima o próximo candidato presidente debe ser quien además conduzca el peronismo”.
Creo que para todos esta claro. Esto significa: si Cristina va a ser la candidata a presidenta, que lo defina ya, y el peronismo se encolumnara o no, detrás de su candidatura y conducción. Y si considera no serlo, pues que le de paso a quien asuma ese desafío, que hasta hoy puede ser Axel u otro compañero.
Lo que la sociedad no nos va a bancar nuevamente, es el doble comando que vivimos en el reciente gobierno de Cristina-Alberto.
Argentina está viviendo momentos muy críticos y el peronismo pasa por una crisis al borde de lo terminal. Es momento de mirar de frente a la sociedad que nos dio la espalda y proponerle claramente que queremos hacer y con quien lo vamos hacer.
Si lo que se viene es la repetición del enésimo operativo clamor Cristina Presidenta, para que veinticuatro horas antes de la presentación de listas, Cristina nos diga quien va a ser el candidato, está visto, eso no va a funcionar.