Iris Avellaneda, “El Campito” y un testimonio que sobrevivió al horror de la última dictadura

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Iris Avellaneda, “El Campito” y un testimonio que sobrevivió al horror de la última dictadura

22 Julio 2020

Por Juan Borges

La guarnición militar Campo de Mayo, localizada a 30 km de la Ciudad de Buenos Aires, comprende una gran extensión equivalente a un cuarto de la superficie de la Ciudad de Buenos Aires, se expande sobre nueve ciudades y cuatro partidos del Gran Buenos Aires. En la última dictadura, se utilizó para coordinar el accionar represivo en un amplio territorio del Conurbano Bonaerense llamado Zona 4 e incluia Vicente López, San Martín, San Isidro, San Fernando, Tigre, Tres de Febrero, General Sarmiento (hoy partidos de San Miguel, José C. Paz y Malvinas Argentinas). Allí funcionó también el Batallón de Aviación 601, unidad militar que dependía orgánicamente del Comando de Aviación de Ejército.

Iris Avellaneda es una sobreviviente de ese infierno llamado “El Campito”, allí estuvo secuestrada y en ese lugar estuvo también su hijo Floreal “El Negrito” Avellaneda quien fuera asesinado y arrojado en los vuelos de la muerte. Iris es presidenta de la Asociación de Sobrevivientes, familiares y compañeros de Campo de Mayo y codirige la Liga por los Derechos del Hombre. Lejos de haber sido vencida por el dolor de perder a su hijo se fortaleció. Su lucha se convirtió en un faro para aquellos y aquellas que luchan por los Derechos Humanos. En una conversación con AGENCIA PACO URONDO la referente en la defensa de los humanos ofreció su testimonio.

APU: ¿Cómo llegó usted al CCD "El Campito" y cuál fue su experiencia allí?

Iris Avellaneda: El 26 de Abril de 1976 fuimos secuestrados mi hijo y yo, nos llevaron a la comisaria de Villa Martelli y de ahí al Campito. Quince días secuestrados y torturados, simulacros de fusilamientos. Fue una estadía terrible, en una cama de flejes mojada y a la vez picaneada por todos lados más sensibles, me quemaron las glándulas mamarias. Cuando salí en libertad tuve otro hijo pero nunca pude amamantarlo.

Fuimos secuestrados mi hijo y yo. Después nos separan y por testigos en el juicio de Campo de Mayo me entere que mi hijo “El Negrito “Avellaneda también estuvo en El Campito ya que yo no estuve con él. Tenia 15 años y lo torturaron tanto que lo mataron acá y lo arrojaron por los vuelos de la muerte en el Uruguay. Su cuerpo apareció justo cuando cumplía los 16 años. Era un chico lleno de vida y proyectos, quería estudiar mecánica de avión. Los genocidas lo mataron como a un animal, lo mataron por “empalamiento”. Fue una represalia porque su padre se les escapo.

APU: ¿A usted la trasladaron a una cárcel común después?

IA: Fui trasladada a la Unidad n° 8 de Olmos y ahí estuve un año. Después fui trasladada a Villa Devoto casi tres años estuve. Salí en libertad dispuesta a encontrar a mi hijo, sin saber que ya lo habían matado. Recién después de unos días ya en libertad me contaron de la muerte de mi hijo.

La señalización del Campito y su reconocimiento nos costó muchas lágrimas, mucho esfuerzo. Hace un año que soy presidenta de la Asociación de Sobrevivientes, familiares y compañeros de Campo de Mayo. Nosotros y otras organizaciones de Derechos Humanos pudimos lograr que se señalizara.

Cada un mes y medio vamos al “Campito” a homenajear a todos los compañeros caídos y que pasaron por allí, es emotivo entrar y la señalización fue algo inmenso. Era señalar donde estaban los centros de tortura de nuestros compañeros. El día de la señalización hubo más de 1500 personas acompañándonos.

APU: ¿Qué mirada tiene de los derechos humanos hoy en plena pandemia?

IA: Las organizaciones que verdaderamente sentimos los Derechos Humanos seguimos como sea, nos reunimos en zoom y discutimos documentos, debatimos, sacamos escritos sobre temas puntuales de la realidad actual en las que apoyamos o repudiamos situaciones según la situación.

Repudiamos por ejemplo las marchas anti-cuarentena en contra de este gobierno o la desaparición de Facundo Castro. La derecha con Macri a la cabeza estuvo cuatro años y fundió al país, ahora quieren buscar la vuelta para desestabilizar a este gobierno, son fachos. No soporto el odio que le tienen a este gobierno pero tenemos que luchar para defenderlo.

Lamentablemente nos está pasando la desaparición de Facundo, es muy grave verdaderamente. El tema es que se le dio demasiado poder a la policía y ellos utilizan su poder contra los humildes y llegan hasta lo peor. Pienso que el gobierno tendría que frenar esto y no dejar que acumulen tanto poder y violencia contra los sectores más humildes.