Dictadura y Medios: Morales Solá y Chiche Gelblung, los colaboracionistas

  • Imagen

Dictadura y Medios: Morales Solá y Chiche Gelblung, los colaboracionistas

22 Marzo 2012

Los medios de comunicación fueron impulsores y protectores de la Dictadura Cívico Militar que se desarrolló en la Argentina entre los años 1976 y 1983.

Clarín, La Nación, La Prensa, La Razón, Somos, Siete Días, Editorial Atlántida, por citar algunos ejemplos, fueron cómplices y colaboradores de los delitos que se llevaron a cabo por parte de la Junta Militar que tomó el poder el 24 de marzo de 1976. Miles de periodistas fueron obligados a exiliarse, muchos fueron muertos y otros continúan desaparecidos. Ellos fueron la excepción a este pacto macabro entre genocidas y colaboradores.

La Dictadura operó secuestrando, torturando, matando, desapareciendo y robando bebés. ¿Por qué operó de esa manera? Porque necesitaba crear un estado de miedo y poder realizar su objetivo: desmantelar el Estado de Bienestar, destruir el entramado social que tenía la Argentina y aplicar su plan económico. Gran parte de este objetivo, fue logrado por el silencio y la complicidad de los medios de comunicación que estaban constituidos en el país. Ahora bien, este “trabajo sucio” tuvo sus premios, el más significativo fue Papel Prensa. Es ya conocida la foto de Ernestina Herrera de Noble con el genocida Jorge Rafael Videla, brindando por la inauguración de la planta de Papel Prensa.

El apoyo de los medios a la Dictadura, fue una estrategia inteligente que masificó y confundió la mente de muchos millones de argentinos.

Este artículo abordará dos casos emblemáticos que mantienen lazos con la actualidad. Estas plumas del régimen continúan hoy en día en la agenda pública y con gran presencia en distintos medios de comunicación. Son Joaquín Morales Solá, hoy columnista principal de La Nación, y Samuel “Chiche” Gelblung, actualmente en Clarín.

Joaquín Morales Solá

En el mes de febrero de 1975, el entonces general Acdel Edgardo Vilas, llegaba a Tucumán para exterminar a la guerrilla rural. Joaquín Morales Solá fue uno de los pocos periodistas que acompañaron los recorridos del general. Por ello, tuvo que explicarle a la justicia federal, en calidad de testigo, qué hacía en esos tiempos. Así fue su breve paso por La Gaceta de Tucumán, en el cual su notable desempeño por cubrir el Operativo Independencia fue motivo de un reconocimiento en el Día del Periodista por parte del gobernador en tiempos de la dictadura, el genocida Antonio Bussi.

Luego llegó a Clarín. Fue redactor del Panorama Político en los tiempos de Videla, Viola y Galtieri, Prosecretario de redacción –número dos de la redacción- y responsable de la sección Política, en la cual se mostraban hechos de exterminio y fusilamiento de militantes políticos como “enfrentamientos”. Ver vídeo.

Ya en tiempos democráticos, Morales Solá trató de dar un salto progresista en sus líneas, pero el cambio de época también llegó para demostrar que éste escriba del régimen no puede quedar impune por sus actos. Igualmente, desde sus columnas en el diario La Nación, no pierde oportunidad para enaltecer a los genocidas y reconocer el accionar de la Dictadura en el caso Papel Prensa.

Antes de terminar, una declaración de Morales Solá: "¿Qué hacía tal o cual periodista en 1976, 1977 o 1978? No hacíamos nada. Vivíamos bajo una dictadura y cada uno vivía de lo que podía y como podía. Sólo los que vivieron bajo el peso aplastante y gris de una dictadura saben que no había muchas más cosas para defender que pequeñas cuotas de dignidad". Y agrega: “Nadie sabia nada acerca de los crímenes y secuestros"

Samuel “Chiche” Gelblung

La historia de este inefable personaje es un poco más conocida. Él llegó, en marzo de 1976, a conducir la revista Gente (semanario más vendido de la época). Decía Pablo Llonto: “Si hay quienes creen que lo de Chiche es amarillismo, están equivocados. Chiche nunca fue amarillo. Fue gris, fue verde oliva, fue caqui. Fue tratante de genocidas, director de la revista Gente en la dictadura, demoledor del idioma, despiadado oportunista y su más importante servicio cultural a los argentinos ocurrió en los primeros años de la recuperada democracia cuando decidió restringir sus apariciones, escribir poco y hablar menos”.

Hay una declaración de Gelblung que dice todo: “Yo tuve tantos problemas con los militares como con los Montoneros y el ERP. Durante el Proceso tomé una posición muy clara: entendía que había una guerra, y en esa guerra elegí el lugar en donde estaba, que era en contra de la guerrilla. Eso no significa que haya avalado los métodos de la represión. Yo soy responsable de todo lo que salió en Gente durante el Proceso, desde la primera línea hasta la última, nadie me dio instrucciones, nadie me dijo qué tenía que poner y que sacar”.
Ahora veamos, qué es lo que salía en Gente por esos días: Uno de los casos más emblemáticos en el cual está involucrada la revista Gente es el caso de Alejandrina Barry. El padre de Alejandrina fue secuestrado y su madre se suicidó antes de ser apresada. Gente, Somos y Para ti publicaron fotos de ella a los tres años mostrándola como “los hijos del terror”, Gelblung era Subdirector de Gente en ese momento. “Mi causa tiene que ver con sacar a la luz el rol que los civiles cumplieron en la dictadura”, subraya Alejandrina.

Ella impulsa una causa por crímenes de lesa humanidad y los acusados son los directivos y periodistas de revistas de la Editorial Atlántida que, a fines de 1977, publicaron artículos con la foto de Alejandrina, entonces una niña de tres años que acababa de perder a sus padres, enmarcadas en una típica operación de “acción psicológica” para encubrir los secuestros, torturas y ejecuciones que eran moneda corriente: una niña “huérfana” por decisión de sus padres, “terroristas” que se resistieron a caer en manos de la coordinación represiva del Cono Sur, mientras según Gente, Para Ti y Somos “otros subversivos salvaron su vida rectificando el camino y entregándose a las autoridades”.

Dice Alejandrina: “En la Argentina hubo una dictadura cívico militar y un genocidio que no fueron obra de militares sueltos y locos, sino un plan premeditado llevado adelante junto con los grandes medios, que fueron parte esencial en la propaganda de la dictadura para legitimar los crímenes más atroces, y con los empresarios, que idearon y financiaron el golpe de Estado”. (Ver videos: I, II y III)

Veamos otro caso. En diciembre de 1976 la dictadura argentina informó que el jueves 2, Norma Arrostito, integrante del grupo fundador de la organización peronista Montoneros, había muerto en un enfrentamiento en Lomas de Zamora. Sin embargo, ese mismo día fue secuestrada por un grupo de tareas y recluida en la Escuela de Mecánica de la Armada. Allí permaneció como trofeo de guerra para quebrar emocionalmente a los recién capturados. El 15 de enero de 1978 fue asesinada en la ESMA.

A continuación, Fragmentos de 24 de marzo / 2 de diciembre: Más de 600 guerrilleros muertos, nota de la revista Gente, nº 594 del 9 de diciembre de 1976.

“En los últimos 9 meses -exactamente a partir del 24 de marzo de 1976- más de 600 guerrilleros cayeron bajo las balas de las fuerzas de seguridad. A esas muertes, decisivas para el resultado final de la lucha, se suman operativos en todo el país que capturaron imprentas, archivos y fábricas de armas clandestinas: verdaderos golpes de muerte para el aparato logístico de la guerrilla. El 2 de diciembre, en Lomas de Zamora, cayó Esther Norma Arrostito, integrante del grupo que secuestró y asesinó a Pedro Eugenio Aramburu. La crónica que sigue, además del caso Arrostito, quiere reflejar los hechos más importantes de esos 9 meses de lucha, un período que llevó a las fuerzas de seguridad hasta el umbral de la victoria y que costó mucha sangre de oficiales, soldados y policías. Esta crónica con fechas, nombres y apellidos es también imprescindible para los argentinos” (…) Y cierra: “Entre el 24 de marzo y el 6 de diciembre de 1976, fueron muertos 624 guerrilleros. Llegar a esa cifra, a ese umbral de la victoria, no fue fácil. Costó mucha sangre de oficiales, de soldados, de policías. El país no debe olvidarlo.” Ver vídeo.