“Teníamos una pasión muy grande por lo que estábamos haciendo”

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“Teníamos una pasión muy grande por lo que estábamos haciendo”

03 Diciembre 2016

Por Juan Manuel Ciucci

APU: ¿Qué recuerda del trabajo con Polo, de ese inicio de El Otro Lado?

Ignacio Garassino: La verdad que muchos recuerdos en particular del inicio de El otro lado no tengo. Polo era un amigo, éramos un grupo de amigos que hicimos un programa de televisión. Lo conozco a Polo desde mucho tiempo antes de hacer el programa, que fue la consecuencia lógica de tantos viajes juntos, de pasar mucho tiempo juntos con otra gente. Lo paradójico era que el que no venía de los medios audiovisuales era él. Éramos toda gente que venía del cine y la televisión, y al principio él se resistía un poco ya que venía de la gráfica. Pero sobre todo Rubén le insistió mucho en trabajar en tele. Era un trabajo importante, que sabíamos que estábamos haciendo lo que nos gustaba y que estaría lo mejor posible, como me pasa con lo que hoy día hago. Hasta que uno no lo ve andando no está muy seguro de todo. Estábamos dispuestos a ponerle todo el amor y el cariño, eso sí fue desde el principio.

APU: ¿Cómo era pensar un programa así en aquella televisión?

IG: Bueno, no lo pensábamos, si lo pensábamos mucho no lo hacíamos. Realmente nos dimos cuenta después que habíamos tirado abajo algunas paredes. En los primeros programas era sacarnos las ganas de hacer cosas que habíamos hablado en tantos bares y en tantas noches. Tuvimos mucha libertad entonces, basándonos un poco en los cortos que Polo había empezado a hacer en el programa que conducía Petinato, que era una idea del genial Raúl Becerra y tuvo mucho que ver en la aparición de Polo en la televisión, un tipo olvidado pero que realmente fue muy importante, con la Noticia Rebelde o como productor, el programa El Otro Lado lo hacemos nosotros solos. Estábamos un poco locos todos y decíamos “bueno, no sabemos cuándo nos va a tocar una oportunidad así”, así que metimos a la olla los mejores ingredientes que podíamos dar en ese momento. Y todas las cosas que teníamos ganas de hacer: el cine, la literatura que nos gustaba. No pensamos mucho en la tele, es más, estábamos un poco convencidos que no iba a durar gran cosa ese asunto, y entonces nos dábamos todos los gustos. Como no tuvimos una presión del canal tuvimos esa libertad de poder hacer bastante lo que queríamos.

APU: Se le daba mucho lugar al trabajo estético ¿cómo se encaraba eso?

IG: Como algunos veníamos de experiencias televisivas, y en mi caso habíamos estudiado cine, veníamos con formación y muchas ganas de hacer cine, yo había sido asistente de dirección de Agreste, y observábamos que en la televisión de aquel momento, no era algo que preocupara mucho la luz y esas cosas… Nos rodeamos de un equipo de gente que tenía las mismas locuras que nosotros, quien hace la cámara y al fotografía era Claudio Beiza, con quien trabajo actualmente, y que ha ganado tantos premios con Aballay. Conmigo hizo El túnel de los huesos, que tiene una luz alucinante. Éramos una banda que como no podíamos hacer cine metimos ahí adentro una cantidad de experimentaciones y cosas que queríamos hacer y que Polo, que era muy cinéfilo, si bien no venía del cine, disfrutaba mucho también. Siempre nos decía que era un aprendizaje para todos, en especial el primer año, que experimentábamos, jugábamos, nos cansábamos y nos peleábamos, después nos abrazábamos y emborrachábamos, y seguíamos trabajando….

En la medida del bajo presupuesto que teníamos, hacíamos algo que nos sentíamos bastante orgullosos en las cuestiones estéticas. Un crítico del momento dijo que éramos poco televisivos y, cuando me lo crucé en una fiesta, le dije muchas gracias. Estaba medio asustado, le dije que no se preocupara y le agradecí el elogio involuntario.

APU: ¿Cómo analiza a la distancia el legado del programa, y del propio Polo?

IG: Lo que más analizo, y siempre es así, es que perdí un amigo. Polo era mi amigo, después hicimos un programa. Entonces a veces no me pongo a analizar tanto, mucha gente me llama en estos días, vamos a tener un evento con La Nave de los Sueños en la Biblioteca Nacional, si hay cátedras que lo pasan… evidentemente algo logramos sacudir el panorama audiovisual argentino. Me doy cuenta que si vos analizas al equipo de El Otro Lado, además del carisma y el talento de Fabián (Polo), te fijás que estaba Ricardo Ragendorfer, Pablo Reyero, Pablo De Santis, Birmajer, Viñoles que después dirigió canales en EEUU, José Damato, Iris Benjamin, Beiza, Seba Mignona, etc. Gente que fue muy importante, como que fue un semillero muy groso, que estaba con muchas ganas y mucho entusiasmo. El legado no fue sólo todos estos mimos que nos hace la historia cada tanto, recordándonos que hicimos ese programa y que lamentablemente no lo tenemos a Fabián para charlar, sino que además evidentemente todos los que estábamos ahí teníamos una pasión muy grande por lo que estábamos haciendo, porque continuamos haciéndolo. Lo que le podemos agradecer a El Otro Lado es habernos encontrado en esa aventura. Y que al día de hoy sus ecos todavía perduran. Y todo esto en derredor del carisma y el talento de mi amigo Fabián Polosecki.

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