Sebastián Schachtel: “Estamos muy felices de poder presentar finalmente Es Así, nuestro nuevo disco”

  • Imagen
    Entrevista a Sebastián Schachtel
Rock nacional

Sebastián Schachtel: “Estamos muy felices de poder presentar finalmente Es Así, nuestro nuevo disco”

15 Agosto 2022

El músico y productor Sebastián Schachtel conversó con AGENCIA PACO URONDO de su intenso y ecléctico recorrido por distintos proyectos de la escena del rock local y de la esperada presentación de Es Así (2020), último disco de Las Pelotas. Tocan esta noche en el Luna Park. “Venimos de semanas de ensayos muy intensos en el Valle de Traslasierra Córdoba, para la tan esperada presentación del álbum en el Luna Park. Preparamos la lista pensando en tocar el nuevo material completo para después sí, desatar la fiesta en que se convierten los shows de Las Pelotas. Con los temas de siempre y con algunos que hace rato no tocamos”, detalló.

Agencia Paco Urondo: Me gustaría comenzar preguntándote por Clap, una banda que tuvo un paso fugaz dejando un disco homónimo y que recuerdo haber visto en un concierto gratuito al aire libre en 1985 en el Anfiteatro del Parque Lezama.

Sebastián Schachtel: Fue muy loco ese show que decís del año 1985 en el Parque Lezama, que por suerte alguien filmó y se puede ver en YouTube. Clap fue una banda que teníamos con Diego Frenkel, Ady Azicri, Fernando Samalea y Christian Basso, aunque estos dos últimos al poco tiempo se fueron a tocar con Charly García. Y mi ingreso se dio en momentos en que había comenzado a estudiar música formalmente cuando terminé la escuela. Al tiempo y luego de recorrer el circuito under de Buenos Aires en lugares como Stud Free Pub, El Depósito y La Esquina del Sol, grabamos un disco en los estudios RCA. Era la época posdictadura de mucha efervescencia y en donde la gente salía mucho. Con Clap hacíamos un estilo New Wave y experimental pero bailable.

APU: Contanos un poco sobre la experiencia de grabar en los estudios RCA.

S.S.: Un caza talentos del sello nos fue a ver una noche a un pub donde actuamos con Clap y nos propuso grabar un disco. Eran años en que era muy difícil acceder a registrar tu material salvo que tuvieras mucho dinero, que no era nuestro caso, o que la propia grabadora se acercara interesada. Recuerdo que RCA, hoy Universal, ocupaba toda una manzana en el barrio de Saavedra donde además de estar la sala de grabación se fabricaban los discos, algo muy común de la época. El estudio que trabajaba con artistas de jazz, folclore y música clásica era alucinante, pero estaba un poco desaprovechado y no muy en sintonía con lo que nosotros queríamos hacer en ese momento. Y por esa disconformidad es que decidimos finalmente mezclarlo en los estudios Panda con Mario Breuer, un productor con un oído moderno que hablaba el mismo idioma que nosotros.

APU: Pensando puntualmente en Diego Frenkel, no solo se conocen desde muy pequeños sino que también van a formar una sociedad musical que atravesó el tiempo y todavía hoy perdura.

S.S.: Absolutamente, con Diego que es un año más chico que yo, fuimos compañeros en el colegio Nacional de Vicente López donde hicimos el secundario en plena dictadura. Y donde tuvimos una banda que se llamó Madre Noche con la que hacíamos rock fusión y en donde yo tocaba el acordeón de mi madre y el teclado. Una época muy oscura de la que pudimos salir gracias a la música que además nos permitió conocer gente muy interesante.

APU: Luego, y en la etapa de transición antes de ingresar a La Portuaria, tuviste un paso muy lindo y recordado por La Zimbabwe Reggae Band.

S.S: Sí, cuando tocaba con Clap, unos chicos que nos iban a ver estaban armando una banda de reggae y eran Marcelo “Chelo” Delgado y Afo Verde. Ellos componían sus propios temas y como me gustaba cómo trabajaban, en una ocasión me invitaron a participar del proyecto. Con la banda editamos dos discos La Zimbabwe (1988) por RCA y Caminando por el fuego (1989) a través de BMG.

URL de Video remoto

Escenas de la vida amorosa: La Portuaria

APU: ¿Cómo llegás a La Portuaria?

S.S.: Llego antes que la banda que había fundado Diego Frenkel y Christian Basso grabe su segundo disco, Escenas de la vida amorosa (1991). Un álbum que tiene canciones que aún hoy las seguimos tocando en nuestros conciertos. La Portuaria en aquellos años tenía una propuesta inédita, muy de vanguardia y con mucha fusión. Además, la música y las letras de Diego tenían una identidad muy fuerte.

APU: Canciones como “El Bar de la calle Rodney”, un espacio que gracias a la dimensión que tomó el tema, tiene en su puerta de entrada una placa que recuerda que allí se compuso, además de un escenario bautizado Diego Frenkel.

S.S.: Es verdad, hay un escenario que lleva el nombre de Diego y un espacio llamado La Portuaria. Pensá que ese bar era otra cosa antes del éxito de la canción y no el lugar rockero que es hoy. Un “antro” bien de barrio y casi te diría marginal, donde en una oportunidad Frenkel mientras estaba tomando un café, empezó a descubrir las características proletarias que le deban los borrachines que lo habitaban y lo terminó volcando a la letra.

APU: “Hoy no le temo a la muerte” incluido en el álbum Río (2005) es un tema que también tiene un video en el que participa el mismísimo David Byrne. ¿Cómo se vinculan con el líder de Talking Heads?

S.S.: Se dio cuando fuimos a mezclar Devorador de corazones (1993), tercer disco de La Portuaria, a Nueva York (EEUU). En ese momento David Byrne estaba armando un compilado de música latinoamericana que finalmente no prosperó, donde íbamos a estar nosotros, Los Fabulosos Cadillacs y otras bandas de la región. Pasado un tiempo, Byrne vino a tocar a Buenos Aires y fuimos invitados para ser soportes en el Luna Park. Vio el show y como le gustó mucho le contamos que estábamos grabando un nuevo disco Río (2005), y se nos ocurrió invitarlo en tres temas. Después se dio lo de la grabación del video de “Hoy no le temo a la muerte” en el Bar Rodney, un show que compartimos juntos en La Trastienda haciendo temas de Talking Heads y un viaje a la Patagonia para tocar en el Festival de la Nieve donde David subió de invitado. Algo impresionante.

APU: Estando en La Portuaria vas a tener también la oportunidad de grabar en A través del Mar de los Sargazos (2002), primer trabajo solista de Skay Beilinson. ¿Cómo te llegó la invitación del ex guitarrista de Los Redondos?

S.S.: En una época tocábamos con La Portuaria en un bar de Palermo que se llamaba La Matriz cuando todavía el mundo de la música local estaba resentido por la crisis del 2001. Por eso, con la banda decidimos hacer base en un lugar chico y actuar todas las semanas. Y como Skay y Poli iban seguido a vernos, una noche nos pusimos a conversar. Y fue así que me contó que estaba grabando un disco y quería ponerle acordeón a un par de temas. Así que un día me llamó y me invitó a grabar en su estudio.

APU: ¿Alejandro Terán, tu compañero en La Portuaria, fue quien te posibilitó ser parte de Once episodios sinfónicos (2001) aquel trabajo de Gustavo Cerati?

S.S.: Exactamente, Alejandro que conocía y había trabajado con Gustavo en tiempos de Soda Stereo me dijo una vez que Cerati tenía ganas de grabar algunas de sus canciones con una orquesta sinfónica y salir a hacerlas en vivo. Así que fue una experiencia muy linda tocar en el Teatro Avenida donde se grabó el disco y en el Teatro Colón donde con teclado emulé el sonido de un theremin, un instrumento antiguo que tiene la particularidad que “no se toca”. Una hermosa experiencia.

Tiempo de Pelotas                                         

APU: ¿Ingresás a Las Pelotas en medio de la grabación del disco Para qué? (1998)?

S.S.: Claro, llego en ese momento, después del shock que significó la separación de la primera formación de La Portuaria. Yo conocía a Tomás Sussmann el guitarrista de Las Pelotas que contaban por aquel tiempo con los aportes de Gillespi en trompeta y algunos teclados también. Hasta que en una oportunidad se comunicaron conmigo para saber si estaba dispuesto a tocar con ellos ya que Gillespi no iba a poder hacerlo más con la regularidad que exigía el grupo. Y de esta manera fue que empecé a formar parte de Las Pelotas donde desde un comienzo me hicieron sentir muy cómodo dándome plena libertad para aportar mis ideas y llegar a producirlos junto con Germán Daffunchio.

APU: ¿Cómo tomás el ejercicio de convivir con el músico de Las Pelotas y de La Portuaria al mismo tiempo?

S.S.: Soy como el actor que debe interpretar dos obras que son diferentes, pero que es una misma persona. En las dos bandas está presente mi ADN musical, en La Portuaria donde el acordeón está más presente y donde lo rítmico es muy importante. Y con Las Pelotas donde me meto más con las texturas y las canciones. Después, tengo otras facetas en mi creación como por ejemplo que ahora estoy haciendo la música de una obra teatral que no se parece en nada de lo que hice antes.

APU: Esta noche finalmente se va a presentar en un estadio grande como el Luna Park Es Así (2020), la última placa de Las Pelotas que no tuvo su estreno oficial debido a la pandemia que azotó al mundo.

S.S.: Es así (risas). Para empezar quiero decirte que estamos súper contentos de poder hacerlo. Por eso sentimos que este recital en el Luna Park va a ser como una celebración de esas canciones que lamentablemente al principio quedaron postergadas. Porque a los pocos días de salir el disco empezó la cuarentena y entonces nunca lo pudimos presentar. Venimos de semanas de ensayos muy intensos en el Valle de Traslasierra Córdoba, donde preparamos la lista pensando en tocar todo el material completo para después sí, desatar la fiesta en que se convierten los shows de Las Pelotas. Con los temas de siempre y con algunos que hace rato no tocamos.

APU: Para terminar, pensaba en la portada de Es Así y cómo se resignificó, con todo lo que pasó en el medio, ese abrazo entre ustedes que los muestra hasta casi perdiendo la forma humana.

S.S.: Totalmente, un abrazo que es un ritual para nosotros y que nos damos siempre antes de subir al escenario y del que nos vimos privados por la pandemia por un largo tiempo. Una imagen que fue genialmente captada por nuestra fotógrafa Malu Campello y que muestra como bien decís, el monstruo en que se convierten Las Pelotas cada vez que subimos a tocar.