¿Por qué los Stones vuelven siempre a 1973?

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¿Por qué los Stones vuelven siempre a 1973?

26 Julio 2020

Por Raúl Haurat

Sopa de cabeza de cabra

La respiración en mis pulmones se siente aferrada y espesa. ¿Será veneno puesto en mi vaso? ¿Será lento o rápido?” balbuceaba Mick Jagger en “Dancing with Mr. D” de esta manera abre el álbum Goats Head Soup de 1973.

Jagger susurra sobre el riff letárgico e infernal de Keith Richards, mientras el pulso de las seis cuerdas de Mick Taylor se asocia con maestría a la Telescaster de Keith en un contrapunto portentoso en la que, para muchos, fue la alineación más inspirada que tuvo la banda británica en su historia.

Taylor dominó el puesto del extinto Brian Jones tan sólo cinco años, de 1969 hasta 1974. Un paso fugaz en la línea de tiempo, si tomamos en cuenta que el primer recital de los Stones fue en 1962, en el emblemático Club Marquee de Londres. ¡Sus Majestades satánicas cumplieron 58 años en el ruedo! Está claro que el indiscutible póker de ases, que fue de 1968 a 1972, definió el estilo y la leyenda del grupo. El gran Taylor estuvo allí.

Tanto va el pájaro a la fuente

A Goats Head Soup le sobra el groove, pero fue ensombrecido por el álbum doble Exile in Main Street de 1972, apreciado por los críticos como el mejor disco de la banda en toda su carrera. Jagger y Richards, con los Beatles fuera de juego, se encontraban en el cima de la montaña, hasta que en la segunda mitad de los setenta la cultura punk, con los Sex Pistols a la cabeza, les agitaron el avispero y los retaron a combatir. El cetro de campeón no es para siempre. Con Some Girls (1978) retornaron, al tiempo que asumieron que debían aggiornarse. Bebieron de la música disco, cambiar de peso y de vendaje. Los Stones sin Taylor, retuvieron el cinturón. Bajaron del ring side golpeados pero airosos.

Huracán del 73

Luego de una década de grabaciones y giras dilatadas, fortalecidos por la aventura desbocada de un exilio sellado por razones tributarias en Niza, Francia, la banda era un dispositivo de canciones iluminadas y compactas. Con Mick Taylor asentado como lead guitar, la base sólida y aceitadísima de Bill Wyman y Charlie Watts, los Glitter Twins inhalaban el soplo de la gloria.

La mansión Nellcôte en la Riviera Francesa que alquiló Keith fue la adoptada para grabar, con la ayuda del Rolling Stones Mobile Studio. El concurrente que ingresaba con un instrumento salía con una aguja colgando del brazo. En el cosmos Stone de 1972 todo estaba suscrito por un cuerpo prismático junkie arrollador.

El año que lloró un país

Mientras que el 1 de julio de 1974 fallecía el tres veces presidente de la Nación, Juan Domingo Perón, y más de un millón de personas salieron a las calles a darle el último adiós; la factoría stone iniciaba una temporada de aridez. Sin grandes ideas, Mick y Keith afrontan el año del renacimiento del soul y el funk. El más corroído por las bienaventuranzas del rock fue, sin dudas, el foráneo, talentoso e incomprendido Mick Taylor. Ese sería su último año en la banda. Mick se despide con “Time Waits For No One”, uno de los solos más memorables en plan Carlos Santana.

Mannish water

El título de la placa Sopa de cabeza de cabra es en honor a un plato de Jamaica llamado mannish water, una sopa considerada afrodisíaca en la isla donde grabaron los primeros demos. El disco contiene la balada más popular en el repertorio de los Rolling Stones: “Angie”, apoyada por la refinada “Winter”, con un punteo de Taylor inmenso; y la depresiva “Coming down again” entonada por Keith Richards. Una voz con todas las pruebas emocionales que, a ciencia cierta, le tocó franquear a pesar de sus cortos treinta años. Una canción que habla de un pibe que es asesinado por la policía en un caso de identidad errónea y una nena de diez años que muere de sobredosis en un callejón, “Doo Doo Doo Doo (Heartbreaker)” Así de heavies estaban los Stones en el ´73.

El undécimo álbum se completa con rocanroles como "Silver Train", "Star Star" y medios tiempos como "100 Years Ago", "Can You Hear the Music", entre otras.

Tatuate

Si alguien me preguntara ¿Cuál fue el último gran disco en estudio de los Stones?, sin dudas diría Tatto You (1981) Detendría el tiempo ahí, como con esos amigos que uno quisiera haber visto por última vez antes que se desplomen en el crepúsculo de sus existencias o esas viejas glorias que regresan al club que los vio nacer, hocicando los cuarenta, después de varios años en Europa.

No es la primera vez que los Stones agitan la gaveta de 1973 como en estas horas. Luego de la grabación de Emotional Rescue (1980), el álbum donde Bill Wyman juega y reluce como pocas veces, con el que Jagger, Richard, Wood y Watts se enrolaban a los 80´s con tomas descartadas de Some Girls. Los músicos ingresan a los estudios a grabar su decimosexto larga duración. En su mayoría compuesto por tomas descartadas registradas durante 1973. Las primeras canciones utilizadas para Tattoo You fueron “Waiting on a Friend” y “Tops”. Las pistas fueron cortadas a finales de 1972 durante las sesiones de Goats Head Soup y cuentan con Mick Taylor, no Ron Wood, en la guitarra. Taylor, más tarde, exigió y recibió un porcentaje de las regalías del disco. Jagger, que esquiva aviones en el aire, tuvo que renunciar a una parte de la torta.

En el último gran disco en estudio de los Rolling Stones, la estampa de Taylor está presente. Tatuado, como rezaba en los cassettes, surge como un aditamento de Sopa de cabeza de cabra.

Fracking stones

Durante este confinamiento, los Stones vuelven a zarandear el cajón del 73 para traernos nuevas canciones. En pocos días Miguelito cumplirá setenta y siete años. Los chicos malos de Dartford continúan emocionando a sus fans. Escudriñaron en los estantes relegados de los gloriosos 70´s tropezando con cintas producto del fracking Stone. Ese territorio donde aún, a través de artilugios de pura cepa stone, prolongan la pesquisa de grandes perlas rasgando el peñón del rock and roll. La discografía stoniana es inagotable, tenemos anthology de canciones originales para rato.

Esta semana Sopa de cabeza de cabra volvió a ser noticia. Vitoreamos por "Scarlet", "Criss Cross" a la espera de "All the Rage". Sus majestades siguen rodando, porque piedra que rueda no junta musgo y en estos tiempos que corren, no es poca cosa.