“Perón conducía porque conocía la realidad y la estaba transformando”

“Perón conducía porque conocía la realidad y la estaba transformando”

29 Septiembre 2012

Alfredo Mason: Es un libro que nace a partir de la propuesta de Carlos Gianella de escribir una historia de Encuadramiento, que fue su casa, donde sus padres militaban y él creció. Susana Shanahan es quien hace las entrevistas y algunas investigaciones. Después se me convoca para que escriba la historia política. Una vez que eso está terminado, se lo mandamos a tres personas para que lo lean, una de ellas que había participado de la organización y dos que no. Los tres conocían académicamente el período, la idea era ver si se comprendía. El resultado final creo que fue satisfactorio, y el objetivo es transmitir una experiencia que se puede resumir muy sencillo: “sí, se puede”.  Si uno se propone objetivos políticos, los puede organizar: hacen falta dos cosas: eso que en el peronismo llamamos la mística, y una profunda creatividad.

APU: ¿Cómo definiría a Encuadramiento?

AM: Es una de las tres organizaciones juveniles que tenían como misión formar cuadros militantes. APU: ¿Cuáles serían las otras? AM: Guardia de Hierro y Montoneros. Con distintas visiones cada una, con distintas historias cada una, pero eso tenían en común. También el sindicalismo formó cuadros juveniles, pero no es una institución sólo juvenil. Encuadramiento toma como misión formar cuadros, y como las otras dos organizaciones, va a operar por fuera del peronismo consolidado. Va a operar sobre la clase media, sobre lo que Perón ya estaba operando. Particularmente en la Universidad, o en los sectores medio barriales. Donde el Encuadramiento va organizando lo que luego serán sus cuadros.

La organización en el Encuadramiento significaba una formación, que era definida en textuales palabras como “una experiencia de lealtad objetiva y doctrinaria al General Perón”. Esto implicaba una formación intelectual; y también una organización y disciplina muy importante. La idea era si Perón va a determinar cuales van a ir siendo las formas que tome la toma de poder en la Argentina. Pero para cualquiera de ellas es indispensable una enorme organización y una gran disciplina, para poder funcionar en los momentos de riesgo y en la manera en que las circunstancias lo indiquen. No había entrenamiento militar, porque entre otras cosas lo que se discutía era que si llegaba el momento en que Perón planteara que era necesario un enfrentamiento militar; lo más importante no era saber disparar un arma, sino la disciplina que implica saber que uno confía cien por cien en quien tiene al lado. Ese espíritu de cuerpo era lo más importante que había que recrear. Desde un punto de vista de la cuestión teórica, se planteaba: por qué sí o por qué no la lucha armada, qué era el socialismo nacional, una historia del peronismo. Ya en el año ´73 se comienza a publicar lo que se llamaba internamente Boletín de Difusión Interna, los BDI, dónde además de los  discursos de Perón, se publicaban elementos teóricos de formación.

APU: En la época está presente el espíritu de “peronización” de las clases medias, y en el libro aparece la figura de los trotskistas que se acercan al peronismo.

AM: El origen de la organización es el dialogo de Juan Bardoneschi, que venía de una izquierda que incluso suponía la lucha armada, que luego es critica. Que tiene que ver con algunas cuestiones teóricas del marxismo, de críticas a la concepción de vanguardia. No hay vanguardia, la clase trabajadora tiene concepción de esa clase y de su condición revolucionaria; y por lo tanto si hay cuadros tienen que estar en el centro de esa clase trabajadora. Eso se va traduciendo en la Argentina, en busquemos dónde está el Pueblo. Y cuando uno lo encontraba, encontraba que era peronista. La primer experiencia de Encuadramiento es ese Bardoneschi que está en transito hacia el peronismo, y que se topa con un grupo de militantes que vienen con una critica trotskista al viejo PC. Él, asumiendo el peronismo, empieza a construir en diálogo con ellos toda una forma de pensar y argumentar, que planteaba, como vos decías, esto de la peronización. Era demostrarles que esa transformación de la sociedad ya estaba en marcha, y era dentro del peronismo. La idea era organizar lo que está afuera para meterlo adentro. El Encuadramiento lo que planteaba era dónde vamos a plantear la lucha. Por eso el título del libro, “La vida es Perón”, porque era organizar la vida, no dar la vida. La muerte era la dictadura.

APU: Esto se relaciona con lo que luego se llamaría el “trasvasamiento generacional”.

AM: La organización de los jóvenes tiene que ver con esta maniobra de Perón que él mismo llama el “trasvasamiento generacional”, que es que entren los jóvenes, y que también no tiren todos los días un viejo por la ventana. En Encuadramiento siempre fuimos cuidadosos de que haya una generación mayor que transmita sus experiencias.

{youtube}dai9-TUBWEw{/youtube}

La conducción 

APU: ¿Cómo pensaba Encuadramiento la conducción?

AM: Perón plantea, después del Cordobazo: hay una sociedad que está madura, podemos dar la batalla final. El Encuadramiento pensó la conducción siempre como Perón es la Conducción Estratégica, y nosotros somos parte de un ala, por lo tanto siempre los movimientos son tácticos; el que conduce estratégicamente es Perón. José Pablo Feinmann tenía muy mala opinión nuestra, tanto como de  Guardia de Hierro. La última vez que dijo la caracterización le valió, sino  un juicio, una denuncia en el INADI, porque nos llamaba el verticalismo mogólico. Nosotros no discutíamos la conducción de Perón, porque si el pueblo peronista tenía esa conducción, y nosotros éramos parte de ese pueblo peronista, lo que estábamos planteando es: Perón tiene una visión de la realidad mucho más amplia de la que se puede tener desde un sector,  de un ala, de ese enorme dispositivo que él conduce. Cuando venía una línea, no era que se aceptaba ciegamente, lo que decíamos es: esto es lo que Perón plantea hacer, hagámoslo, y veamos qué efecto tiene en la realidad.

Cuando la tarea demostraba que la gente se organizaba en función de eso, lo que hacía era confirmar la convicción de que Perón conducía porque conocía la realidad y la estaba transformando. Cuando viene Galimberti y dice: “Muchachos, no me quieren creer, Perón vuelve”  muchas organizaciones juveniles no realmente no estaban convencidas de que era así. Nosotros, en principio, dijimos: “Perón, en general, al pueblo peronista no le miente” –no “en general”, no le miente- entonces si él dice que vuelve, bueno: “vamos a crear las condiciones para que vuelva” que era lo que más queríamos y fuimos trabajando sobre eso a lo cual, obviamente, se fueron sumando muchas organizaciones hasta que, al final, estaban todas adentro del “Luche y Vuelve”. Cuando le decíamos a la gente que Perón quería volver, muchos decían que sí y otros, incluso siendo peronistas decían: “No, qué va a volver”. Cuando empezamos a ver que cada vez éramos más, que cada vez aparecía más gente que se acercaba a la organización por esa línea, el “Luche y Vuelve”, era la confirmación de que la conducción que ejercía Perón, efectivamente estaba transformando la realidad. No era una discusión teórica sino una comprobación práctica de la cuestión de cómo entendíamos la conducción.

APU: ¿Y en ese sentido cómo se podían plantear discusiones con esa conducción, o cómo analizar o estar en desacuerdo? ¿Cómo era ese diálogo con la conducción desde esta  concepción política?

AM: Por ejemplo: Cuando Perón habla de socialismo nacional nos preguntamos qué estaba diciendo porque si hubiera sido alguna de las formas en que se entendían, por separado o juntos, esos términos, hubiera sido una referencia clara de por dónde había que pensarlo pero cuando dice socialismo nacional nos preguntamos: “¿Y esto qué es?”. Entonces empezamos a decir: “Evidentemente lo anterior no es porque se hubiera referido a eso”. El socialismo nacional es una construcción, algo que hay que construir, Esto hace que no lo podamos llenar de conceptos del pasado si a lo que tenemos que estar atentos es a qué cosa es, hasta que Perón empieza a plantear: “El socialismo nacional es lo que nosotros venimos planteando por “justicialismo”, o sea, la forma que el justicialismo va a tomar en este momento. Eso se hacía y era parte de los cursos de formación, de hecho, en el libro están citados: Se realizaban cursos sobre socialismo nacional.

Plantear una crítica a la conducción de Perón dentro de este esquema es bastante poco probable en el sentido que estábamos –hablamos de los 60 hasta el 73- en un período en el cual Perón está conduciendo una batalla que él llama “de cerco” cuyo modelo, según el mismo lo dice, es la batalla de Cannas, donde Hannibal destruye al ejército romano. Es una batalla de cerco a la dictadura militar, nosotros somos parte del dipositivo y nadie, en plena ejecución, cuestiona a la conducción porque quien la cuestiona se pasa al bando enemigo. Después del 73, comienza a aparecer, primero, hay un gobierno democrático –Cámpora y después Perón- nosotros somos parte de ese gobierno, en el 73 se nos pide que ocupemos la Secretaría de Planeamiento de la presidencia, nosotros, en ese sentido, no nos fuimos de la plaza porque teníamos una concepción distinta a la de la conducción de un sector de la Juventud Peronista.

En ese momento, en que todavía no se ha producido el desgranamiento político, las organizaciones todavía no se han ido desmembrando por la confusión política y lo complejo de la situación post muerte de Perón, lo que hay es, por parte de Montoneros, dentro de lo que sería el espectro del peronismo, y Gelbard, un cuestionamiento a la conducción de Perón de la cual nosotros no participamos con el argumento de que no pensamos que pueda haber una doble conducción, no pensamos que el proyecto que ellos encarnaban, aunque no fuera el mismo, fuera el que el pueblo peronista quería y buscaba. Por eso nos quedamos hasta el final en la plaza y después del golpe de estado, donde la organización busca replegarse para proteger a sus miembros, no tuvimos desaparecidos pero sí 70 compañeros detenidos, algunos de los cuales estuvieron prácticamente todo el período de la dictadura presos en bastante malas condiciones. Compañeros de San Juan, de Chaco y Formosa, fueron los que peor la pasaron, compañeros de Capital y Gran Buenos Aires, si no me equivoco, el que más estuvo cerca de 3 años y tampoco la pasaron muy bien. Fueron un poco los rehenes de la dictadura para que no pudiéramos intentar mantener una actividad política, la que, de alguna manera, siempre se conservó. Nunca dejamos de tener vinculación con las estructuras del partido o lo que quedaba de ellas. El Encuadramiento cierra así su vida política cuando ya regresados a la democracia, en el año 85 plantea una fusión con Guardia de Hierro y, como organización se diluye. Después algunos compañeros siguieron en la actividad profesional, otros haciendo política por otros caminos pero como organización se diluye.

APU: Quisiera volver un poquito sobre el tema de la conducción en un momento también muy complicado, la muerte de Perón y la sucesión de Isabel. ¿Cómo pensó Encuadramiento ese momento?

AM: La muerte de Perón, obviamente, produce una crisis en todas las estructuras, en el caso del Encuadramiento muy importante. Nos quedamos sin conducción estratégica y no sólo eso sino que políticamente, el país empieza a enrarecerse cada vez más porque muchos factores de poder que, hasta ese momento, se podían mantener más o menos a raya por la figura de Perón –aunque ya habían participado con el asesinato de Rucci-, muerto él, comienzan a operar dentro y fuera del peronismo, dentro y fuera de la Argentina, y se comienza a enrarecer el clima político. Esto afectó muchísimo a la organización, en determinado momento, un grupo de compañeros de conducción encabezados particularmente por Simón Sumovich que era el número 2, que plantea empezar a participar de las cuestiones tácticas y políticas, no abandonar la escuela, la metodología –en el libro le dedico un capítulo entero a la metodología- pero empezar a participar del juego más interno.

La decisión es que el gobierno llegue a las elecciones, todavía no se sabía que eran en octubre, estamos hablando del 75, no había que romper el sistema constitucional pero la decisión del Encuadramiento es encolumnarse, junto con el sindicalismo, en vías a esa continuidad del peronismo en el gobierno y que Isabel llegue a esas elecciones con un gobierno lo más entero posible. Esto cuesta la vida de 3 compañeros de conducción que son asesinados, Simón Sumovich, Daniel Federico y Demetrio Tarazzi, Nunca se supo bien quién fue el autor intelectual, si es que hubo uno que fuera distinto del que lo ejecutó y ahí se plantean un par de cosas: Por un lado, nunca hubo una explicación oficial dentro de la organización de esas muertes sino que se dejó a la interpretación de cada uno, por eso, hoy todavía, los que vivimos esa época, lo seguimos teniendo como una carga que no se pudo resolver, sobre todo porque no se esperaba que mataran a alguien. Si vos estás en la clandestinidad y te matan un compañero, lo llorás pero sabés que eso estaba dentro de las leyes del juego. ¿Quién lo realizó? Lo que con el tiempo fuimos averiguando es que fue un grupo que hacía trabajos para la AAA. Esto no quiere decir que ellos lo generaron, no lo sabemos, sí quienes fueron los que participaron del hecho, que luego también murieron, en el libro se los menciona, pero lo que sí nos preguntamos es ¿quién se benefició con esto? Porque matar a esos 3 compañeros fue parar en seco toda la actividad política que el Encuadramiento había empezado a realizar en este acercamiento con el sindicalismo que partía de una solicitada que es donde esto se hace público en donde figuran todas las regionales del interior del Encuadramiento y el que se benefició fue López Rega, no quiere decir si el fue o no fue pero sí recogió los beneficios.

APU: Fue en el marco de la discusión de López Rega con los sindicatos.

AM: Uno podría decir que siendo una línea correcta la que habíamos planteado, no fuimos capaces de medir los peligros que había, eso fue así pero consideramos que ése era el camino.

APU: Ahí hay, al menos, un poner en cuestión esa conducción porque lo que hacía el sindicalismo era discutir a la mano derecha, en ese momento, del gobierno de Isabel, entonces sí había una discusión con la conducción para tratar de marcarle otro camino.

AM: Sí, el tema respecto de Isabel y López Rega: una cosa es la discusión cuando sos parte de un interés concreto, el sindicalismo los tenía y los defendía, contrapuestos a lo que planteaba López Rega. Para nosotros era una especie de icono que representaba cierta continuidad del peronismo. No de un peronismo, del peronismo, entonces la corríamos y el problema con López Rega era un proyecto de un grupo que ni siquiera representaba a un sector social  que buscaba imponerse al peronismo en su conjunto. En esa discusión que era muy grande, muy peligrosa y muy seria, nosotros formamos junto al sindicalismo y nos costó la vida de estos 3 compañeros.

APU: En ese marco y pensando en el trasvasamiento generacional, ¿se puede pensar que hubo una falla y de parte de quién, incluso, en el momento histórico de esa continuación de la conducción viendo lo que luego sucesión con el gobierno de Isabel y la capacidad de esta para la conducción? ¿Cómo se puede pensar ese momento?

AM: Lo primero que hay que plantear es que, más allá de un lenguaje retórico que en esa época se usaba, “Isabel conducción”, etc., Isabel no era conducción, no porque se la desconociera sino porque ella no planteaba conducir porque creo que, en ese sentido, era una mujer que tenía alguna noción de sus limitaciones y no se planteaba realizar una tarea para la cual no tenía ni tiempo, ni fuerza, ni posibilidades. Lo que aparece ahí es –la imagen me parece apropiada- la “fila de herederos. Venían todos con la factura a cobrar después de la muerte de Perón. Esto significó, además de la crisis de conducción, una revolución política muy grande en donde el resto de la clase política no estuvo a la altura de las circunstancias en el sentido que no entendió cuál era el peligro que se corría. Hay un último discurso de Isabel en la CGT que dice, mas o menos: “Ustedes no me quieren pero los que vienen detrás de mi son peores y a los primeros que van a ir a buscar es a ustedes” y lamentablemente eso se cumplió tal cual.

Creo que los intereses cívico militares que pergeñaron el golpe del 76, si uno corre, para entender lo que sucedió, las argumentaciones más ideologizantes: Soy japonés, no conozco lo que pasó en la Argentina y voy a mirar las cosas que ellos dijeron cuando explicaban lo que hacían, lo dicen claramente: “Venimos a reorganizar la Argentina nacida con la demagogia del 45”, o sea, venían a destruir una Argentina que el peronismo había ido construyendo desde el gobierno y desde el llano. Por eso, entre las primeras 5 medidas más importantes que toman atacan al sindicalismo porque Hicieron una lectura muy fina de los golpes de estado anteriores, sabían que a través del sindicalismo, el peronismo siempre se regeneraba como estructura de poder entonces pegan fuerte ahí y crean un clima en que, en un principio, grandes sectores de la clase media suponen que lo que viene es un reordenamiento de toda esa cosa escandalosa que es el peronismo.

Tampoco tenían idea clara de hacia dónde nos llevaban y cuáles eran los objetivos. Por eso aquel famoso “por algo será”, “a mi nunca me tocaron”, hoy eso está lavado, mucha gente quebró la copa, Sábato, Magdalena Ruiz Guiñazú, Favaloro, muchos creían eso.

{youtube}EFVcdNdM9Ms{/youtube}

 “El poder no se hereda”

APU: Desde la conducción política, ¿Perón debería haber construido ese heredero? Porque él elige a Isabel, por eso también ustedes en ese momento entienden que hay que continuar con esa conducción,  y ella no era una conducción. Entonces,  ¿cómo pensar la construcción del heredero?, ¿desde dónde tenía que construirse?

AM: Lo que pasa es que el poder no se hereda. No existen delfines de una conducción, puede haber continuidad ideológica, política, institucional, un presidente del mismo partido pero el liderazgo no se hereda. El poder es una cosa se construye y el peronismo tiene toda una visión de construcción de poder distinta del marxismo y el liberalismo, para el peronismo el poder no se construye no por una toma violenta ni por un acto electoral. El poder se construye por adición, se van adicionando, sumando personas y sectores sociales a un proyecto. Quien realiza eso conduce. Cuando ése desaparece no puede dejar heredero, no puede haber alguien que herede un poder que no construyó porque ese poder, así pensado, se construye a partir de lealtad y ésta es una confianza que se genera en el accionar común, entonces, el que construye el poder es el líder. Los demás son una etapa institucional, por eso Perón dice que después de la toma del poder viene la etapa institucional.

APU: Entonces no podía construir a un sucesor, no había manera de que pudiera hacerlo.

AM: Es que no hay posibilidad ni de él construirlo ni de que alguien dijera: “Yo voy a ser el nuevo líder” porque no es una decisión personal del líder que se va ni de alguien que individualmente se lo proponga. Perón en el 43 no dijo: “Yo voy a ser el líder”, empezó a hacer lo que entendió que había que hacer y le fue bien, y cada vez mejor y por eso cuenta –y creo que es absolutamente real- que cuando se asomó el 17 de octubre al balcón se asustó y por eso pide un minuto y dice: “Empecemos por el Himno Nacional” porque “…me dio tiempo a organizarme, ver que iba a decir, etc.” porque es ahí que cobrá absoluta realidad de cuál es el resultado de lo que él hizo porque entendía que era lo que había que hacer. Ese tipo de cosas no se pueden prefabricar. En esos liderazgos mediáticos que existen hoy, primero, el poder no es del que aparece sino del medio que lo promociona y en segundo lugar dura un suspiro, son espectáculo, una cosa fulgurante pero que decae inmediatamente porque no hay una verdadera construcción de poder. Por eso no puede haber heredero en la etapa institucional. La fortaleza que sí demostró esa construcción del peronismo es que no desapareció como otros movimientos populares que sí lo hicieron. Algunos pocos logran mantenerse a través de una institucionalización y el cuidado particular que tiene que tener ese período es el de no traicionar las raíces. 

Formación de cuadros

APU: Al principio mencionaba la formación de cuadros ¿Cómo se pensaba y cuál era esa formación?

AM: Se formaron cuadros en un principio para llevar adelante una lucha que Perón conducía y que fue conocida en la jerga peronista como los 18 años de lucha. En el último tramito comienzan a aparecer jóvenes de sectores medios, indispensable la formación de esos jóvenes para ese período. La formación de cuadros también incluye miembros de la generación intermedia profesional para ir cubriendo las necesidades que, ya el peronismo desde el gobierno podía plantear. La formación en sí, sobre todo en lo que hace a los grupos juveniles, tenía mucho que ver con una metodología que plantea un grado de organización muy estricta, por ejemplo: Hay un acto, normalmente los actos eran actos relámpagos, un cuadro se definió por el sector social del cual provenía, entonces, la gente que él organizaba eran sus amigos, compañeros de facultad etc.

Ese grupo se lo llamaba un grupo operativo, ese cuadro conducía ese grupo operativo. Los citaba en determinado lugar y él sabía hacia donde había que concurrir para concentrarse en ese momento. Para esto era muy importante llegar a horario, el que llegaba tarde pasaba al celular, se hacía todo un trabajo sobre el cumplimiento de los horarios. Las 5 son las 5 porque a las 5 y 15hs. ya llegó la cana, parte de la formación era esta cuestión. Se concurría donde se hacía la concentración, se hacía el acto, todo el mundo salía terminado el acto y qué hacían, tenían que llamar por teléfono al buzón. Qué era el buzón, era alguien que en general no era de la organización y su función era estar al lado de un teléfono.

Cuando terminaba el acto todo el mundo llamaba y el cuadro de ese grupo operativo llamaba al final y preguntaba quiénes llamaron, si faltaba alguno, ese cayó preso. Había que empezar a buscarlos y llamar a los abogados. Toda esta metodología que pasaba desde los horarios hasta llamar al buzón, organizarlos, esta idea de que si soy tu responsable vos me seguís, todo esto hacía una formación disciplinada de conducción. También como problemática de los cuadros aparecía una cosa bastante interesante que era la necesidad de parte de las compañeras de tener modelos identificatorios de militancia, porque los modelos identificatorios eran masculinos. Cuando se hablaba de la forma de militancia concreta siempre, primero conducían varones y toda su cúpula estaba a cargo del varón.

La forma concreta en que se planteaba era claramente para los hombres. Si la compañera era soltera la podía manejar, ni hablar cuando era casada o el hombre casado que milite, ni hablar cómo contener a esa mujer. Esto también fue una problemática que apareció dentro de la organización y que también se empezaba a tratar y discutir. Había que ir generando una imagen de mujer militante que les permitiera a las compañeras algún punto de perspectiva para organizar su propia vida.

APU: Eso lo veía presente en el libro. Pensaba que era una cuestión más de esta actualidad pero en el momento estaba la discusión presente.

AM: Sí, incluso se cita algún caso de alguna compañera que recuerda eso pero es una discusión presente, creo que en todas las organizaciones. La compañera que se casaba tomaba el apellido del marido y perdía el propio, era toda una cuestión cultural, este tipo de cosas aparecía. APU: En el marco de construcción del cuadro me interesaba el concepto de desconfianza organizada. AM: Es muy interesante en la construcción de la conducción, no por parte de los conducidos sino por parte del conductor. Se solía decir que uno tenía que tener una desconfianza organizada. No en el sentido de pensar me están mintiendo sino, yo les creo, ahora vamos a construir esa verdad en el sentido de que vamos a verificar que es así. Organizada apunta específicamente a eso, cuando se planteaba por ejemplo, hay que ir a un acto, cuántos compañeros vas a traer vos, vamos a poner un número que podamos medir  cuanto hay de realidad en la transformación que vos  hacés realidad. Si vos traés un colectivo de compañeros transformaste una realidad, si traés dos es otra. El compañero decía un número x quien recibía eso ejercía una desconfianza organizada, esto es, vamos a verlo juntos, alude a que no puede ser una confianza ingenua ni una desconfianza absoluta pensando que el otro miente, sino que era una forma de concebir la construcción y la necesidad de medir cuánto de esa realidad se había transformado.

APU: ¿Cuál es  la herencia que deja encuadramiento en la actualidad y a futuro?

AM: Creo que la herencia es algo de lo que decía al principio, que es muy importante que los jóvenes conciban un horizonte político propio, que su futuro depende de  la política. Esto no quiere decir que todos tengan que ser cuadros políticos pero sí, saber que su futuro depende de las decisiones políticas que se toman y no de decisiones individuales. Me parece que en ese  marco la politización masiva que desde hace 10 años ha aparecido en los jóvenes, lo que demuestra es  la importancia de  la organización, sin organización no se puede construir  nada, ni se puede conducir. La importancia de la creatividad, hay que romper todos los moldes y ser generosos con la creatividad en la actividad política y la necesidad, de lo que en el peronismo llamamos una mística. Una actitud frente a la realidad en la cual no hay vallas que no se puedan transformar y si hay alguna, que sea la propia realidad la que  la ponga y no cada uno de  los cuadros y de  los militantes.

Es importante marcar que no son épocas comparables, una cosa es la formación de cuadros para  la dictadura militar y otra cosa es la formación de cuadros en una etapa institucional del peronismo donde hay un gobierno peronista y donde  hay una plena vigencia del sistema democrático. Obviamente que los cuadros que se requieren ahora no son los  mismos que se requerían en esa época, no hace falta tener buzones. Sí una alta forma organizativa, eso sí es importante porque es la única manera de transmitir sentidos de la realidad que no vamos a encontrar en los medios de comunicación, por eso es muy importante la organización para que todo el mundo tenga  la información acerca de la realidad, en qué se ha avanzado en realidad y poder contrarrestar a esa semiverdad que el medio me plantea. Queda claro que son etapas distintas, sí queda la herencia de organización, disciplina, mística.

{youtube}CCFsHSB_sYc{/youtube}