Martino Gesualdi: por amor al trombón

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Martino Gesualdi: por amor al trombón

05 Enero 2020

Por Mariano Nieva

 

Entrevista a Martino Gesualdi trombonista y compositor. En diálogo con el programa radial El Jardín de los Presentes (FM ZOE 107.1) y AGENCIA PACO URONDO reflexionó sobre sus comienzos con la música en su Necochea natal, la llegada a Buenos Aires de la mano de Un Kuartito, la formación de Cuatro Varas su proyecto de trombones con el que acaba de editar nuevo material, su participación junto Mimi Maura y Dancing Mood y su rol como docente en orquestas infantiles.

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Agencia Paco Urondo: “El Cuarto” es el título del último álbum de Cuatro Varas que además salió acompañado con un muy bonito diseño. ¿Cómo vas llevando el recorrido del todavía nuevo material y de un proyecto que podríamos decir es paralelo a las otras bandas en las que participás y que tienen un mayor grado de resonancia como Dancing Mood y Mimi Maura?

Martino Gesualdi: Mirá, el disco salió en diciembre de 2018 pero recién lo pudimos presentar de manera completa hace algunas semanas en Lucille. Tenemos nuestros tiempos porque una complicación que existe es que todos los trombonistas que componemos Cuatro Varas y el resto de los músicos que conforman la banda tenemos otros proyectos y entonces hay veces que se nos dificulta para organizar fechas, por lo cual no tocamos mucho en vivo.

Por otra parte y para ser honesto tampoco es que me vuelvo loco por salir con este grupo a venderlo o promocionarlo, no me desespera el éxito comercial. Lo que va surgiendo está buenísimo, como esta invitación que me hiciste para charlar del nuevo disco. La verdad es que estoy muy agradecido a la música, puedo vivir de esto tocando con mucha gente y laburando como docente también.

Y con respecto al formato, quizás sea el último soporte físico que hagamos. Para este quisimos darle una linda presentación y por eso convocamos al artista plástico Mariano Legui un amigo de Necochea y hermano de Juan Pedro nuestro tecladista quien nos hizo todo el packaging del disco donde hay imágenes de cuadros pintados por él. Así que el resultado de combinar su arte con nuestra música realmente me gustó mucho.

APU: ¿Cuándo y de qué manera comienza la historia de Cuatro Varas un combo que tiene a los trombones como grandes protagonistas?

MG: Cuatro Varas comenzó por el año 2003 más o menos, en ese momento éramos cuatro trombonistas distintos a los que somos hoy, fue cambiando la formación. Por entonces todos teníamos el mismo profesor que era Carlos Ovejero, el primer trombón de la Orquesta Sinfónica Nacional e íbamos a estudiar al Teatro Cervantes donde él ensayaba.

Allí Carlos nos enseñaba a hacer arreglos de música clásica y corales y fue donde se terminó armando la primera formación con Santiago Castellani, Sebastian Romero, otro amigo necochence Joaquín De Francisco y yo.

Después empezamos a coparnos con tocar y hacer otras cosas como jazz, música latina y mambo que son los estilos que están grabados en nuestro primer disco “Cuatro Varas” (2005) y en donde se sumó en cajón Walter “Araña” Arricau que en aquel tiempo estaba tocando la batería con Dancing Mood. Al comienzo uno de los trombones que teníamos era bajo, el que tocaba Seba, porque no habíamos incorporado aún el eléctrico de cuatro cuerdas y los otros tres eran tenores.

Pasado el tiempo comenzó a haber cambios, algunos se fueron a tocar a la Orquesta Sinfónica de Neuquén y eso hizo que tuviéramos que parar un poco. Pero siempre hice todo lo posible para que el viaje continúe porque es un proyecto que me encanta y que tampoco requiere demasiado compromiso.

Este es un producto exclusivamente de trombones y si bien al crecer la banda hoy existe una base tradicional de bajo y batería, más teclados, guitarra y Anabela Levy que pone su voz en algunas canciones. Quiero que por gratitud también a ese instrumento que es el trombón siempre se destaque y sea el corazón de nuestra propuesta.

APU: ¿Cómo fue el proceso en el que empezaron a sumarse otros instrumentos al grupo?

MG: Se empezaron a sumar músicos porque se coparon cuando conocieron el grupo y entonces me fueron convenciendo después del segundo disco “Me Assordi” (2007) de que había que incorporar otros instrumentos. Hasta ahí solo teníamos un cajón aparte de los bronces. De esta manera el primero que ingresó fue El Mago Germán Windaus en guitarra.

Al poco tiempo hicimos una gira por la costa y fuimos a tocar a Pinamar, recuerdo que para llegar al balneario donde estaba montado el escenario teníamos que caminar como 200 metros por la arena y como ya había una batería armada en el lugar dejamos por comodidad los platos, el cajón y toda la percusión en la combi que nos trasladaba. De esta forma conocimos al grosso de Santiago Lemos que terminó ingresando a Cuatro Varas como baterista.

Luego se sumó El Mono Ezequiel Malec en la percu y quedó conformada la banda definitiva con Juan Canosa, Luca Ferrelli, otro necochence más, y un servidor en trombones y El Vasco Echeverría en trombón bajo. Y alternan según se lo permiten sus otros compromisos en piano Juan Pedro Legui y mi primo Nelson Gesualdi. Así que hoy somos nueve los músicos que participamos de este proyecto sumada la voz de Ana Levy.

El agrandar la banda también tuvo que ver con que quisimos abrirnos a otros estilos que requieren más instrumentación. De hecho en este último disco del que estamos hablando “El Cuarto” como en el anterior que es “Viento a favor” (2012) hay más temas incluidos de ska, soul, funk y reggae. Pero siempre con la premisa de que el trombón esté bien al frente.

Te cuento una anécdota, el año pasado me invitaron a tocar a un festival de verano organizado por las Abuelas de Plaza de Mayo en el Tigre junto a Nompalidece, que dicho sea de paso tuve el honor de grabar en todos sus discos, y justo ese día no podía estar El Vasco en trombón bajo y como en verdad no hay mucho reemplazo para él decidimos salir en su lugar con un bajo eléctrico ejecutado por Juan Pedro Legui. Pero bueno son solo en contadas ocasiones en que esta bueno participar en determinados eventos, pero la idea es que todo siga como siempre con el trombón bajo.

APU: Repasando los nombres de los músicos que integran la banda, hablamos de grandes artistas que deben aportar mucho tanto al momento de componer como en el vivo.

MG: Absolutamente, son unos capos lo que tocan conmigo en Cuatro Varas, todos hacen aportes. Cuando presentamos el disco en Lucille hicimos apenas dos ensayos, pasamos la lista completa de temas siguiendo las partituras una sola vez y sonaron bárbaro. Y así fuimos y tocamos. Somos todos profesionales, trabajamos de esto, entonces funciona bastante bien. Porque cuando estás con gente que respetás mucho y tocan fenómeno la música sale sola. Encima todos tenemos gustos parecidos.

Los primeros pasos en Necochea

APU: ¿Cómo nace tu relación con el trombón?

MG: De muy chico, yo soy de Necochea. Allí tenía a mi tío ya fallecido que traía música de Italia. El tocaba el bombardino que para que te des una idea es como una tuba pero más chica. Por él me hice bombardinista a los 6 años y también por mi primo Juan Carlos que es el que está a cargo de una escuela de donde surgen muy buenos músicos de piano, batería y vientistas. De hecho en Cuatro Varas somos tres los necochences.

Luego agarré el trombón a los 13 años porque quería tocar en la orquesta de Jazz de la ciudad y el bombardino allí no se usa, y como es un instrumento bastante parecido en la embocadura me resultó bastante fácil poder convertirme en trombonista, una pasión para mí que ya tiene casi 30 años. Después toqué el saxo bastante tiempo y a los 18 cuando terminé la escuela secundaria me vine definitivamente a vivir a Buenos Aires.

APU: Que es cuando te cruzás con la gente de Un Kuartito.

MG: Claro, los chicos de Un Kuartito en el 96 habían ido a Necochea para hacer su espectáculo llamado Circo Marisco. Yo justo en ese momento había terminado la secundaria y casi de manera casual te diría me vine a Buenos Aires con Willi Rangone hoy trompetista de Los Cafres y con Juan Pedro Legui. Estuve con Un Kuartito varios años en los cuales hicimos giras por todos lados. Grabamos para el sello Sony un disco que lo había producido Sergio Rotman donde estaban El Trombo Fernando Albareda que hoy toca conmigo en Dancing Mood y El Chino Lozano también. Todos miembros de Los Fabulosos Cadillacs.

APU: Pasó el tiempo y tu ingreso a las filas de Mimi Maura te va a dar la posibilidad también de tocar junto a Hugo Lobo con quien vas a compartir hasta el día de hoy el fenómeno en que se convirtió esa propuesta tan original que es Dancing Mood.

MG: Sí. Al comienzo yo tocaba esporádicamente con Mimi Maura. Como cuando hicimos de teloneros en septiembre de 2001 de la grabación del disco “Hola/Chau” de los Fabulosos Cadillacs en el estadio Obras. Después ingresé a las filas de Karamelo Santo con quienes empecé a viajar por el exterior. Y también en ese momento tenía mis otras bandas, Un Kuartito y Dancing Mood.

Con Mimi que es un combo que me encanta volví a ser parte hace poco más de 10 años y desde ahí estamos tocando prácticamente una vez por mes. Y con Dancing donde además disfruto el estilo que hacemos la paso muy bien así que espero que siga por mucho tiempo más porque es mi proyecto de toda la vida. Y encima me toca vivir algo que no sucede mucho en las bandas y es que nunca me aburro ni me canso de estar con los chicos.

Desde un comienzo, cada vez que tocamos se genera una fiesta impresionante y siendo una banda instrumental no sé si alguna vez había pasado algo similar en cuanto a tanto baile masivo y popular. Es como que hubo un resurgimiento de la música instrumental. Por eso estoy muy contento de ser parte de esto y soy muy agradecido con Hugo Lobo también. Por otra parte, puedo decir que Cuatro Varas y muchos otros proyectos de pibes que comenzaron a ejecutar vientos, se van a desprender claramente de lo que genera Dancing Mood.

APU: Mencionaste en un par de oportunidades a Los Fabulosos Cadillacs. ¿Creés que con su aparición se instalaron de manera definitiva los instrumentos de viento en la escena del Rock argentino?

MG: Mirá, yo era fanático de la música clásica y del jazz pero con Los Fabulosos Cadillacs hubo una bisagra para empezar a tocar esta música. Me acuerdo que en Necochea armamos una banda que se llamaba La Tortuga Reggae Band yo tendría unos 17 años y hacíamos sus temas y también de Los Pericos y de Sumo. Entonces desde mi experiencia personal te puedo decir que sí, que con Los Fabulosos comenzó esta movida. Después la vida me dio la oportunidad y el lujo de tocar con ellos pudiendo grabar además para el nuevo disco de Vicentico que está por salir en poco tiempo.

Además, yo toqué y grabé con muchas bandas de rock como Ojos Locos y Callejeros y este último tiempo participé con La Beriso en los shows de River y El Estadio Único de La Plata asi que la verdad que sí, los caños fueron teniendo mucha más participación con el correr del tiempo.

APU: ¿Qué nos podés contar de la invitación que te llegó hace unos meses para actuar junto a los Skatalites, esa banda mítica de ska en Buenos Aires?

MG: Esto sucedió en marzo en Palermo Club. Lo que pasó fue que el productor que traía a Buenos Aires a los Skatalites me conocía porque hacía poco tiempo atrás habíamos girado por Perú con el saxofonista Sergio Colombo, con quien además hice un disco llamado “Choque Cósmico” (2017), como baking band de Don Carlos. Así que un día me manda un mensaje preguntándome que iba hacer el día del show. Nada le digo, pensando que quizás me iba a invitar a ver a la banda en vivo. Entonces me dice que necesitaba un reemplazo para Bin Gordon, un legendario trombonista a quien le había dado un infarto en plena gira por Chile. Obviamente le dije que sí y me puse a ensayar los temas del grupo en el estudio que tengo en mi casa de Parque Patricios y los pude sacar adelante porque además es un estilo que toco desde siempre. Eso sí, cuando llegó el día del concierto y entré en los camarines del boliche algunos de ellos me miraban medio reacios, como diciendo ¿este quién es? Yo solo conocía a la gran cantante que tienen que es Doreen Shaffer. Pero cuando salimos a escena y largó el primer tema se dio la mejor onda.

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Un maestro

APU: ¿Y con la docencia cómo te llevas? Estás trabajando hace años con orquestas infantiles.

MG: Me gusta mucho la docencia. Yo trabajo desde hace 10 años con el proyecto de Orquestas Infantiles de la Ciudad de Buenos Aires los miércoles en el barrio Los Perales de Mataderos en donde además conocí a Julieta mi actual compañera y los sábados en Balvanera. Y la gran satisfacción que tengo es que de ambos lugares han salido muchxs pibxs músicxs.

Ahora hace años que desde el gobierno porteño no bajan un mango para la orquesta, solo pagan los sueldos de los profes y nada más. Entonces lo que hacemos para recaudar fondos son ferias de platos para lo que se necesite, desde instrumentos hasta los insumos que se precisan para su mantenimiento, por ejemplo el aceite para la vara del trombón, las cuerdas para los violines y el óleo para los pistones de las trompetas. O sea todo eso lo conseguimos con el aporte y el esfuerzo de las familias en medio de una situación económica general muy complicada. Pero bueno lo vamos llevando bien porque tenemos un grupo de instrumentos que están y que vienen de la época en que se abrieron las orquestas, más otros que algunos papás pudieron comprar. De todos modos lo que intentamos hacer siempre es que los recursos se puedan compartir entre todos los chicos/as y creo que funciona.

Por otra parte, armamos orquestas y salimos a tocar. Hace poco con la de Balvanera nos presentamos en la Usina del Arte que está ubicada en el barrio de La Boca acompañando a un grupo de rock para chicos llamado Aguafiestas. Entonces, que los pibes/as toquen en esos escenarios por donde pasan grandes músicxs de todos los géneros los emociona todavía más.

Va la familia a verlos y todo eso me remite a mis comienzos cuando de chico tocaba en el Teatro Municipal o en el Auditorio del Casino de Necochea, eso para mí era increíble y me quedaron esos recuerdos que son parte de mi motivación para seguir enseñando y transmitiendo este amor por el trombón.