Las Patricias Solidarias

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Las Patricias Solidarias

24 Febrero 2019

Fotos: José Caselles

Por Franco Muñoz

El robo de un ser humano a otro es algo tan viejo como el mismo universo. ¿Qué motivos llevan a una persona a robarle a otra? ¿Envidia? ¿Pulsiones sexuales que la maldad tiene? ¿Un intercambio económico a raíz de ese siniestro? ¿Poca educación? ¿El hambre nuestro de cada día? Como siempre, decenas de interrogantes y pocas respuestas. Dejemos entonces los desvaríos y vamos a un caso concreto. Patricias Espacio es, en San Juan, un centro productor y receptor de proyectos artísticos que hace unos meses sufrió el robo de instrumentos musicales, equipos y dinero en efectivo, todas herramientas costosas para cualquier paisano o paisana argentina. Las consecuencias de ese accionar fueron claras: sentirse defraudados y defraudados, vulnerados en su propia casa, sumado al no entender el porqué de un acto tan desclasado, como es el robarle la fuente de trabajo a alguien que está en la misma que vos, en vez de tirar piedras contra el patrón que maneja los hilos de la máquina.

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Hasta acá, la posible historia de robo de instrumentos musicales para su reventa en el mercado negro. Mas el relato tuvo un final alternativo. Porque los pibes y las pibas de la casa se decidieron y organizaron el “Festival Solidario x Patricias Espacio”, un evento que se celebró el 15 de febrero en el Teatro Municipal de San Juan y del que participaron gran parte de los y las artistas que pasaron alguna vez por la casa. Hubo cantores y cantoras, lectoras que leían a lectoras argentinas, muestras de artistas locales e intervenciones que mezclaban música con literatura y música con bizarreada. Una noche que, con la excusa de recaudar fondos para las pérdidas del proyecto, fue un evento multisensorial.

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Sin embargo, sucedió lo que parece ser una característica del ADN del under artístico: poca asistencia, solidaridad sólo expresada por redes sociales, superponer esa misma noche un evento con un público similar por no prestar atención a la agenda cultural del fin de semana y poca comunicación entre colectivos de arte. Esta es una problemática que preocupa a artistas, público y a este comunicador por igual y la solución es difícil de hallar. Tal vez es una cuestión nacional, relacionada con el momento de caos social que se solapa y no se lo ve. Llega el fin de semana y es preferible “quedarse guardao” porque no tenés un mango. O tal vez es una cuestión de falta de empatía.

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¿Qué hacer con toda esa energía oscura que hace que las ganas sean nulas? Cerrar los ojos y avanzar. Porque nos roban todos los días. Nos afanan los de arriba, los de al lado y los de abajo. No encontramos solidaridad en el supuesto compañero o compañera más que en el mundillo digital. Pero acá estamos. Porque nos robaron todo menos las ganas de seguir.