La rumbita de Piano

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La rumbita de Piano

03 Febrero 2018

Por Jorge Hardmeier

Carlos Piano es músico, compositor, guitarrista, poeta. Un viajero y no solamente en el sentido geográfico. En estos años, su tiempo se reparte entre Córdoba, donde nació —precisamente en La Falda—  y Buenos Aires, en una zona cercana a Parque Chacabuco. El de Carlos es un viaje político, poético, musical y metafísico. Y así comenzó, a sus 20 años, en una Córdoba convulsionada, como todo el resto del país: Hasta el momento de mi partida cursaba la licenciatura en Historia y  la carrera de Ciencias Económicas, ambas en la UNC (Universidad Nacional de Córdoba). Desde la secundaria venía desarrollando una militancia en diferentes grupos de izquierda con bastante exposición pública y dos detenciones. Después, vino el 24 marzo. Se podría decir que fue un exilio autogestionado, ya que en ese momento de desbande general había perdido contacto con mis cuadros superiores y no tenía forma de hacerlo por vía diplomática u orgánica. Brasil fue el destino elegido por varias razones: un lugar que ya conocía, con el que me une aún hoy una relación de profundo afecto. Casi fue como un “irse sin irse”, incluso, durante esos cuatro años de exilio, hasta hubo un regreso que duró varios meses, desde fines del 77 hasta julio del 78, en una época especialmente cruda y oscura de la que sin embargo guardo hermosos recuerdos de la gente con la que me encontré. Poetas, artistas afines ideológicamente. Eran una luz resistiendo ante tanta oscuridad.  En San Pablo comencé a hacer música profesionalmente. Hacía folklore argentino y latinoamericano y, a su vez, naturalmente, estilos musicales de autores brasileros.

Poco antes de la vuelta de la democracia, Piano, aprovechando un clima algo más respirable, regresa a Córdoba. En 1983 graba “Aquí podemos”, en dúo con Claudia Maté. Y fue parte de aquellos míticos recitales de La Falda: Desde mi regreso a Argentina comencé a hacer música en lugares pequeños, primero íntegramente con autores brasileros, luego con traducciones propias de varios de ellos y enseguida comencé a animarme con mis propias composiciones. Fueron épocas de mucho trabajo y bastante difusión en los medios; ello me llevó rápidamente a conseguir un lugar en lo que en ese momento era el festival de rock más importante en la Argentina. No son los festivales masivos los lugares que me atraen especialmente, sin embargo  tengo muy buenos recuerdos en especial de La Falda y del Chateau Rock. Fueron años en los que convivían dentro del rock nacional propuestas que iban desde el heavy metal hasta lo acústico, donde confluían distintas vertientes incluidas algunas netamente folklóricas, me acuerdo por ejemplo en la Falda 83, de compartir escenario con Charly García, Fontova, Celeste Carballo y en el 84 con el Cuchi Leguizamón, el Dúo Salteño, Víctor Heredia, el Cuarteto Supay, esto para demostrar la interesante amalgama de distintas corrientes.

¿Qué confluye en la música de Carlos Piano? Todo lo que escuché en la vida desde que nací. Y entonces es folclore, rock, bossa nova, tango y esa mixtura cantada con su voz particularísima, grave, íntima. En Piano convergen, entonces, esas músicas propias de las geografías que transitó: Sí. Influyen los ambientes, los paisajes, los sonidos, la cosmovisión del colectivo en cada lugar. Soy bastante permeable a adoptar los elementos que las circunstancias me proponen e incorporarlas para crear cosas nuevas.

Poeta también, Carlos traduce escribe letras para músicas de otros autores y musicaliza, a la vez, ciertos poemas de diversos autores: Tanto en uno como en otro caso y siempre tratándose de propuestas afines, tiene su atractivo trabajar desde uno u otro lugar con una consigna predeterminada.

En 1991 Piano grabó Noticias del barrio” en 2002 En vivo en el Salón Dorado, grabado en la Casa de la Cultura de la ciudad de Buenos Aires —ambos discos con canciones propias— y en 2012 CarnaLval, musicalización de poemas de Hernán Jaeggi.

Carlos Piano es también un tipo que se piensa y piensa la cultura. Vino de por medio, hablamos sobre la evolución del arte y si ese término es el acorde: El concepto de evolución no necesariamente implica que redunde en algo mejor. Me refería al arte como parte de una súper estructura cultural que acompaña a la evolución social. Para dar un ejemplo, el dadaísmo o el cubismo, técnicamente hablando, ¿podrían ser considerados un arte “mejor” que el arte figurativo tradicional? A veces, el hecho de romper las formas y plantear nuevos canales de comunicación permiten liberar ciertas expresiones, pero eso siempre va acorde con la evolución de la sociedad, que tampoco implica que esa evolución sea necesariamente hacia algo mejor.

Carlos Piano se presenta el viernes 9 de febrero, a las 22, en La Paila, Costa Rica 4848 (Palermo. CABA).

Reservas 4833 3599 / 15 4415 1190

www.carlospiano.blogspot.com.ar

Canal de Youtube: Eme Eme Prensa Producciones https://www.youtube.com/channel/UCowRwGygBswRhJVarmiHzlw?view_as=subscriber