“La cotidianidad interrumpida”: testimonios de los bombardeos a la Plaza de Mayo

  • Imagen

“La cotidianidad interrumpida”: testimonios de los bombardeos a la Plaza de Mayo

03 Julio 2022

Por Paula Viafora

“Recuerdo que estaba en la escuela primaria y, a media mañana, me enviaron a mi casa de la escuela ubicada en Villa del Parque, barrio donde yo vivía. Iba caminando por Cuenca hacia la calle Argerich, y una vecina desde la ventana me grita: ¡Nena! ¡Corré a tu casa que hay revolución! Me dirigí a mi casa, donde mi familia era comunista; no tenía ninguna simpatía por Perón. Entonces todas las vecinas, incluso mi madre, fueron a comprar comida. Porque para todo aquel que venía de la guerra de Europa una revolución era como una guerra, y en ella faltaba la comida. Entonces en mi casa se acumularon fideos, arroz, lentejas, garbanzos; no tengo otros recuerdos sobre esa fecha, el 16 de junio de 1955”, cuenta Haydee.

“Mi casa no era una casa militante. Mi padre sí era peronista, de esos que lo nombraban a Perón como el general. Mi madre era opuesta a papá: era conservadora, aunque la transformaron con el tiempo. Yo soy de memoria corta, pero mi hermano —mucho más memorioso— me contó lo que recuerda. Papá trabajaba en la CADE, que eran los servicios eléctricos, y estaba cerca de la Plaza de Mayo. Él recuerda haber visto llegar a papá con la camisa manchada. Y cuando la vio a mamá se puso a llorar”, testimonia Cristina.

Se suceden así los relatos, de gente común, anónima, clasificados en tres ejes: trabajo, infancia y hogar desde donde se situaron para narrar su experiencia. Esas voces también nos acercan a una cotidianeidad desconocida por las actuales generaciones.

Este libro es un trabajo colectivo realizado en base a testimonios recopilados entre 2014 y 2018, en el marco de un curso de Extensión Universitaria brindado por la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, articulado con el Programa UPAMI, Universidad para Adultos Mayores del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (INSSJP).

“La existencia de un programa como este, dedicado a la población de la tercera edad, es una oportunidad de enriquecimiento tanto para quienes formamos parte de les participantes como para quienes se responsabilizan de vincular el contexto universitario con el territorio y sus habitantes. Cuando se asocia la memoria personal y colectiva con hechos que han integrado la historia reciente, se experimenta la construcción social. Al hacerlo con docentes universitaries con trayectorias formativas diferentes, el diálogo se instituye como metodología de construcción”, así lo valoran desde la introducción los miembros del equipo.

El acopio de relatos, la elección, la edición y finalmente el armado del producto final fue un recorrido que llevó a los participantes a transitar una experiencia bastante más rica y movilizante de lo que se podía proveer. Tomar conciencia que estaban generando un texto de denuncia además de la descripción de una experiencia de vida. En este sentido, la característica intergeneracional del grupo jugó a favor, construyendo un espacio horizontal en que todos los aportes fueron valorados.

El bombardeo a ese centro del poder simbólico que tienen la Plaza de Mayo y sus alrededores y el ataque inaceptable a la desprevenida población civil que transitaba el lugar, con nefastas consecuencias en cuanto a la cantidad de muertos y heridos, resultó durante muchos años un acontecimiento reprimido en la memoria colectiva. Quizás la represión de memoria al gobierno peronista instaurado por el Decreto 4161/56 contribuyó a que durante muchos años se publique una indiferente efeméride del hecho, pasando inadvertido en cada nuevo aniversario.

Gracias a iniciativas como las de este libro, las acciones de la Comisión de Familiares de Víctimas del Bombardeo del 55, los documentales “Proyecto 55” de Miguel Colombo y “Piloto de Caza” de Alejandro Covello, ambos estrenados recientemente y las políticas de memoria ejercidas conjuntamente por parte de los organismos de Derechos Humanos y la Secretaria de Derechos Humanos de la Nación, se está avanzando hacia la visibilización masiva del hecho y las marcas simbólicas y reales que quedaron sobre los edificios. El acto de homenaje realizado frente al monumento que recuerda a las víctimas, ubicado a metros de la Casa Rosada, en presencia del presidente de la Nación, demuestra que las cosas están cambiando también desde el Estado. Los familiares de las víctimas saben que ya no hay chance de llevar a juicio a los culpables, pero junto a vastos sectores sociales van construyendo una creciente demanda por la realización de un Juicio por la Verdad que permita lograr una reparación histórica y simbólica ante la grave vulneración de derechos humanos y anticipo del genocidio ocurrido dos décadas mas tarde. La pregunta ¿qué estabas haciendo…..? recobra el sentido repetidamente a partir de la década del 70.

Enlace para descargar el texto completo: http://publicaciones.filo.uba.ar/sites/publicaciones.filo.uba.ar/files/La%20cotidianidad%20interrumpida_interactivo.pdf