Junto a ellas

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Junto a ellas

22 Marzo 2020

Foto: Daniela Morán

Por Matías de Rioja

 

 

A veces creo que nos han vencido.

Que la maquinaria del mal

tiene soldados invencibles,

y los defensores de la muerte

hacen metástasis a diario.

 

A veces pienso 

que nos han reducido a sus miserables

ambiciones,

que han colonizado nuestros sueños,

que nos han empujado al silencio.

 

Es que me duele la ausencia de gestos,

la mirada puesta al norte,

me desanima la anestesia cotidiana,

me frustra el televisor que nos vuelve mercancía

y aniquila deseos.

 

Y cuando me siento así,

cuando pienso que ya no,

pienso en los que han caído

en busca del sueño eterno.

 

Cuando me siento así,

cuando siento que ya no,

pienso en un puñado de pañuelos

que vencieron el terror

y nunca abandonaron las plazas.

 

Pienso en esos rostros temblando

ante un puñado de miserables apuntando con un fusil,

pienso en el vientre de Ana María que recibió las balas

frías y secas de la muerte en Trelew.

 

Y siento que los treinta mil gritos silenciados 

se han multiplicado de algún modo,

que ningún cobarde fusilamiento,

detendrá jamas la prepotencia de la vida

cuya semilla nos sigue germinando.

 

Que han cambiado los rostros,

que son otros lo nombres,

pero que no han detenido la marcha,

que la batalla entre los militantes de la vida

y los profetas del miedo está apenas en su infancia.

 

Y entonces digo sí,

todavía sí,

que la lucha no ha cesado,

que la utopía continua,

que su sangre no fue en vano,

y que sus sueños escaparon

a los vuelos.

 

Porque no podrán desaparecer

su deseo,

porque de esas abuelas nos sentimos

todos nietos,

y hoy caminamos junto a ellas

con la certeza de saber

que la memoria nunca más

será silencio.