Fena Della Maggiora: “El hecho artístico es personal, muy íntimo, pero abierto al mundo”

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Fena Della Maggiora: “El hecho artístico es personal, muy íntimo, pero abierto al mundo”

07 Julio 2019

Fotos: Natalia Pasquino

Por Ezequiel Palacio

Fena Della Maggiora. Músico, actor, escritor, compositor, conductor. Su recorrido desde Marcelo Tinelli hasta transitar Latinoamérica en busca de exponentes musicales del continente. Un polifacético incansable: “Hay muy poco para inventar en el rock. El rock es un señor de 75 años, un abuelo”.

La composición

Agencia Paco Urondo: Hay un poco de dolor en tus canciones, sentí eso.

Fena Della Maggiora: Pero también hay cosas que son esperanzadas. Hay canciones que son esperanzadas también.Es verdad igual, puede ser que haya escrito muchas de mis canciones en ese clima. No me lo puse a pensar tampoco. Algunas cosas son proyecciones de cosas que no me ocurrieron a mí. A veces escribo así. A veces escribo imaginando cosas de otros. Lo pongo en primera persona, como si fuera mío, pero son historias de otros. Son recursos y trucos que uno usa para escribir letras, sobre todo yo, que soy muy feroz y autocrítico, para mí las letras son muy importantes.

No soy ese tipo de músico que hacen la melodía y después encajan la letra. Hay muchas formas. Hay muchos que zanatean en inglés y después acomodan las palabras que mejor suenen en español. Para mí la letra tiene que tener un relato. Si no, siento que estoy escribiendo vacio. No digo que esté mal lo otro. Son formas diferentes. Después hay otros que hacen literatura más que música, como dice Charly. Sabina hace literatura, es un genio. Es casi más lindo leer sus canciones que escucharlas. Tiene una facilidad increíble para la construcción de una historia. Igual que Rubén Blades. Manzanero dice: “yo tengo primero el argumento y una vez que tengo el argumento escribo la letra. Y después le pongo la música”. Supongo que Bob Dylan les dará más presencia a las letras que a la música, ¿no?  De acuerdo a sus propias palabras. Él tiene una frase conocida que dice: “hay que cuidar las palabras porque la música se cuida sola”. Y tiene razón.

Es decir, ponerte a hacer una música, para quien tiene oficio nos sale fácil. Yo le hago canciones a mi hijo a cada rato: para que lave los platos, para que haga la cama. Cosas que te salen de la cabeza para hacer la cosa más llevadera y porque uno lo tiene incorporado. Si juntas todo eso, hay una canción. Pero después para mí, lo difícil es contar. En realidad, no sé si es difícil, es lo que me preocupa a mí. Hay otros que no le dan pelota a eso y está buenísimo.

APU: ¿Quien escribe, lo hace desde la emoción y es mucho más prolífico cuando pasa algo fuerte emocionalmente?

FDM: Sale más fácil cuando hay algo emocional fuerte para decir. Mirá, cuando viví en España, estuve unos tres años allá, me la pasé escribiendo para otros. Y era bastante complicado el pedido. O para Fabi (Fabiana Cantilo), cuando escribía para ella, le preguntaba “¿qué querés contar, qué querés decir?”. Necesitaba saber para meterme en lo que quiere contar el otro. Es como forzado. Pero después adquirís un cierto oficio con eso. Tengo el oficio suficiente, tengo muchas canciones compuestas, y puedo escribir sobre una historia que me pidan.

El oficio de la composición

APU: ¿Estás escribiendo para otros ahora?

FDM: No. Ahora no. Hicimos con Fito Páez la letra Pájaro ciego, era una letra que tenía yo y el final tenía un clima muy para abajo. Se la mandé a Fito diciéndole que las últimas estrofas no me gustaban.Fito me dijo que tampoco le gustaban. Me pidió si podía terminarla él y lo hizo. Me la mandó dos horas después. Pero fue lo único que hice con otro.Si me pidieran lo podría hacer, me divertiría. Porque es algo que hice durante muchos años. Era mi kiosco en España. Me parecía divertido escucharlas después, como la interpretaban. Generalmente no me gustaban esas interpretaciones. Me parecían malas, yo no lo hubiera hecho así. Pero porque los productores de aquel entonces, eran tipos que venían de otro mundo. No te podías meter ahí. ¿Qué iba a decir? ¡¡Saca esos violines que son horribles!! (Risas).

Una vez estábamos con Fabi grabando un disco en Nueva York. Y el productor era Carlos Alomar, que había producido el disco Doble vida, de Soda Stereo. Nosotros estábamos fascinados, nos va a producir este tipo… y en uno de los temas, creo que era Amor equivocado, el tipo puso unas gaviotas sonando al inicio del tema y con Fabi nos decíamos ¿Qué es esto?!! Y también hablaba en el disco, entre tema y tema bajándole línea a Fabi. Y era otra cosa que a nosotros nos parecía horrible. Pero no te podes meter cuando el tipo es un productor así, tenes que bancártela. Cuando volvimos a Buenos Aires decíamos que el disco era una porquería. Bueno, el disco la rompió. Lo mismo me pasaba a mí con las canciones que cantaban otros. Decía para mi “Noo!! ¿Por qué la cantas así, si no va por ahí?” pero bueno ya se la entregaste.

APU: ¿Cómo llegaste a laburar con Fabi?

FDM: Con Fabi nos conocemos desde que éramos chicos. Creo que se había desarmado la banda que tenía ella y estábamos mucho tiempo juntos. Igual que con Fito. Los tres andábamos juntos. Y le dije que le armaba la banda yo. Esto habrá sido principios de los 90. En una salita de ensayo empecé a probar pibes. El batero era el Negro Colombres, un consagrado, a él no lo probé nada, imaginate. Después el bajista era un pibe, Andrés Dulcet. Tenía una porra colorada larguísima. Un pendejo que tocaba increíble, muy capo. Tenía un look hermoso. Y después estaba Cristian Hubert, que lo había conocido por el Pollo Raffo. Todos capos. Era como otro plan, porque la banda anterior de Fabi era más rockera y esta era más versátil. Servía para todo. Con Fabi nos llevábamos muy bien. Aunque teníamos fecha de vencimiento. El vínculo, digo, tenía fecha de vencimiento. Hace 5 horas que estamos juntos: ¡¡Basta!! Fabi es como mi hermana, es de mi familia. La quiero mucho. Quizás en agosto o septiembre grabemos algo juntos.

La versatilidad de Fena

APU: Hiciste de todo. Vos también sos un tipo versátil: Tinelli, reportajes para Canal Encuentro; componés, escribís; Viajaste por Latinoamérica. Si hacés retrospectiva, ¿podés quedarte con algo?

FDM: De todo lo que hice… escribí un libro de cuentos infantiles, actué. Si me tengo que quedar con algo son mis discos y las entrevistas para Encuentro. Esas entrevistas marcaron un antes y un después. Primero porque me di el gusto de estar con esos monstruos. El aprendizaje de estar con esa gente y estar en cada país absorbiendo su música a mí me abrió la cabeza. Pensá que cada viaje duraba 20 días más o menos y yo me quedaba un par de días más. Por naturaleza soy curioso, me gusta investigar y me iba a los lugares donde sabía que iba a haber músicas. Me pasó en todos lados: Perú, Venezuela, Colombia, Cuba, México.

Si tengo que elegir algo de (no me gusta decir “mi obra” porque suena pretencioso), pero de todo lo que hice, son estas dos cosas: las entrevistas y mis discos, que no tienen la frecuencia que a mí me gustaría, porque soy independiente y el tipo de disco que busco realizar es costoso, no tengo ese presupuesto. Saco un disco cada 4 años porque los sellos chiquitos tampoco pueden financiarlo. Entonces yo soy socio de esos sellos. Ponen una parte de guita ellos y la otra yo. Ahora por ejemplo está bueno esto de las plataformas digitales, vos podés grabar un tema solo, subirlo y eso ya representa algo. Antes no existía eso.

En la era CD, gracias a dios que existió el CD, el arte de tapa, mirar los créditos, el lanzamiento, el disco físico, tener las letras. Todo eso se perdió. Pero por otro lado ahora en las plataformas te pueden escuchar muchas más personas. No sé, en Spotify me escuchan 13 mil o 14 mil tipos. Yo no podría nunca vender esa cantidad de discos. En definitiva era a lo que uno apuntaba, vender discos. Igual las plataformas económicamente son una cagada. No te rinden nada. En un punto, lo que rescato es la comunicación del artista. Lo que el artista quiere comunicar la plataforma lo puede concretar. Me escriben de España, de México o Colombia, que están escuchando mis discos y eso antes era impensado para mí. Para que me escuchen en esos países había que tener una infraestructura y toda una cosa que a mí me resultaba infernal.

Ahora apretás el botón en el celular cuando viajás en el colectivo y estás escuchando. Eso está bueno. Se perdió la mística del disco o la tapa. Se perdió el arte del disco. Y se perdió lo que pasaba en la previa a un lanzamiento de un disco porque sale inmediatamente en todas partes. El modelo del disco cambió. Ahora puedo grabar una sola canción, con buena producción y la largo. Puedo atomizar mi obra y largarla como se me da la gana. No tengo por qué juntar once canciones para conformar un disco. Tengo tres canciones nuevas, voy las grabo donde quiero y las subo cuando quiero.

Referentes artísticos

APU: ¿Al margen del hecho artístico en sí mismo, que finalidad le encontras vos al decir artísticamente?

FDM: Para mí significa lo único que quiero ser y hacer en la vida. Lo único que sé hacer además. No sé hacer otra cosa. Soy muy malo para la economía. Muy malo para las cuestiones prácticas de la vida. Siempre fui muy lírico en ese sentido. No sabría hacer otra. El hecho artístico es una cosa muy personal, muy íntima, pero abierta al mundo. La primera y la última finalidad del arte es la comunicación, es que otros lo vean.

Los otros días estaba leyendo una frase de Luis Alberto Spinetta y él decía que no se planteaba eso, es como si un pintor dejara de pintar cuando cree que no puede mostrar sus cuadros. Ninguno lo dejaría de hacer. Yo tampoco. No estoy condicionado a eso. ¿Qué hago, dejo de hacer canciones si nadie las va a escuchar? Y, no. Quedaran ahí, que se yo, en algún lado. Las escucharán mis hijos, el vecino, pero algo tiene que pasar con eso. No podés abortarlo. Porque es algo casi vital. Si no hago música me convierto en una planta, no sé hacer otra cosa. Puedo hacer otras cosas siempre y cuando pueda hacer canciones. Mañana tengo que ir a trabajar de árbitro de futbol, pero después del partido vuelvo a mi casa a tocar la guitarra.

APU: Hace unos años atrás lo teníamos a Charly, Spinetta, Gustavo. ¿Qué paso después?

FDM: Pasaron un montón de cosas que nosotros ignoramos. Pero hay un movimiento debajo de pendejos que la rompen. Empecé hace poco a enterarme de estas movidas. Uno se queda con los grandes monstruos que están en el panteón, y uno cree que de ahí tiene que salir todo o todo debería ser de esa manera. Pero la época cambio.

No existe Picasso. En el mundo de la plástica, por ejemplo, no hay un Dalí, un Magritte. No los hay. No hay los Beatles. Ellos ocurrieron en determinado momento sociopolítico del mundo. El arte está metido ahí dentro. Estos tipos subvirtieron la cosa y la cambiaron. Pero no existía la comunicación y la tecnología que existen hoy, ni el mundo globalizado de hoy.

Entonces un hecho artístico poderoso, que salía de Cataluña, significaba una bomba atómica. Ahora no, porque eso ahora es instantáneo. Hay una cantidad de factores que indican que eso ya no se va a producir. Por lo tanto lo que digo es, en la música argentina o en el rock, vos no vas a ver un Charly hoy. Pero vas a ver a un pendejo que toca como la gran puta. Que compone muy muy bien. Charly es Charly. Está en el panteón de los seis grandes dioses del rock nacional. Era otra época, tenía otra trascendencia. Pero he visto pibes impresionantes. Además están en un palo creativo que va por otro lado, distinto al que tenían Gustavo o Luis. Van a otro lado. Tienen otro pedo en la cabeza.

Yo creo que hay muy poco para inventar en el rock. El rock es un señor de 75 años, si tomamos en cuenta a Paul McCartney o Keith Richards o Mick Jagger, es un señor mayor, un abuelo. Los que dicen “mirá estamos tocando rock” yo digo no, eso que tocas es música antigua. Los que tocan rock rolinga, por decir algo. Esos pibes buscan una salida laboral. Y seguro van a llenar estadios, pero eso es música antigua.

Hay pibes que están tratando de reciclar la música. Algo nuevo no, porque el rock es tan viejo ya que está todo inventado, todo hecho. Hay manuales de rock donde esta todo escrito. Caetano Veloso, cuando fui a entrevistarlo, dijo: “yo no quiero componer mas. Porque todo lo que escribo se parece a algo que yo hice o algo que hizo otro”. Entonces es como armar un mosaico veinte veces con las mismas piezas. Me parece que es así ¿En el tango, por ejemplo, alguien escuchó un tango que traspase a Troilo o a Piazzola?

APU: Bueno el tango electrónico ¿no?

FDM: No es tango, es música electrónica. Bajo Fondo, Gotan Project, hacen música electrónica con aires de tango. Yo no escucho tango ahí. Escucho aires de tango metidos en la electrónica. Pero no está mal. Todo tiene un principio y un final. Todo está encajado dentro de una caja que tiene límites. En el flamenco pasa lo mismo. ¿Después de Paco de Lucia, quien puede aparecer que toque la guitarra de esa manera para inventar algo nuevo para el flamenco? Está Paco de Lucia, listo.

No sé si puede haber un quiebre tan grande cuando ya está todo inventado. Lo que sí está bueno, es buscar maneras de reciclarlo, de una forma más original. Pero que no vengan a decir los que hacen música antigua, lo que hago yo es moderno, porque no es así. Eso es lo que a mí me rompe las pelotas.

APU: ¿Y por qué no, qué herramientas nos faltan para acercarnos a esos grandes genios?

FDM: En el campo de la filosofía es diferente, porque el pensamiento es más abarcativo que el arte. El arte tiene un límite. No limite de creación sino de invención. Se puede inventar hasta un punto. Después hay que reciclarlo. En el mundo del pensamiento calculo que no, como está muy ligado al contexto, el pensamiento en 50 años va a ser diferente. Yo no sé si la música va a ser diferente ¿se inventaran instrumentos nuevos? ¿Cambiará la matemática de la música? No. Los números son los números. En la época de los griegos y ahora. La música es una consecuencia, una construcción humana, que es igual cuando se inventó antes que ahora. El mundo de la música es un mundo cerrado. Ojalá me equivoque. Pero no me lo imagino. Ojalá, mis hijos escuchen música y digan lo mismo que me pasó a mí con los Beatles: Lo que hacen no es rock, ¿qué es esto? Era otra cosa.

Arte y política

APU: Hiciste los Raporteros…

FDM: Si, resistencia antimenemista

APU: Me gusta pensar el arte vinculado a la política, que meta presión, que movilice.

FDM: Sí, hay dos vertientes. Hay artistas que no se meten, que sólo quieren comunicar su arte y artistas que nos metemos. Lennon y McCartney. McCartney debe tener colgada la Orden de Caballero en su estudio y Lennon se la devolvió, se las tiró por la cabeza. Es así, son puntos de vista. Hay bandas que sólo piensan en la plata. En un país polarizado como este, el dilema de las bandas que no se meten en política debe ser cuidadoso. Como le pasó a Roger Waters en Brasil, que puteo a Bolsonaro y la mitad del estadio se le fue. Pero a un tipo como él, le importa poco eso. Si ya está hecho.

Pero ahora, cualquier banda que logró llenar un estadio, pierde a la mitad de sus seguidores por expresar sus ideas políticas, el manager le va hacer gesto de cortarle la cabeza. A mí no me gusta hablar de grieta, porque es una palabra que inventó Lanata. Me gusta la palabra brecha. A mí me pasó particularmente de estar de un lado y que la gente te condene por eso. Es una instancia muy personal. Ya ni siquiera interviene el mánager.

Yo hace tiempo que con algunas personas suspendí el debate, porque no hay forma de conciliar. Con muchas personas no se puede ni eso. Viste el pibe que viene y dice la famosa frase: “se robaron un PBI”. Y yo trato de explicar que un PBI son 233 mil millones de dólares. El hombre más rico del mundo, el dueño de Amazon, tiene una fortuna de 132 mil millones. Quien se afanó un PBI es el doble de rico del dueño de Amazon. ¿Dónde mete esa plata? Y… la debe tener escondida en un pozo… bueno con razonamientos así, es imposible. Lo saludo, hablamos de fútbol, le tiro buena onda y nada más. Hay un punto en el que el debate no sirve más. Y eso pasa acá, todos los días. Hay gente que esta abducida.

Y volviendo al principio, si el pibe tiene el estadio lleno, ¿qué sentido tiene que se tire a la mitad del estadio en contra, por expresar sus ideas políticas? El único rédito que va a sacar de eso es que la mitad del estadio no va a escuchar más su música. Y trato de justificarlo desde lo razonable. Desde lo ideológico yo estoy en otro lado. Cuando hacíamos Raporteros sufrimos muchos ataques. Pero no era esta época. Nos comimos varios juicios. Pero nadie me insultaba en la calle. Hace poco me pasó de ir caminando por la calle y que me puteen con mis hijos al lado. Se puso más virulenta la cosa. La incidencia de la tecnología aplicada a los intereses políticos es siniestra.

 

APU: ¿Y no te dan ganas de activar Los Raporteros?

FDM: No. Tengo otras prioridades. Y tengo en la cabeza esto que dije antes. No hay manera de influenciar al otro con razones. No hay forma ahora o yo no la encuentro. La brecha existe desde siempre en Argentina. Somos un país dividido. No se llegó a una guerra civil declarada, pero siempre hubo dos bandos y entre ellos se tirotearon. Siempre un bando fue poderoso y el otro débil. Esto pasó siempre de una forma muy marcada.Acá pasó eso, en Colombia pasó lo mismo. En Venezuela igual. Con la diferencia que en Colombia la violencia viene de 4 lugares diferentes. Están en el medio entre 4 bandos.

Ahora la tecnología, la comunicación y la hiperinformación hacen que uno se pueda poner de un bando o del otro solamente con mirar el celular un rato o internet. Pero no me dan ganas ahora de Los Raporteros. Creo que es un momento en el que hay que sentarse a observar. Tomar distancia, sin ser egoísta. Pensando en el bienestar general. A mí no me chupa lo que le pase al otro. Sin abandonar esto, tomo distancia y observo lo que pasa.

 

APU: ¿Colombia es violenta, Venezuela es violenta, es así realmente?

FDM: Lo que acá llaman inseguridad, para un venezolano, colombiano o mexicano es un juego de niños. Se cagan de risa. En Colombia he vivido violencia de verdad. Hay un capítulo en los libros de historia en las escuelas de Colombia que se llama: La violencia. A partir del asesinato de Gaitán (Jorge Eliecer Gaitán), Colombia está en guerra. Y son 4 bandos muy definidos: Narcos, asociados a la guerrilla. Los paramilitares, que son espantosamente despiadados. El ejercito por otro lado. Y los campesinos armados que en algún momento tuvieron que defenderse de los terratenientes, que son terriblemente hijos de puta y explotadores.

Hay zonas que están delimitadas y se sabe que tienen influencias de los “paracos”, los paramilitares, por decir algo. Aún ahora que firmaron la paz con las FARC. Porque ahora resurgió la otra guerrilla. Es muy interesante la historia de Colombia y tiene muy poco en común con nuestra realidad. La actualidad de estos países en cuanto a la violencia no tiene comparación con nosotros. En Argentina existe la inseguridad, pero no existe el crimen organizado.

En Brasil fuimos a ver Milton Nascimento. Íbamos a filmar en una favela pacificada una escuela de un baile llamado Jongo con música de Milton. Y favela pacificada quiere decir controlada por las distintas policías militarizadas más el ejército de Brasil. Avisan 4 ó 5 días antes que la policía va a entrar para que se pongan a salvo mujeres y niños. Porque van a entrar y entran. Es una guerra campal entre los narcos que controlan la favela y el ejército. Se van instalando puestos de control mientras los narcos se escapan por la cima de la favela. Esto no se ve en las villas argentinas.

Para entrar a la favela nos dieron todas las recomendaciones de seguridad. El guía nos abrió camino. Estábamos en un patio enorme y me alejé con el cámara para hacer una toma desde el borde del patio para tomar la extensión de la favela. Nos paramos en la escalera y a los cinco minutos caen dos motos con 4 pendejos y ametralladoras amenazándonos con muchísima violencia. No querían que filmáramos más. El de la moto era el patrón de la favela. Y estos pendejos armados hasta los dientes tienen un ejército de 300 tipos más, todos pibes que aseguran el control de la zona. Volvimos al patio, imaginate yo estaba recagado en las patas, me temblaban las piernas y me dicen mirá para arriba: había no sé, 20 ó 30 tipos con ametralladoras apuntándonos. Eso no es un motochorro. Eso es crimen organizado.

¿Y en México? Andate a la plaza de Sinaloa… ¿qué crees que vas a encontrar? Las cabezas de la gente asesinada por los carteles mafiosos del narcotráfico. Y no es exagerado lo que digo. Eso pasa. El DF esta militarizado. Acá esto no pasa. Me pueden afanar el celular, el auto, si… puede ser. Pero no es crimen organizado. Es inseguridad, son chorros, y es un horror y lo sufrimos, pero no es violencia organizada. Hay que recorrer Latinoamérica. Sitios donde el Estado es socio de los narcos. O las Maras, por ejemplo. Acá eso no existe.

Lo de Venezuela es inexplicable. Un país construido sobre un océano de petróleo. Con esa bonanza. Que esté como está ahora es inexplicable. Bueno lo de argentina es también inexplicable. Que un cartón de leche salga casi 100 mangos es inexplicable, si somos un país lleno de vacas. O que el pan salga lo que vale… con la capacidad de producción de trigo que tenemos. Yo vivo crisis cíclicas desde que nací.

Creencias

APU: ¿Creés en la idea del destino?

FDM: Si, a full. Es algo inevitable. Hay una cantidad de eventos que indican que vas para un lado o vas para el otro. Hay maneras de captar esa corrientes y algunos tienen esa capacidad maravillosa de captarlo y otros no la tenemos. Yo no la tengo. Hay tipos que tienen ese olfato y son visionarios. Pero sí, creo que hay una cadena de eventos que pueden indicarte qué puede llegar a pasar con el destino.

APU: ¿Sos creyente?

FDM: No, odio las religiones, por eso las estudio tanto. Soy un estudioso de las religiones. Ahora estoy leyendo a Mahoma. La biografía que hizo Roger Caratini es impresionante. He tenido muchas charlas con religiosos, algunas de ellas bastante ásperas. La religión es una creación del hombre, que solo sirvió para traer desgracias, nada más. Casi el 80% de las guerras en la historia de la humanidad se deben a la religión.

El conflicto más grande hoy hay en el mundo es el ISIS, el Estado Islámico, todas las potencias metidas ahí, tratando de sacar un pedazo de esa carne se producen por las religiones. La religión es una mierda, no sirve. Ahora, que debe haber algo superior, que no tiene cara de hombre con barba y túnica, o tiene 4 brazos, eso no es dios para mí. Stephen Hawking escribió un libro maravilloso, “Breve historia del tiempo”, llegamos a creer o saber que una explosión enorme formó todo esto, pero antes de eso, tiene que haber algo que lo regule.

No creo en la figura del dios omnipresente y todopoderoso al cual le puedo rezar para que me conceda deseos. Si así fuera no habría hambre o guerras. Tampoco creo en la excusa universal de las religiones sobre el libre albedrio otorgado por dios para que hagamos nosotros lo que decidamos. Ese dios es un dios pelotudo, hizo todo como el culo. Le dio el libre albedrio a un ser imperfecto que hace todo mal. Yo no voy a dejar que maneje mi casa un tarado, porque me la prende fuego. Todas son construcciones del hombre y las religiones siempre hicieron rédito político y económico.