"Existe una violencia expropiatoria de la pasión del hincha argentino"

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"Existe una violencia expropiatoria de la pasión del hincha argentino"

26 Agosto 2012

AGENCIA PACO URONDO: ¿Continuamos lo que dejamos la semana pasada o presentamos algo nuevo?

Horacio Bustingorry: En algún punto se toca pero no es estrictamente el análisis del Protocolo de Actuación que presentó el Ministerio de Seguridad. Es respecto de algunos hechos de violencia que ocurrieron este fin de semana que sí tienen que ver con esta medida y me llevaron a pensar que la violencia hay que pensarla en dos planos: la violencia que se genera entre hinchas o entre hinchas y policía, que es la que históricamente han puesto de relieve el periodismo general y el deportivo, y una violencia no tan planteada que es la que se genera contra el hincha con algunas medidas de eliminación de prácticas históricas.

APU: Vos decís desde el Estado al asistente.

HB: Exactamente. La violencia del Estado contra el asistente. Ahora lo vamos a ver pero primero, vamos a puntualizar algunos hechos. Hubo enfrentamientos entre hinchas de River y de Tigre cada uno por su lado y la policía en el partido que jugaron el domingo.

En el caso de los hinchas de Tigre, hay muchos rumores respecto de que un policía al que le habrían sacado un negocio ilegal tomó represalias dando origen al enfrentamiento. En el caso de los  hinchas de River, se dice que había más gente que las entradas que se habían vendido. Al parecer algunos tenían entradas falsas y eso también provocó problemas. Ese fue uno de los hechos.

Otro hecho muy grave fueron los incidentes en la cancha de Nueva Chicago, en la B nacional con Gimnasia de Jujuy, donde la hinchada de Chicago está partida. Un sector de “Los perales” se enfrentó con la policía porque no los dejaron entrar, cuando sí dejaron entrar al sector de “Las antenas” que es su rival dentro de la hinchada de Chicago.

El otro, y más llamativo, fue el que se dio en el partido del sábado entre Colón y Belgrano donde hubieron incidentes previos al partido pero, al final del mismo, la policía quiso sacar del estadio antes de que termine a la hinchada de Belgrano, los hinchas se negaron y se armó un revuelo muy grande…

APU: ¿La policía quiso retirar a la hinchada antes?

HB: Sí, es una modalidad que a veces implementan algunas policías provinciales para agilizar el operativo de salida del estadio.

APU: ¡Sí, pero me pierdo una parte del partido!

HB: Exactamente, y gente que viajó desde Córdoba  no estaba muy contenta, se armó un gran revuelo, se paró el partido y Pablo Díaz, el árbitro, hasta que no se sacó a la última persona no lo siguió esperando que se volviera a la normalidad, pero ¿qué tipo de normalidad? Una normalidad donde ya no estaba la hinchada de Belgrano.

APU: Lo cual incide sobre el resultado.

HB: Incide sobre el resultado y agregaría que, a mi entender, Pablo Díaz es cómplice de la represión porque él está esperando que no haya gente de Belgrano y para que esto fuera así, la policía tuvo que reprimir.

APU: O sea que el árbitro del partido fue cómplice de la represión que se terminó desatando.

HB: Exactamente, porque él lo quería jugar a toda costa. Olave, el arquero de Belgrano, estaba desesperado ya que había familiares suyos y de otros jugadores del lado de su hinchada y, al tratar de frenar a la policía, tuvo un encontronazo con un bombero, le metió una piña y terminó en la comisaría, ya que algunos jugadores de Belgrano, desesperados y angustiados, no querían continuar. Seguir el partido a toda costa, ese intento de “normalizar” la situación, es un grado de complicidad con la represión. ¿A qué costo se quiere seguir jugando un partido que ya estaba bastante desbordado?

Y acá viene la reflexión: Estas medidas que apuntan a la normalidad en los estadios, de tratar de reducir al mínimo la violencia, como puede ser, desde una bandera larga hasta una hinchada que se vaya antes para evitar enfrentamientos a la salida, son un grado de violencia hacia el hincha que quiere llevar la bandera desde lo más inocente y quedarse en el estadio hasta el minuto 95 si es que el árbitro llevó el partido hasta ese tiempo.

APU: Sí, y un partido, además, se puede definir en el minuto 95.

HB: Totalmente, el partido estaba 2 a 2, podía haber ganado Belgrano sobre la hora con lo cual esto se hacía muy injusto. Y conectando, ahora sí, con la columna de la semana pasada: no se dejan entrar objetos para evitar que sean arrojados al campo de juego –esa medida puede tener algún sentido-, objetos que forman parte del cotillón de los hinchas argentinos y uno observa lo ocurrido ayer en el partido por la Copa Sudamericana entre Boca e Independiente, cuando iba ganado Boca 3 a 2, en el último minuto Independiente mete un gol, un gran festejo en el banco de Independiente y desde el palco, el sector más caro de la parcialidad de Boca, se tira un cartel hacia dicho banco.

No entran serpentinas, bombas de estruendo, lo que sea pero el cartel estaba en la cancha. Ahora van a tener que sacar los carteles para que no se tiren, esto muestra lo absurdo de las medidas que se toman.

APU: Hay dos cosas que subrayás: Una es que si se tira un cartel hay que sacar los carteles, si se tira una remera, la gente no puede entrar con remera a la cancha y el otro eje es algo que charlamos cuando fue el descenso de River y es que muchas veces insisten con que la violencia, los inadaptados sociales, las imágenes te muestran a los pibes más morochos, con menos dientes, con los tatuajes más feos y muchas veces, la vorágine, como lo fue en el descenso de River o en el caso que planteás en Boca, la empiezan los plateístas. Cuando estos comienzan los desmanes, no aparece el chico rubio, descontrolado, rompiendo todo. Siempre en la imagen aparece un morocho. Es una persecución de piel.

HB: Sí, la estigmatización recae sobre el morocho. Citás el caso de Belgrano-River, ahí la popular estaba bastante tranquila e igualmente, los bomberos le tiran agua. Como había que tirarle a la platea, por las dudas, le tiran a la popular.

APU: Sí, igual desatan la represión sobre los sectores populares.

HB: Lo que digo es: La “lucha” contra la violencia y por el “retorno de la familia a la cancha” termina generando una violencia expropiatoria de la pasión del hincha argentino.