Emma Zunz en la performance de Silvia Vladimivsky

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    Silvina Vladimivsky
    Foto; Laura Allende
DANZA

Emma Zunz en la performance de Silvia Vladimivsky

17 Diciembre 2023

El pasado 29 de noviembre, en el Celcit, la coreógrafa argentina de trayectoria internacional, Silvia Vladimivsky, presentó Emma Zunz, performance. Un espectáculo que oscila entre los márgenes del teatro post dramático y la danza contemporánea, desafiando las propias delimitaciones de las especificidades de ambas disciplinas, su punto de vista establece en la multiplicidad, una síntesis orgánica: la unidad y la trascendencia del cuerpo poético.

De esta misma manera, Borges también resuelve el único cuento que protagoniza una mujer: Emma Zunz. La vacilante historia sobre el destino y la venganza.

En su síntesis, Vladimivsky, hace resonar el pensamiento de Pina Bausch. Sus preguntas van hacia los horizontes que determinan nuestros propios movimientos: “No me interesa cómo se mueve el ser humano, sino aquello que lo conmueve”, dijo la coreógrafa alemana.

La búsqueda del propio destino, es lo que mueve a Emma para poder vengar la muerte de su padre, pero la otra búsqueda, aquella que es la del cuerpo encarnando las almas en la escena borgeana, es lo que trabaja la gran coreógrafa argentina.

Su versión de Emma Zunz alcanza altos niveles poéticos, en la difícil alianza entre las condiciones narrativas de una historia y la expresión de los cuerpos ensamblados. No siempre son instancias encontradas, no sólo porque narrar con el cuerpo es asumir la ineficacia de la palabra, sino porque, como cualquier circuito cerrado donde sea prioridad la poesía, se rinde ante el silencio de la expresión.

Su versión de Emma Zunz alcanza altos niveles poéticos, en la difícil alianza entre las condiciones narrativas de una historia y la expresión de los cuerpos ensamblados.

Sabemos que Emma se enreda entre su pasado y su presente buscando las propias bifurcaciones del plan de su alma, eso no lo sabemos por Borges, eso podemos asumir luego de transitar la escena que tan fielmente ha construido Vladimivsky.

Nunca antes interpretado, una Emma tan tangible y humana en la narrativa coral de las voces que se encuentran para parir su grito. Munch, siempre Munch.

Hay un concepto bartheano que se trabaja con la más fina de las orfebrerías y es la gran presencia en la ausencia: un alma atravesaba por la marca ineludible del tiempo buscando hacerse presente en su rasgo fundamental: la universalidad. Un alma que padece la fragilidad del tiempo.

Todo es Emma en el acontecimiento que tanto cuidó Borges y en la aniquilación del mismo que tanto cuida Silvia, hacedora de una magia espiritual pocas veces vista.

Sin necesidad de protagonismo, escondiéndose como una niña amada en este y en todos los tiempos. Entendí que solo un cuerpo entregado a la escena puede generar tanta calma aún en el vacilamiento.

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Emma Zunz
Foto: Laura Allende

Porque él está encarnando voces que vienen y se van… otras que se van y

vienen. Y así nos vamos poblados por ellas. “Qué grande sos, Vladimisky “

dice Sergio Vainikoff, todos están aplaudiendo repetidamente. “Es increíble

lo que hace con la gente, moldea las energías colectivas para transformarlo en un cuadro performático con un sello único, mueve la gente cual si fueran bellas melodías que van haciendo un contrapunto y una armonía sublime.

Sí, como el arte: transforma, nos transforma. Inexorablemente. Ama, baila y que no importe nada más. ¿Quiénes éramos antes de Emma Zunz?