El pájaro canta hasta morir

El pájaro canta hasta morir

04 Julio 2014

Por Maricruz Gareca

Durante todo julio la adaptación del “El buen canario”, obra teatral escrita por el estadounidense Zach Helm, seguirá en escena en el Teatro SHA, bajo la dirección de Merceditas Elordi. En esta nota, Ulises Pafundi y Javier Piazza, integrantes del elenco, nos cuentan sobre la historia, sus personajes, la puesta en escena y el proceso de adaptación y la adquisición de los derechos.

La historia

Ulises Pafundi: El buen canario es una obra norteamericana que se hace por primera vez acá en Argentina. En París la dirigió John Malcovich, su primera puesta fue en 2007 y, en 2009, si no me equivoco, se hizo en México también dirigida por Malcovich, con las actuaciones de Diego Luna y otros actores mexicanos. Ahora, en Argentina, es la primera vez que se hace, dirigida por Merceditas Elordi.

La historia gira alrededor de un matrimonio joven, ambos escritores que cometen errores en sus vidas por un intento fuerte de querer salvarse. Hay una obra que se escribe en este matrimonio que, aparentemente, va a tener muchísimo éxito, hay un gran editor que quiere publicarla y quiere que su autor, el muchacho, el  joven Jack, siga escribiendo otras obras. Todo gira un poco en torno a eso: al éxito de la obra y, por supuesto, a los problemas de enfermedad que tiene la protagonista, que es el personaje que interpreta Lucía Di Carlo, que es Annie.

Javier Piazza: Es un drama  aunque tiene algunos ribetes cómicos, un poco como la idiosincrasia norteamericana que mezcla la tragedia con la comedia, una historia tragicómica. En toda la tragedia, en todo este pesar que tiene el matrimonio, aparte de la pelea por el éxito y el problema con las drogas que tiene ella, hay situaciones cómicas o algunos diálogos que son cómicos, de comedia, también hay otros personajes que están por ahí dando vueltas, que son como los fantasmas que tiene esta mujer: tanto el editor como un crítico, el que va a publicar también la novela y otras novelas del escritor que son un poco la contrapartida del personaje de Annie, que es el personaje fuerte y el que pone un poco la ideología, esta cosa de lucha que tiene, pero estos personajes son como su contraparte que aparecen y contra los que tiene que luchar. Son como representaciones de ciertas cosas, del poder. Por ejemplo, hay un personaje bastante misógino, que es el que interpreto yo, que es toda esta lucha de la mujer por tener un lugar, un espacio dentro de la literatura, que es el arte que manejan estos escritores.

Los personajes

U.P.: En mi caso voy a hablar  de mi personaje y también voy a hacer mención al personaje que hace la protagonista. Mi personaje es Jack, es el marido de la protagonista, es un escritor joven que tiene que lidiar un poco con la enfermedad de su mujer. Él, por supuesto, que la ama y está totalmente enamorado de su mujer, pero como es un muchacho joven y quiere tener un futuro, encuentra la oportunidad del libro para ganar dinero y demás, eso es lo que va a empezar a hacer un poquito de ruido en el matrimonio, en algún momento de la trama de esta historia. En mi caso, por lo menos, el personaje es un muchacho común y corriente que vive esta historia, tiene las circunstancias de este matrimonio y creo que lo complejo de esto es lidiar con la enfermedad que tiene la mujer y esa contraposición, esa cosa opuesta que tiene él que está entre el amor de su mujer, el afecto, el cuidarla y él salir adelante, la parte económica, la parte del éxito, cómo le podía pasar a cualquier otra persona. En realidad, es una situación muy real la que se da ahí.

Cabe destacar que el trabajo que hace Lucía Di Carlo, la protagonista, es extraordinario. Ella compone a una adicta a las anfetaminas, también es bulímica, tiene un trastorno que se llama borderline, es un grado de bipolaridad 10; ella hizo una gran investigación para este personaje, se metió en ALUBA, investigó con médicos, con psicólogos, psiquiatras, habló con pacientes con este tipo de trastornos, más que nada trastornos alimenticios. La verdad que es un laburo muy comprometido el que hace la protagonista y está a la vista en lo que dice la gente, es bárbaro lo que hace. Es muy difícil para ella, es una actriz joven, y meterse en la piel de una persona con estas características donde todo el problema es psiquiátrico, en algún punto, es muy difícil. La verdad es que ella sale tan bien de esto y lo demuestra corporalmente, tiene un esfuerzo físico impresionante, un despliegue, porque hay unas coreografías y unas cosas impresionantes que ella hace con el cuerpo. Es una actriz muy versátil: canta, baila y todo eso se ve en escena.

J.P.: Mi personaje es una especie de crítico jodido, porque hay críticos buenos también. Es la némesis del personaje central porque tiene que haber una contrapartida. Está el matrimonio que intenta luchar, que intenta componerse, está este mar de líos que tienen entre el éxito de la novela – le está yendo muy bien a él- y la enfermedad de ella, y de pronto en la fiesta aparece este personaje que es contradictorio, que le tira un par de palos. Es un crítico que está interesado en su propio éxito, más que en el éxito de los demás, a partir del éxito de los demás construye el suyo propio.

La puesta en escena y la adquisición de los derechos

U.P.: Respecto al tema de los derechos, la que fue el motor para conseguirlos fue Lucía Di Carlo que se interesó por la obra, la leyó, le gustó muchísimo y vio hacer una escena en el Taller de Entrenamiento de Agustín Alezzo – todos somos actores de la Escuela de Alezzo-, por supuesto quedó maravillada con los personajes y la historia de esta obra, y empezó a averiguar sobre los derechos; fue la verdad un trabajo bastante arduo, muchos meses, ponerse en contacto con los norteamericanos; cuando uno va en busca de derechos, todos sabemos que en el caso del teatro independiente, nosotros movemos todo y ella fue el motor de esto. Una vez, habiendo tenido los derechos, se pone en contacto con Merceditas Elordi, que es la directora, después se conforma el elenco total.

Respecto a la puesta, hay que mencionar que Merceditas Elordi hace una puesta maravillosa, es muy interesante porque la obra es una tragicomedia, pero tiene estas cosas de coreografías que son muy interesantes.  Por ejemplo, hay una persona que está dibujando en vivo, es extraordinario.

J.P.: Es un recurso que se utiliza que es novedoso y hace más ágil a la obra. En la obra no hay cortes, la obra continúa todo el tiempo, las transiciones entre una escena y otra son fluidas, y el panel con Edgardo Aguilar dibujando atrás ayuda bastante porque la obra, de otra manera, sería muy densa por toda la temática que trata.

U.P.: Yo creo que ayuda muchísimo al ritmo la puesta que hace Merceditas. Merceditas es una actriz que también estudió en la Escuela de Alezzo, pero además trabaja con Marcelo Savignone, y tiene esa técnica que es muy interesante y, en este caso, que se mezclan las dos técnicas, hace una puesta verdaderamente interesante.

J.P: Hay coreografías, mucho movimiento de los personajes, del personaje central sobre todo que hace Lucía porque hace un baile, pero más que nada coreografías entre escenas, en la transición que yo, al menos, nunca había visto, algo bastante novedoso e interesante. La obra no decae en ningún momento, es una continuidad, de un momento a otro va creciendo y esa coreografía ayuda bastante.

El buen canario se presenta todos los jueves a las 21 hs. en el Teatro SHA (Sarmiento 2255).

Más información en Facebook: /buen.canario.