Dos mujeres por Latinoamérica

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Dos mujeres por Latinoamérica

05 Mayo 2013

APU: ¿Cómo surge la idea de “Cine a la intemperie”?

Viviana García: Como cineasta me preocupaba que nuestros audiovisuales no se difundieran más allá de los festival de cine o de algún cineclub de Cordoba. Mas la falta de interés de los hijos de mis amigos de ver cortos argentinos, comenzó a movilizarme. Y cuando vi unos documentales de los cuales pensé que sería muy oportuno poder exhibirlos por la propuesta de cambio que proponían, termine de convencerme en armar un proyecto. Lo que hoy llamamos Cine a la Intemperie, sus inicios fueron por el 2006, toda su etapa de gestación y conformación del equipo. Le extendí la invitación a Griselda Moreno, la cual en noviembre del 2007 se sumo y con quien hasta el día de hoy lo llevamos adelante.
 
APU: ¿Por dónde giraron?

VG: Los datos de la gira 2008/2009/2010, suman 52.000km contando los trayectos por mar, en 2 años y 5 meses. El viaje se inició en la ciudad de Córdoba y recorrió Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Centro América hasta Tijuana, Méjico, y desde allí emprendimos el regreso pasando por Cuba, Venezuela, la cuenca del Amazonas, el nordeste brasileño, Paraguay, Uruguay hasta regresar a la ciudad de Córdoba. Los tramos por mar implicaron el cruce del Cine Móvil en buque de Colombia a Panamá, de México a Venezuela y la navegación en balsa durante 5 días por el Río Amazonas. Realizamos 143 proyecciones, la mayor cantidad de espectadores que tuvimos en una función fue de 2.300 personas, ante el cuerpo de aspirantes a infantes de marina en Coveñas, Colombia. Pero usualmente nuestro público rondaba las 80 personas. Cine a la Intemperie iba a lugares donde sus habitantes eran pocos, los pueblos. Hemos proyectado en Espacios al Aire Libre como Plazas, Parques, Calles de Barrios, en las Paredes de la Iglesias, en Escuelas Rurales/Urbano Marginales, en Centros de Culturas, en Comunidades Campesinas, Comunidades de Pueblos Originarios, en Polideportivos, en Canchas de Básquet, de Futbol, en Capillas, Sacristías, en Casas de Abuelos, Cárceles, Correccionales, Hospitales, Centros de Juventud, etc

Algunos Lugares donde proyectamos:

Centro vecinal de Susques: Una convocatoria realizada mediante carteles en los almacenes y puerta por puerta. (Argentina)
Río Grande, II región de Atacama: la puesta en marcha del cine se dio mediante energía cedida por el río. (Chile)
Poblado Pinchollo, Valle del Colca: Convocatoria mediante parlantes desde el campanario de la Iglesia. Público infantil con presencia de la directora y dos maestros. Poblado olvidado y bastante deprimido. Trabajo con la ONG (APDH) y AECI PERU.
Distrito de ATE (Asentamiento humano de Monterrey, barrio periférico de Lima) Con la colaboración de CEDAPP (Centro de Desarrollo y Asesoría Psicosocial) proyectamos en una ludoteca en el marco de un programa denominado “Por los Niños y las Niñas” (Perú)
San Pedro de Escaleras: Proyección en el salón de la Iglesia del pueblo mientras se llevaba la asamblea de todas las comunidades campesinas que estában en huelga, en contra de la nueva ley minera (Ecuador)
Distrito Aguas Blancas Bº Mujica 1: Se proyectó Bangpiros, en su avant premier en el lugar donde fue rodado. Corto realizado por U$D50 por la gente que vive en esa zona, y que tiene que convivir con situaciones sociales muy fuertes. (Cali, Colombia)
Managua: Una proyección para las talleristas de la Federación Agropecuarias de Cooperativas de Mujeres Productoras del Campo. (Nicaragua)
Puerta de San Marcos: Uno de los seis pueblos afectados por la construcción de la Presa de Picachos. Proyección en la pared de la Iglesia, única obra terminada de toda la relocalización del pueblo nuevo. (México)
Anfiteatro del Parque Almendares: Proyección organizada junto a los Jóvenes de la Muestra de los Nuevos Realizadores. (Cuba)
Tinglado Comunal “Bañado Sur”: Proyección junto a la Organización Semillas para La Democracia en las zonas más desfavorecidas de Asunción (Paraguay)


APU: ¿Llegaron a lugares donde nunca se habían proyectado películas?

VG: Un poco esto te lo respondo en la anterior, pero sí, llegamos a muchos lugares donde nunca se había visto cine; como en Río Grande, II región de Atacama, Chile: la puesta en marcha del cine se dio mediante energía cedida por el río. (Chile)
 
APU: ¿Cómo eligieron el material que proyectan?

VG: Los audiovisuales los elegimos por su mensaje pero si descuidar las cuestiones estéticas, narrativas. Nuestro Catalogo es enteramente latinoamericano, nombramos algunos títulos,

“Elvira” de Juan Manuel Costa - Animación (Argentina)
“La Espalda del Mundo” de Javier Corcuera- Documental (Perú)
“Tocar y Luchar” de Alberto Arvelo –Documental (Venezuela)
“Bajo Juárez, la ciudad devorando a sus hijas” de Alejandra Sánchez Orozco y José Antonio Cordero – Documental (México)
“Hombres Verdes” de Yimit Ramírez Gonzales – Animación (Cuba)
“Otra Vez” de Mico Meloni –Documental (Bolivia)
“Curundu” de Ana Endara Mislov – Documental (Panamá)
“Karai Norte” de Marcelo Martinessi – Ficción (Paraguay)

APU: ¿Cómo surge la idea del libro y del documental?

VG: Quizás, “cómo” vivir el proceso, tenga que ver con el grado de compromiso que se decida poner en el proyecto. En nuestro caso fue una entrega, una apuesta que no solo tenía miramientos sociales, culturales, educativos, sino un tránsito claro por lo que uno cree y desde su condición intenta dar lo mejor de sí. Fue difícil desde que salimos hasta que regresamos. La ilusión puesta en la etapa de diseño de Cine a la Intemperie, la cual la llevó adelante una de nosotras (Viviana García) con otra colega documentalista (Verónica Rocha) plantando la simiente de todo este proyecto, también tuvo sus obstáculos que se tuvieron que sortear. La realización de estas dos obras que hoy nos convocan y nos llenan de satisfacción igualmente fue una ardua labor. La búsqueda de financiamiento para proyectos que no persiguen fines de lucro agota y muchas veces desanima, pero siempre cuando todo se tornaba en oscuridad, un halito de luz aparecía para renovar las energías y las esperanzas de lo que estábamos haciendo valía. El que solo fuésemos y aún seamos dos personas llevando adelante TODO también es difícil. La sostenibilidad del proyecto es una lucha diaria, tanto cuando estábamos en viaje, como ahora.
No obstante, fue un proceso lleno de alegrías y gente nueva todos los días, un proceso sobre todo lleno de solidaridad por parte de la familia, amigos, amigas y gente que no conocíamos que nos dieron y dan una mano siempre. Un proceso cargado de latinidad. Quizás hoy podamos decir, que tenemos un continente latiéndonos en el corazón.