Demanda contra el olvido y justicia poética
Por Boris Katunaric
Cuando haya que lanzar la pólvora
el hombre lanzará la pólvora.
Cuando haya que lanzar el libro
el hombre lanzará el libro.
De la unión de la pólvora y el libro
puede brotar la rosa más pura.
Raúl González Tuñón
Entrar al Café Tortoni después de 8 o 9 años, cuando la ilusión dolinesca era una impresión realmente potente en quien suscribe, causa una inevitable nostalgia y cierta, por qué no, ilusión poética en esos mármoles que poblaron grandes protagonistas de la cultura. Un desencuentro con el presente y un romanticismo cálido con el pasado, su mito y su vigencia y de estas cosas vamos a hablar, reencuentros con un pedazo de siglo XX, a través de los buenos poetas que ejercen ese oficio de traficantes de ternura. Una puerta angosta y amable nos dio luz verde este miércoles para entrar en la presentación del libro Conversaciones con Raúl González Tuñón de Horacio Salas que el Grupo Editorial Sur acaba de devolver a la vida después de su primer edición, hace cuarenta años. Dos autores, dos poetas que conforman un libro y un rescate poético. Entre los testimonios de los oradores, entre los que se encontraban el propio Salas, fue interesante escuchar en la voz Adolfo González Tuñón (hijo de Raúl) una interpretación interesante de lo simbólico de esta reedición: “Hay varias formas de justicia, la justicia terrenal, aquí hay un representante, la justicia divina, no se ofendan pero no veo ningún representante, y hay justicia poética que a mí es la que más me gusta y me parece que es cuando se hace justicia con algún poeta o con la poesía (…) me parece que no es solamente un acto de justicia hacia mi viejo, hacia su vida, sino también hacia la diligente labor que Horacio hizo siempre en ponderar y en difundir la cultura y la poesía Argentina (…) es un libro que además es útil, que leyéndolo, y leyendo o releyendo la poesía de mi padre, va a tener una mirada más profunda y también más tierna”
Entonces está la posibilidad de que este libro sea también formador e instructivo, que especifique ciertas constantes de la poética, no solo de Tuñón sino de la poesía del siglo XX, ya que además de haber una conversación amigable llena de anécdotas, vivencias, viajes, amigos y política, no hay frase o poema que se nombre al azar que no esté citado al pie, y por eso esta labor de Salas es imprescindible y contextualiza la base desde donde trabajaba y se forma el poeta.
A mi pregunta sobre la reedición de este libro, Horacio Salas nos comenta: “Yo pensaba que habíamos perdido la batalla de la reedición, han pasado cuarenta años y me puso muy contento cuando Ture (director de Grupo Editorial Sur y revista Lamás Medula) me vino a ver y me dijo que podríamos publicarlo y yo casi le doy un abrazo, me pareció una maravilla y un nuevo homenaje a Raúl que era un hombre tan cordial, tan íntegro, tan buena persona y espero que algo de todas estas virtudes se puedan entrever leyendo este libro”.
Hablamos de un testimonio de cuya existencia solo se conservaba un mito inmaterial y, en el mejor de los casos, un encuentro fugaz y casual en alguna librería de viejo (y la mala suerte de no tener veinte pesos ese día en mi caso). Esta ausencia de edición que irrita fue una constante en la obra de Tuñón. Hasta hace unos años casi no había material reeditado, sólo perdidos volúmenes descatalogados, o esquivas publicaciones de la colección Página 12, lo más fácil de encontrar era La calle del agujero en la media de Centro editor de América Latina. Lo que no implica que su obra no haya circulado de alguna manera dejando hullas imborrables en cada lector puntual y entusiasta como el de quien escribe esta nota creyéndose (tal vez erróneamente) merecedor de vivir este reencuentro.
“Desde siempre me intrigó y hasta me enojó en un punto (si cabe el término) que no fuera posible la reedición de este grandísimo libro porque lo merecía, porque son dos pesos pesados de la poesía hablando. Parece fácil decir que hay dos personas hablando y de eso sale un libro pero hace falta mucho oficio, mucha muñeca periodística, mucho conocimiento de la obra poética tanto de Tuñón como de los poetas contemporáneos (…) yo creo que este libro rompe el tiempo, atraviesa el tiempo, como los buenos libros rompen cronologías. Sin pensarlo, porque en realidad cuando Tuñón y Salas se juntaban a charlar ni imaginaban que vos y yo íbamos a estar en esta presentación, es más, vos ni siquiera habías nacido, con lo cual es verdad eso que se suele decir que los libros se escriben para personas que no nacen todavía. Eso se ratifica con esta reedición, este libro fue trabajado en el 73 y publicado en el 75, estamos en 2013 y el libro ha atravesado todas las maneras del tiempo”, nos explica Ture en lo que tratamos de identificar y entender: la vigencia que tiene Tuñón y la demanda contra el olvido, dura batalla que podemos interpretar no como ganada, pero si de una entereza propia de los buenos e incansables militantes de la cultura.
Hoy podemos encontrar una suculenta antología de Seix Barral en la cual algunos de los libros están íntegros y otros tres libros en un tomo publicado por Beatriz Viterbo. Junto con estas conversaciones podemos encontrar una tendencia posible, una necesidad de lectores predispuestos, al tiempo que nos muestra la perseverancia de Tuñón ya que sólo su obra contiene la fuerza para salir a rodar entre puertos y callejuelas sin fin de pasiones irremediables. “Cada poeta es de su época, los grandes poetas trascienden su época, seguimos leyendo a Góngora, a Quevedo y yo creo que Raúl va a ser invencible en eso ya que le pegaron tanto en su tiempo. Siempre va a haber un chico joven que va a agarrar un poema de Raúl, le va a gustar y lo va a volver a leer”. Nos entusiasman las palabras de Salas, nos ilusiona tener nuevamente este pedazo de siglo XX.
Esta presentación contó con la no menos importante participación de Juan “Tata” Cedrón quien ha hecho la labor más importante musicalizando poemas de Tuñón y, como su amigo, ha compartido también interminables charlas y noches por la Buenos Aires del poeta. Ilustró con su guitarra y su voz este acto lleno de nostalgia como son los poemas de Tuñón.
Ture no nos deja pasar el detalle que hubiera sido un grandísimo error omitirlo y que también habla de lo maravilloso e inspirador de esta experiencia: “Estábamos y seguimos en una tratativa artística de un disco vinculado a la poesía con Carlos Nine que es, sino el mejor ilustrador, caricaturista de la Argentina. Anda por ahí y le comenté esto y me dijo no, pero lo hago yo, y lo hizo con un amor y una entrega. Por eso yo me rectifico cuando digo lo hizo desinteresadamente, quise decir que el desinterés tenía que ver con lo material, le interesó retratar a Tuñón desde su mirada. Tuñón fue un conocidísimo militante del partido comunista, comprometido con su tiempo, tenía una línea ideológica que tenía que ver con sus afectos por eso es que lo dibujó con un corazón gigante”
Ahora lo único que hay que hacer es leer y difundir esta obra imprescindible para los que patean las calles y los baldíos de la cultura. El pasado se va repoblando y esto indica la memoria que recuperamos sin prisa pero sin pausa, y entonces, al fin, la justicia poética se hace presente una vez más echando veinte centavos en la ranura.
Para quienes deseen conseguir este libro pueden escribir al mail contacto@grupoeditorialsur.com.ar; Y no olviden mencionar que son lectores de APU.
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