De los condimentos para cocinar un “Alto guiso”

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De los condimentos para cocinar un “Alto guiso”

10 Mayo 2020

Foto: Martín Biaggini

Por Elizabeth Molver

 

“Para bailar la Bamba se necesita un poco de gracia”. Para hacer un guiso carrero, no pueden faltar cebolla de verdeo, laurel, tomillo, entre otras especias. Pero para hacer un Alto guiso. Poesía matancera contemporánea son claves muchos condimentos.  

Es indispensable el análisis literario de Fabián Banga, profesor de lengua castellana y director del Departamento de Lenguas Modernas de Berkeley City College , editor de revistas académicas como Enuba, Lucero, Connections, investigador, activo miembro de del PEC y UNAJ, entre otras actividades académicas, quien desarrolló el concepto de bordeland, de territorio, de poesía en La Matanza, el partido del Conurbano que más habitantes tiene. Y es el responsable del análisis de obras y polifonías de lxs autorxs que incluye el libro en cuestión.

Otra voz fundamental es la del profesor de historia, licenciado en enseñanza de artes combinadas y técnico superior en dirección de cine, Martín Biaggini; que con su mirada histórica hace un recorrido desde Pedro Palacios (Almafuerte) pasando por Elías Cárpena y Martiniano Leguizamón; plantando bandera en los pueblos originarios de la zona : los querandíes, la cultura afro. Y, para seguir con la conformación de la población, los primeros payadores. Luego, la llegada del tango, el peronismo y, a partir de allí, todos y cada uno de los grupos literarios que funcionaron en La Matanza, citando autorxs y dando lugar a sus propias voces. Biaggini sigue su recorrido histórico con cada publicación periódica literaria nombrando a sus mentores  y al grupo que le dio origen.

Otro condimento necesario es el prólogo de Luisa Futoransky, poeta argentina nacida en Buenos Aires, radicada en Francia desde la década del 70, con una vasta cantidad de libros publicados, premios obtenidos y experiencia en el campo literario, que abre este libro con una voz poética para darle el color necesario para querer probarlo.

Sólo falta el sabor de cada cucharada, es decir, la voz de cada poeta que forma parte de esta conjunción, de este plato que cuenta con la presencia de algunos pioneros  y otras voces que han ido llegando a través de su quehacer literario, en estos últimos años. 

Omar Cao, maestro de poetas, con su ojo crítico, sus pies en el barro y en la poesía siempre. Hugo Salerno, con su poesía disruptiva, su eterno tango. La voz de Pedro Chappa en poemas y relatos, su particular visión del barrio y del mundo.  Gino Bencivenga, el actor de Laferrere, el poeta que desnuda su voz potente para hablarle al recuerdo de su madre o a su entrañable Yiyi. José Paredero, con su gran trabajo cultural y sus versos rimados que dicen del hombre y la mujer trabajadora. Patricia Verón, con ese juego  de lo cotidiano, lo crítico, lo real . La palabra de Anahí Cao, intensa y desgarrada. María Sueldo Müller y su poesía desafiante y llena de búsquedas. Alba Murúa, la belleza de sus imágenes, lo contundente en sus versos. Víctor “Pajarito” Cuello, su mirada sensible al mundo, la poesía que dice y emociona. Mi aporte, el mundo de las mujeres, los pequeños gestos, lo simple. 

Si a todo esto le sumamos que tuvimos varias presentaciones en la UNLAM, en el Centro Cultural de la Cooperación de CABA, en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, en programas radiales. Que hubo Alto Guiso 2 con un Homenaje a Pedro Chappa y Alto guiso 3. Paredes del Conurbano: arte, política y territorio.

Que la editorial Leviatán se puso al hombro el proyecto y se distribuyó por numerosas librerías de CABA. del Gran Buenos Aires y del interior, con altas repercusiones de venta. Que también se encuentra en Amazon, por lo tanto ha viajado por numerosos países.

Que nos reunimos en La Tapera, teatro de Laferrere, el 10 de junio de 2017, junto a unas 70 personas que nos acompañaron y comimos un gran guiso verdadero en ollas gigantes, hecho por nosotrxs mismxs, y brindamos a la salud de Pedro Chappa que nos dejaba justo en la madrugada de ese día.

Si le agregamos que todxs lxs integrantes del libro nos conocíamos y a partir de que se concretó nos seguimos acercando y celebrando en el camino de la poesía, podemos decir que este guiso nos salió riquísimo, con el sabor justo para pasar el pancito y compartir un buen tinto cada vez que lo leemos. 

 

*La nota contiene lenguaje inclusivo por decisión de la autora.