“Criollito, decí que sí”

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“Criollito, decí que sí”

30 Junio 2019

Foto: Roberto Colares

Por Dolores Solá

 

Allí en nuestros comienzos intentando tocar tango, El Tata fue nuestro héroe: era el eslabón perdido entre el tango que amábamos (Gardel, Corsini, Troilo, Grela) y lo que soñábamos hacer. Su audacia, su hondura, su buen gusto, su ternura, su austeridad y su delirio nos llenaban de ilusión y de entusiasmo. El Tata estaba lejos, en París, cuando venía era una fiesta ir a verlo. Un día Acho le mostró tímidamente un primer esbozo de lo que comenzábamos a hacer; la devolución fue dura conmigo y mi forma de cantar, y tenía razón. La piba no la tenía muy clara con el tempo y sobre todo había algo de sobreactuación para darse autoridad al cantar. Después aprendí, pero su apunte fue crucial en mi búsqueda.

Desde entonces, La Chicana grabó en cada CD un tema de esa gloria de disco que es Tuñon-Cedrón (sin duda alguna, el que me llevaría a una isla desierta). Nos atrevimos a versionar lo ya perfecto: convertimos "La polka de la tarjeta de cartón", "La calle del agujero en la media", "La cerveza del pescador Schiltigheim" en parte del repertorio de La Chicana, y el solo hecho de que sirvieran para que algún jovencito bisoño conociera las versiones originales, aunque fuese tardíamente, las justifican.

Cuando estaba grabando mi disco solista quería invitarlo al Tata a cantar. Le propuse algunos temas que él descartó. Pero lo que puse en el “asunto¨ del mail en que lo invitaba a cantar me aseguró su participación en mi debut discográfico: “Criollito, decí que sí”, le había puesto. Eso lo convenció. Me dijo: “Vos y yo deberíamos cantar una canción de Gardel, "Mañanita de Sol". ¡Ahijuna!, pensé yo, ¡qué coincidencia! ¡Si yo la canto, e incluso la grabé para el disco! A él no lo convenció del todo pero aceptó igual cantar encima de mi voz ya grabada, en lugar de cantarla los dos al mismo tiempo, como Tata Dios manda. ¡Feliz Cumpleaños Tatita! Cuando se es joven, se es joven para siempre.