Cordera, más naif que nunca: "Hoy impacta más un abrazo que una queja"

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Cordera, más naif que nunca: "Hoy impacta más un abrazo que una queja"

25 Noviembre 2011

En El País de Uruguay I Gustavo Cordera actuará a beneficio de "Un techo para mi país", este sábado a las 20 horas en el Teatro de Verano. Antes de aceptar la propuesta, visitó varios asentamientos para informarse sobre el proyecto.

Radicado en La Paloma desde hace cinco años, el exlíder de Bersuit critica al gobierno de Cristina Fernández y asegura que ya no vota porque se quedó "sin opciones". Acaba de recorrer parte de Argentina con su nueva propuesta artística y a fin de mes empezará a grabar otro disco. De a poco fue dejando afuera de las canciones el discurso político, porque no quiere gastar su energía "en un lugar que de alguna manera favorece al sistema". Sin embargo, al momento de opinar lo hace con total sinceridad y sin filtro, cualidad que le ha generado adeptos y detractores. "El Pelado" Cordera, como le dicen sus seguidores, considera que hoy se es más "revolucionario" mediante demostraciones de afecto.

Alejandra Volpi

-¿Por qué decidiste sumarte a este concierto benéfico?

-Estuve en algunos asentamientos y me pareció interesante la propuesta. Me gustan las actividades que apoyan la inserción social y es muy positivo el efecto que pueden tener en la conciencia de la gente. Toda mi vida estuve comprometido socialmente, pero siempre traté de apoyar ideas que tengan que ver con la sensibilidad y no tanto con la demagogia. Un techo para mi país lo que hace es proporcionarle recursos a los que menos tienen para que puedan hacerse su propia casa, no es una cuestión política de limosna, de decir `les hacemos la casa para que nos voten`. Esto es de verdad.

-¿Cómo ves desde adentro al Uruguay de hoy?

-Veo un pedazo de Uruguay que es consciente del retroceso que puede llegar a traer el progreso en la calidad de vida y otra parte que quiere parecerse a Argentina. En lo que tiene que ver con la ambición y el consumo, lo veo mucho en Montevideo y en algunas castas sociales de varios departamentos, fundamentalmente en la clase alta. De esa puja dependerá el futuro. Yo amo este país por la calidad de vida que ofrece, pero la llegada de venta de autos y corporaciones, que es lo que pretende de alguna manera el gobierno, para mí es un retroceso porque en contrapartida tampoco trae ninguna solución para el mercado laboral.

-¿Esa crítica se traslada también a las políticas implementadas en Argentina?

-Argentina está prendida fuego en materia de producción y demás y aún así hay más pobres. El capitalismo lo único que trae cuando crece es más pobreza porque las unidades de negocio van fagocitando los recursos que nos pertenecen a todos, llevándoselos para sí mismos a otras partes del mundo. Así funciona.

-¿Qué opinás de la reelección de Cristina Fernández?

-Es la reafirmación de un proyecto decadente.

-¿Por qué no viajaste a votar?

-Porque no quiero avalar con mi persona ningún proyecto que no me represente.

-¿En tu país te reprochan que te hayas venido a vivir a Uruguay?

-De alguna manera sí. Siempre la gente necesita verte en el mismo lugar, y a mí este cambio me ha traído muchos problemas. Pero estoy acostumbrado a esto, porque a lo largo de mi vida me enfrenté con muchos fantasmas, grandes incertidumbres y cosas muy fuertes. Pero es lo que forja el temperamento.

-¿Quién te pega más? ¿Tus colegas, el público o los medios?

-No, es una sensación generalizada.

-Más allá de eso, ¿cómo recibieron a La caravana mágica? ¿Te va bien allá?

-Vamos en crecimiento. En todos lados estamos empezando muy de abajo. No digo de cero porque es una exageración, pero todo aquel caudal `Bersuitero` masivo que acompañaba a la banda y que de alguna manera en un principio le dio la espalda a este proyecto, ya no está. De todos modos, el público va sumándose de a poco desde muchos lugares.

-¿Es ingrata esa sensación de empezar de cero?

-Para mí es un gesto de valentía necesario de mi parte, porque tuve que desapegarme de mi pasado, de toda esa información. No fue fácil, fue muy complejo y doloroso. Lo viví con mucho dolor, a mi ego no le ha gustado empezar otra vez, estaba lo suficientemente inflado como para soltar todo eso. Fue necesario porque la adversidad me da posibilidades de desarrollar mi fuerza creativa, el vacío de la información también. Y viví un proceso de crecimiento personal muy fuerte.

-¿Dirías que hoy sos otro Cordera?

-Siento que La Paloma conserva una candidez y una calidad de vida que nosotros los argentinos perdimos. Esa cosa más apaciguada, esa desidia por el progreso es su virtud más grande. Y ahí me siento cómodo.

-¿Y no te aburrís?

-¡Claro que sí! Pero el aburrimiento es algo que yo busqué. Estaba muy entretenido, con muchas cosas para hacer, demasiadas metas y ambiciones, ¡muy fuera de mí! El aburrimiento en este caso es una consecuencia natural para alguien que tenía una marcha tremenda que todavía estoy tratando de detener. Para mí, La Paloma fue vital para encarar todo un proceso que todavía continúa de limpieza y de reencuentro conmigo mismo.

-¿Qué te provoca que Bersuit haya seguido adelante tras tu deserción? ¿Esperabas otra cosa?

-Tristeza. Me provoca eso. Es un proyecto de todos, fundado como un colectivo y al faltar cualquiera de nosotros ya no es Bersuit, es otra cosa, otra propuesta. Se podrían haber llamado Ex Bersuit o ponerse cualquier otro nombre y estaría bueno. Hoy a la Bersuit le falta algo y es algo muy importante, las cosas que yo le imprimía, no sólo como cantante, líder y escritor. Era una apuesta ideológica también. Creo que es mucho lo que Bersuit perdió. Ahora se conformará de otra manera, es aquello pero reformado.

-Sin embargo, tuviste que autorizar que siga usándose el nombre del grupo. ¿Por qué lo hiciste? ¿Firmaste a disgusto?

-No sólo me pidieron permiso, sino que firmé legalmente todo para que ellos pudieran continuar porque me pareció que yo no estoy en el mundo para impedirle el destino a nadie, ni para trancar ninguna propuesta, ni para provocar que ellos no tengan laburo, ni para que la gente deje de escuchar lo que quiere escuchar. Solamente digo que eso no es Bersuit.

-¿Cómo sigue tu vida profesional ahora?

-Estamos preparando disco nuevo y vamos a empezar a grabarlo en La Paloma este fin de mes. Será un proceso largo que llegará hasta mayo del año que viene. La banda se afianzó y creo que estamos en condiciones de pegar un salto interesante a nivel artístico y a nivel de convocatoria y de inserción social. Asumiremos ese crecimiento que tiene lo suyo también. En el disco vamos a profundizar muchísimo en el mestizaje sudamericano, todo lo que tiene que ver con ritmos y la música de raíz, con la música precolombina también, con todo ese sabor de la raza. Y no tanto en lo europeo ni en lo norteamericano.

-¿Cuánto cambiará tu discurso en ese próximo disco?

-Me cansé del discurso político. Al sistema lo que más le duele no es el enfrentamiento sino el desconcierto y me parece que lo que más desconcierta en la actualidad es el amor, la sensibilidad, la profundidad, el misterio. Promover nuestro retorno a las raíces como seres humanos. ¡Eso sí es antisistema! Eso me parece más revolucionario. Hoy impacta más un abrazo que una queja.

Un show para construir viviendas

Cordera tomó contacto con algunos de los destinatarios de las viviendas que construirá Un techo para mi país. El concierto previsto para este sábado, (a las 20 horas en el Teatro de Verano), tiene como objetivo recaudar fondos para la construcción de cuarenta viviendas de emergencia y la implementación de planes de educación y trabajo en dos nuevos asentamientos de Montevideo. Además del ex Bersuit, tocarán las bandas uruguayas de reggae Congo y Pa`ntrar En Calor. Las entradas tienen un precio único de $ 280 y están a la venta en locales de Abitab.

Un techo para mi país es una organización latinoamericana sin fines de lucro liderada por jóvenes de distintos países. Día a día miles de estudiantes universitarios de todo el continente trabajan junto con vecinos de los asentamientos irregulares para mejorar su calidad de vida. Desde el año 2001 esta idea comenzó a expandirse movilizando a más de 200 mil voluntarios.