“Lo que transformó al obispo Jorge Novak fue el encuentro que tuvo con los familiares de los/as desaparecidos/as”

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“Lo que transformó al obispo Jorge Novak fue el encuentro que tuvo con los familiares de los/as desaparecidos/as”

24 Noviembre 2020

Por Mariano Nieva

En diálogo con AGENCIA PACO URONDO, Juan Bautista Duhau, sacerdote del Movimiento de la Palabra de Dios, docente en colegios secundarios y teólogo en el CefyT (Centro de Estudios Filosófico y Teológicos) reflexionó sobre su nuevo libro que aborda la figura del obispo de Quilmes Jorge Novak, un hombre de la Iglesia católica atravesado por los vientos de cambio que trajo el Concilio Vaticano II. Sus relaciones con las Madres de Plaza de Mayo y la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) de la que formó parte a partir de 1976. De su opción por los pobres y de lo decisivo que fue para su tarea pastoral el encuentro con los familiares de las víctimas de la dictadura militar. Novak murió en 2001.

Agencia Paco Urondo: ¿De dónde partió la inquietud de hacer un libro sobre el padre obispo Jorge Novak?

Juan Bautista Duhau: Después de haber hecho la licenciatura, estudiar e investigar sobre teología, estuve viviendo un tiempo en la localidad bonaerense de Florencio Varela en Quilmes. Allí, y por medio de la pastoral, me encontré con gente que siempre contaba alguna anécdota o un relato sobre el padre obispo Jorge Novak. Luego, me terminé contactando con un grupo de personas que estaban trabajando en la digitalización de una gran cantidad de papeles y escritos del religioso que estaban en la parroquia. Y mientras los ayudaba con la tarea de armar ese archivo, me iba dando cuenta que había mucho material para encarar una investigación sobre un tema que en lo personal me gusta mucho y que es el referido a los ministerios laicales. Es decir, una iglesia donde realmente todos/as encuentren un espacio para servir. Así que me puse de lleno a abordar esta temática y el resultado terminó siendo este libro cuyo título completo es “La iglesia toda servidora de todos los hombres en el pensamiento y la acción pastoral del padre obispo Jorge Novak” (2020),

APU: ¿Recurrió a otras fuentes para completar la investigación además de los escritos de Novak?

J.B.D.: La mayor parte del contenido del libro es la resultante de trabajar sobre los escritos del padre obispo. Novak además como era historiador, registraba todo lo que sucedía con lo referido a sus actividades pastorales y sociales. Así que te imaginarás que con todo ese material, más el agregado de algunas entrevistas que realicé, pude completar toda la información que necesitaba para la edición.

APU: El Concilio Vaticano II a comienzos de los ´60 con la renovación que trajo a las estructuras eclesiales debe haber sido muy influyente en la pastoral de Novak.

J.B.D.: Absolutamente, Novak fue un hombre claramente alcanzado por el Concilio Vaticano II que encabezó el papa Juan XXIII en 1962. Por eso, el padre Jorge encontró un nuevo sustento para generar algo novedoso a partir de los documentos que redactaron los vaticanistas y lo pudo plasmar en una diócesis que recién estaba naciendo. Mucha era la gente que lo acompañaba por esos años que no tenía donde participar y que gracias a las intuiciones pastorales de Novak, lo pudo hacer generando una estructura eclesial muy novedosa para la época. La propuesta era que todas las personas puedan ofrendar su tiempo y sus capacidades en función de los/as que más necesitan ayudándolos/as además en su formación. Por otra parte, una de las cosas que trabajo en mi tesis es que el padre obispo hizo una interpretación muy profunda de las reuniones de comisiones episcopales de Medellín en Colombia de 1968 y de San Miguel en nuestro país en 1969 que van a ser muy importantes en el surgimiento de una iglesia profundamente comprometida con los tiempos que corren.

APU: ¿Debido a que circunstancia es que se da esa conversión?

J.B.D.: Alguna vez, Novak contó que una de las primeras cosas que sintió que verdaderamente lo transformó, dándole un carácter nuevo y lo modeló como pastor, fue la experiencia de recibir a los/as familiares de los/as desaparecidos/as. Como que esa vivencia lo hubiera bautizado nuevamente. Entonces a partir de allí, aparece toda una línea que es la del compromiso con los Derechos Humanos (DDHH) en los ‘70 / ’80 y con las familias y víctimas de la última dictadura militar. Por otra parte, este trabajo no la hará solo sino en diálogo con las otras iglesias cristianas conformando toda una pastoral ecuménica muy importante sobre todo en los últimos años del proceso y los primeros de la democracia. Luego va a ir ampliando su defensa de los DDHH cuando nuestro pueblo comience a sufrir la crisis económica que se desató buscando cuidar a la persona humana atravesada y afectada por un contexto social y político. Por eso, al principio de su acción pastoral el padre obispo parecía más bien conservador en su modo de ser. Es más, cuando daba clases de Historia sus alumnos/as solían decir que era un poco aburrido y muy metódico. Así que nadie esperaba sinceramente que se convirtiera en un obispo progresista y renovador.

APU: En esto de vivir una conversión a partir de los horrores que estaba cometiendo la dictadura militar. No puedo dejar de trazar un paralelo entre Novak y lo que experimentó en El Salvador Monseñor Oscar Romero, quien finalmente terminó asesinado a manos del estado terrorista de aquel país.

J.B.D.: Es verdad, monseñor Oscar Romero tiene expresiones muy parecidas a las de Jorge Novak en ese sentido. De experimentar una transformación. Cuando presenté el libro por primera vez cité una frase de un documental alemán que se conoció hace poco tiempo y que se filmó con Romero en vida. Allí le preguntan al obispo de El Salvador como es que pasó de ser un hombre de la iglesia conservador a uno progresista, a lo que él responde textualmente: “No creo que haya un cambio sustancial en mí, sino más bien una evolución con las circunstancias”. Novak pensaba algo parecido cuando decía que él antes de la dictadura nunca se había enfrentado a este tipo de dilema pero que cuando lo hizo, tuvo que elegir.

APU: ¿En qué momento de la vida ministerial del padre obispo se da ese encuentro con los DDHH?

J.B.D.: Al momento de su designación como obispo en 1976 Jorge Novak era provincial de la Congregación del Verbo Divino y también superior de la Confederación de Religiosos de Argentina (CRA). Y es además cuando se produce una primera aproximación con los DDHH. Como dije antes, al padre obispo lo que lo trasforma definitivamente es cuando el primer día luego de su consagración episcopal abre la curia y comienzan a golpear las puertas los/as familiares de los/as desaparecidos/as buscando ayuda. Él recibe personalmente todas esas personas y abre un registro con las denuncias. En una entrevista muy linda que le hacen al padre Farinello, quien era el encargado de ir a buscar al obispo a la curia que estaba en el centro de Quilmes en su Renault 12 para llevarlo a una casa religiosa donde descansaba, cuenta que Novak en una oportunidad le dijo: “Hace dos días vinieron un par de familias, ayer cinco y hoy siete. Y si bien alguien me podría estar engañando creo que algo grave está sucediendo” por eso, encontrase con los hechos fue lo que lo transformó. Más tarde, para la Navidad de ese mismo año, presidió una celebración ecuménica en la Catedral de Quilmes donde habló de los/as desaparecidos/as. Y a partir de entonces, va a empezar a convocar de boca en boca a ceremonias religiosas mensuales con la presencia de los familiares de las víctimas del terrorismo de Estado.

APU: En estas ceremonias religiosas es que va a empezar a tener contacto con las Madres de Plaza de Mayo.

J.B.D.: Sí con quienes en su momento, llegó a tener una relación un poco difícil sobre todo cuando las Madres de Plaza de Mayo tomaron la Catedral de Quilmes haciendo una protesta. Por eso es que también debemos comprender que Novak era un hombre de su tiempo con los conflictos normales que podía tener con aquellos/as con los/as que trabajaba.

APU: Otro actor muy importante dentro de esa iglesia postconciliar sin duda alguna fueron los Curas del Tercer Mundo. ¿Llegó a haber algún vínculo de Jorge Novak con el MSTM?

J.B.D.: No tuvo mucho vínculo con el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM) sencillamente porque al comienzo de su obispado en 1976 el grupo en referencia comienza a disolverse. Por otra parte es justo el momento donde Quilmes se desprende de la diócesis de Avellaneda, una localidad que había tenido al frente de su obispado a Jerónimo Podestá y en donde existían muchos curas obreros y vinculados a la pastoral popular. Es por esto que tiempo después habrá sacerdotes tercermundistas, entre los que estaba Ángel Farinello por ejemplo, que le van a pedir a Novak que los reciba en su diócesis. De este modo, la iglesia de Quilmes con la figura del padre obispo a la cabeza y su propuesta de opción por los pobres, se va a convertir en un polo de atracción para mucha gente que buscaba un lugar de compromiso, participación y transformación social.

APU: Y con respecto a la Teología de la Liberación. ¿Qué nos puede decir?

J.B.D.: En cuanto a la Teología de la Liberación, Novak sin centrarse en ella, la cita en más de una oportunidad porque era una corriente que por entonces estaba muy vigente.Por eso, al ir haciendo vínculos con diferentes sectores de la iglesia el padre Jorge fue trabajando con todas la líneas de pensamiento religioso. También hay que decir que hizo una defensa muy fuerte de las Comunidades Eclesiales de Base (CEB) que indudablemente abrevaban en la Teología de la Liberación. En síntesis, Novak siempre estuvo al tanto de todo lo que pasaba en torno a la iglesia. Y quedaba muy claro cuando hacía alguna reflexión sobre algún tema en particular. Un hombre muy comprometido con su fé que sabía tomar de todas las perspectivas lo que para él era lo mejor y con profundo sentido evangélico.

APU: ¿Cómo fue la relación con sus pares de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA)?

J.B.D.: Es notable como Novak llegó a hacer serias críticas a la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) ,donde además él participaba, sobre el comportamiento de la cúpula eclesial con respecto a los/as desaparecido/as y a la violencia ejercida por la dictadura en la década del’70. Sin embargo, esos reclamos nunca le impidieron permanecer e intentar construir algo diferente siendo parte de ese grupo de obispos tan heterogéneo.

APU: ¿Cómo se puede conseguir el libro?

J.B.D.: El libro físico lo comercializa la editorial De La Palabra de Dios que por otra parte, es la que me ayudó con la edición en papel. Después hay un formato digital que se puede encontrar on-line en el repositorio de la Universidad Católica Argentina (UCA).

APU: Repasando todo lo que se habló en esta nota, ¿Cuál siente usted como sacerdote, entre todas las huellas profundas que dejó para la Iglesia el padre obispo Jorge Novak, que es la que más lo invita a seguir para enriquecer aún más su ministerio?

J.B.D.: La huella que siento que más me invita a seguir es la experiencia que Novak hacía cuando recorría los barrios y se encontraba con la gente. El padre obispo tenía una expresión muy linda que siempre repetía y era que antes de enfermar gravemente en 1985 había estado visitando una zona muy humilde y caminando por el lugar se embarró por completo. Luego y después de tomar unos mates, los/as vecinos/as le limpiaron los zapatos para que se pudiera tomar el colectivo de vuelta. Por eso decía: “Si me hubiera muerto en ese momento, lo hubiera hecho contento”. De esa experiencia es la que intento tomar la vida y el servicio. Para vivirla de manera normal y compartida con los/as otros/as. Esto es lo que más me motiva y me acompaña de todo lo que el padre obispo Jorge Novak nos dejó.