“Es un intento de criminalizar la actividad política y solidaria”
Por Juan Ciucci
APU: Comencemos con la asamblea del viernes y sábado en Córdoba. ¿De qué trata este encuentro popular?
Jorge Taiana: Un grupo de compañeros estamos convocando a este encuentro que llamamos Asamblea Popular del Pensamiento Emancipatorio (ver nota). Entre los que lo convocan están: Aldo Ferrer, Norberto Galasso, Horacio González, Oscar Valdovinos, Carlos Vilas, Angel Strapazon, Enrique Martínez, Jorge Cardelli, entre otros. Somos un conjunto de compañeros que buscamos reunir dirigentes políticos, sociales, obreros, campesinos, intelectuales; tratando de pensar cómo debería seguir la Argentina, como debería continuar este proceso puesto en marcha el 25 de Mayo de 2003. Pensando para adelante, pensando del 2015 en adelante, cuáles son las prioridades de lo que yo llamo “el segundo tomo”. En estos diez años hemos cubierto una serie de demandas, debemos pensar cómo se sigue avanzando en consolidar lo que hay, en profundizar y en cumplir esos objetivos.
La idea es que sea un debate de cierta profundidad, aspiramos a que se puedan pensar con cierta rigurosidad y profundidad los desafíos que tenemos. Por eso hay cuatro grandes paneles. Uno sobre las condiciones del desarrollo con igualdad y justicia; con la integración regional como condición necesaria, porque realmente pensamos que sin integración no hay desarollo con justicia social. Un segundo panel que tiene que ver con la educación, cultura y comunicación social; ahí entra el debate sobre la cultura, los medios, la hegemonía. Hay un tercer panel que es sobre política, Estado y construcción del poder popular; cómo se construye el poder popular en estas sociedades, donde tantas cosas han cambiado. Hay un cuarto panel que es una de las áreas centrales de preocupación del grupo como es la cuestión social en el mundo post-industrial, cómo es la cuestión de la nueva pobreza, de los actores sociales, de la economía popular o social que tiene características distintas a la de los modelos tradicionales. Luego habrá un panel de cierre sobre las perspectivas de futuro.
La idea es en estos dos días, donde seremos más de 200 personas, más allá de los paneles lograr que sea participativo y que pueda haber debate. De lo que se trata es de definir las prioridades o los principales ejes con que hay que seguir construyendo una Argentina más justa.
APU: En ese marco, ¿cómo analiza los discursos de “fin de ciclo” o que hablan de un “post-kirchnerismo”?
JT: Bueno, no coincido con esa visión de ciclos, digamos. Por supuesto que hay un período que cambia, pero me parece que es claro que hay un proceso de transformación en marcha en la Argentina y en muchos países de la región. Ese proceso ha modificado la realidad, ha disminuido la desigualdad en América Latina, ha disminuido la pobreza, en el caso de Argentina ha generado muchos puestos de trabajo y recuperado un tejido social en el marco de un proceso de integración.
Esto se ha realizado, pero me parece que toca ver cómo sigue ese proceso. Primero con objetivos mínimos de inclusión, y más justicia social. La justicia social es un concepto todavía más amplio que la inclusión. Y aspiramos a eso en un marco de libertad, participación y de posibilidades para todos. Aún tenemos una estructura productiva que sigue recuperándose de todo el proceso de destrucción neoliberal, y que le falta integración productiva y regional. Todos sabemos que tenemos un alto porcentaje de economía informal, sin todos los derechos para esos trabajadores, y eso requiere de mucho trabajo para solucionarlo. Tenemos una serie de desafíos pendientes, que se van a continuar en la medida en que se puedan plantear y tengamos fuerza social para enfrentarlos. Creo que en estos diez años se ha avanzado, no sólo desde el punto de vista económico y social, sino que también se ha avanzado en niveles de conciencia, politización, movilización y organización. Todo eso hay que potenciarlo, las transformaciones sociales no dependen solamente de la conducción política; que obviamente es muy importante, quién encabeza el gobierno, que dirección tiene. Pero también dependen mucho de las fuerzas sociales que lo sustenten y los apoyen. Por eso creemos que hay que debatir, plantear esas prioridades. Y me parece que hay unos ejes que están claros: tenemos una economía concentrada, extranjerizada en sus principales empresas. Y me parece que tenemos muchos por delante por trabajar.
APU: En ese marco de las herramientas posibles para profundizar, ¿cómo analiza las diversas organizaciones? ¿Cómo analiza al PJ y al Congreso que se realizó en los últimos días?
JT: El PJ hizo un Congreso que tenía que realizar, e hizo una apertura, incluyó a diversos sectores y se prepara para una contienda electoral. Más allá de esa contienda electoral, que tendrá diversos candidatos, lo que me parece más importante hoy es ir planteando, como se dijo en el Mercado Central, qué vamos a pedirle a los candidatos y qué vamos a plantearles que queremos.
Ese es el sentido de esta Asamblea Popular, que va a ser el primero de una serie de encuentros que comenzamos en Córdoba, que es el centro del país, con un importante apoyo de la Universidad Nacional de Río Cuarto. La idea es debatir en diversos lugares. Una cosa es la preparación y el debate político de los candidatos, pero al mismo tiempo hay todo un debate de cuáles son las prioridades que hay que encarar, plantear, y cómo se va a conformar no sólo un plan de gobierno, sino un orden de prioridades. Esta claro que hay un problema de vivienda, de acceso a la tierra tanto rural como urbana que hay que encarar. Toda una serie de temas de la economía familiar y de sectores de autoconsumo que debemos encarar de una manera distinta. Hay un listado muy largo, incluso con la reforma del sistema tributario o la legislación sobre las inversiones. La idea es comenzar a trabajar mirando para adelante y tratando de construir un pensamiento de mediano plazo, porque la Argentina muchas veces tiene la tendencia de dejarse dominar por la coyuntura.
APU: Por último, le pregunto por el ataque que ha sufrido en estos días el Movimiento Evita en el marco de las tomas de terrenos en la Villa 20.
JT: Esa acusación fue algo sorprendente, que tomó estado público en la prensa, y que es en realidad un intento de criminalizar la actividad política y de solidaridad con los sectores más vulnerables. Eso es inadmisible en general, y en este caso específico me parece que tiene un sentido político. Hay un problema claro en la Ciudad de Buenos Aires de vivienda, específico con los sectores más vulnerables y en particular con quienes viven en las villas. Hay una cuestión de inclumplimiento desde hace años de leyes de urbanización, como la ley 1770 que habla de la urbanización de la Villa 20. Y que su incumplimiento ha llevado a que se produjera esta ocupación de terrenos.
El Movimiento Evita no ha tenido nada que ver con el planeamiento, decisión y ocupación del terreno, lo único que han hecho después compañeros del movimiento es acercarse con tres objetivos muy claros. Primero: evitar un desalojo violento, porque teníamos muy cercana la experiencia del Parque Indoamericano. Segundo: brindar una ayuda humanitaria y solidaria a personas que estaban en condiciones difícilmente sostenibles, con una enorme precariedad en esos terrenos. Y tercero: tratar de contribuir, encontrar una negociación, y por eso se ha participado en las reuniones con la Jueza, en las actividades que desarrolla la Defensoría del Pueblo. Por eso la verdad que resultó completamente ridículo ese intento de ataque. Y la verdad lo que muestra es una serie de actividades políticas que se realizaron en los últimos años, como otra serie de agrupaciones políticas lo han realizado, en la Ciudad. Me parece que es simplemente tratar de desviar el eje del tema central, que es que hay un problema de vivienda que tiene una ley que no se cumple, y que es lo que hay que solucionar prioritariamente.