El juego del partido judicial: el show debe continuar

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El juego del partido judicial: el show debe continuar

05 Agosto 2016

Por Juan Cruz Guido

Como anticipamos el miércoles, la estrategia del gobierno para disipar las criticas sobre el brutal ajuste de las variables económicas que está realizando, se centra en el frente judicial. Un gobierno que nació a partir del trabajo fino en redes sociales y operaciones mediáticas, comprende mejor que nadie la importancia que tiene marcar la agenda. Claro que cuenta con un gran respaldo de las principales empresas de medios que, con gusto, aceptan difundir en sus diarios, canales y portales las denuncias de corrupción.

Es sabido que, por consejo de Duran Barba, los primeros meses de gobierno el macrismo mantuvo la línea de bajar la conflictividad. “No hay que desgastar la figura del Presidente” era frase común entre sus colaboradores. Renegaban de instalar la idea de “Cristina Presa” que el sector más antikirchnerista (incluido parte del Partido Judicial) fogoneaba. Todavía reinaba en Balcarce 50 la idea de que con “sanguchitos de miga” y “mates” podían conseguir una mayoría en el Congreso y ganarse a los Gobernadores –siempre apretados por la delicada situación financiera de gran parte de las provincias-.

Lo cierto es que a medida que pasaron los meses, la situación económica y social se fue agitando y el gobierno demostró poca –o nula- reacción. La opinión pública, incluidos periodistas abiertamente oficialistas, empezaron a cuestionar al presidente y sus ministros. Esto a llevo a mirar con otros ojos la agenda mediática que lentamente se empezaba a posar sobre ellos. Algo había que hacer y un personaje del gabinete -en las sombras- supo endulzarle el oído al presidente. Estamos hablando, sí, de Daniel Angelici.

El miércoles pasado referimos a la reunión que hubo en Puerto Madero, posterior al triunfo del frente Cambiemos, donde “El Tano” recibió a la primera plana de la justicia federal. Los fiscales Carlos Stornelli, Raúl Pleé y Gerardo Pollicita; y los jueces Ariel Lijo, Marcelo Martínez de Giorgi y Julián Ercolini, asistieron al convite. Fue la primera señal de que el, en ese entonces, recién reelecto presidente de Boca quería pasar de ser operador en la justicia porteña, a los fríos pasillos de Comodoro Py.

Desde ese momento, su influencia y reconocimiento como figura escuchada por el presidente, no paró de crecer. Es cierto que Angelici ya venía tejiendo alianzas estratégicas con un sector relegado de la inteligencia. Como ahijado político del “Coti” Nosiglia, logró construir un espacio de poder en las sombras, al que ellos mismos denominan “la Angelici”. Son todos hombres de confianza de “El Tano” que, gracias a su visto bueno, accedieron a puestos claves dentro del gobierno: Sergio Brodsky en la IGJ, Gustavo Ferrari en el Ministerio de Justicia bonaerense o Gustavo Arribas en la AFI (ex SIDE), por nombrar algunos.

Justamente fue este crecimiento de poder exponencial en el epicentro de Cambiemos lo que generó rispideces y declaraciones cruzadas con otros miembros del espacio, como Elisa Carrió o Ernesto Sanz. Pero para ese momento la decisión ya estaba tomada, había que ir a fondo con la estrategia de instalar una indirecta proscripción del kirchnerismo. Para esto a Angelici le bastó con delegar la labor en el vicepresidente de Boca, Darío Richarte, personaje ligado al stiusismo dentro de la antigua SIDE y que renunció al patrocinio letrado de varios funcionarios kirchneristas cuando “jubilaron” a Stiuso. Prueba irrefutable de estos inquebrantables vínculos, es la vuelta de Juan José Gallea, de la mano a de Richarte, a la secrectaría de finanzas de los servicios de inteligencia –cargo que ocupó en el comienzo del reinado de Stiuso, durante el mandato de  De La Rua-.

A partir de allí, comenzó un rally de denuncias de corrupción por parte de un sector de la “oposición” y el mismo gobierno. Estas eran acompañadas por misteriosas filtraciones anónimas de fotografías y videos, reproducidas de manera pornográfica en los medios de comunicación (en muchos casos, los videos y las fotografías no formaban ni parte de las causas judiciales preexistentes). A esto se le sumó las, ya denunciadas, fugas de información de manera directa por parte del Ministerio de Seguridad, que comanda Patricia Bullrich.

Desde entonces el macrismo se ha mantenido en esa lógica y operando en ese sentido. Mencionamos el miércoles pasado el pedido que preparan los fiscales Pollicita y Mahiques –de estrecha vinculación con Angelici- para que se indague a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Hoy nos toca abordar el pedido de detención que dictó el juez federal Martinez de Giorgi a Hebe de Bonafini, luego de haberla citado para declaré en su juzgado el 7 de Julio (citación que respondió con un escrito). Independientemente de la burda maniobra del juez de ordenar detener a una luchadora por los derechos humanos reconocida a nivel mundial a sus 87 años, su accionar demuestra la clara intencionalidad de impactar en la agenda mediática en un día que iba a estar marcado por un nuevo cacerolazo en reclamo por el aumento de las tarifas. Basta detenerse en la figura del juez que la dictó para terminar de entender este entramado de servicios, carpetazos y juzgados.

Marcelo Martínez de Giorgi es considerado un soldado de Stiuso dentro de Comodoro Py. En la causa que Gustavo Vera le inició por enriquecimiento ilícito y contrabando al ex agente inteligencia, este logró recusar a Casanello, que había dado lugar al embargo preventivo pedido por la Unidad de Información Financiera (UIF), consiguiendo que la causa cayera en el juzgado de Martinez de Giorgi. En tiempo record, el juez rechazó el embargo y apartó a la fundación de Vera, La Alameda, como querellante – básicamente le negó poder proponer medidas de prueba y tener acceso al expediente-. 

Lo que claro, en última instancia, es que ya hay sintonía plena entre el Partido Judicial y el Ministerio de Seguridad para alimentar la agenda mediática y no discutir economía política. En una semana en que el Ministro de Producción, Francisco Cabrera, le habló a los empresarios textiles y de electrodomésticos de “reconversión” (entre ambas industrias concentras más de medio millón de trabajadores), un juez, de oscuro curriculum en la justicia federal, ordena detener a una de las Madres de Plaza de Mayo, referente, a su edad, de honestidad, integridad y sostenida lucha por la dignidad de los pueblos. Es un dicho a voces por los pasillos de Comodoro Py que “en el fuero federal  no hay casualidades”, más bien, agregaría, hay decisiones inminentemente políticas.