Paro de migrantes: “Queremos mostrar que no venimos a sacarle el trabajo a nadie”

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Paro de migrantes: “Queremos mostrar que no venimos a sacarle el trabajo a nadie”

04 Septiembre 2018

Por Paula Carrizo

Agencia Paco Urondo: ¿Cómo surge el Bloque de Trabajadorxs Migrantes? ¿Qué agenda vienen trabajando?

Delia Colque: El bloque surge a partir del primer Paro Migrante, realizado el 30 de marzo de 2017. Así se logró llamar la atención de variadas organizaciones migrantes, de diferentes países, con una mirada más abierta a lo que acostumbramos escuchar. Es importante hablar sobre el racismo y la xenofobia, pero no estancarse sólo en eso. El paro tuvo un efecto porque se salía de esa revictimización, apostando a mostrar todo el aporte económico, social, cultural que realizamos los migrantes.

En relación a nuestra agenda, venimos trabajando la necesidad de derogar el DNU 70/2017, así como las políticas anti migratorias, profundizadas por este gobierno. Estas vulneran nuestros derechos, sobre todo el derecho a la permanencia en el país. Si bien a comienzos de año la Sala V de la Cámara Contencioso Administrativo Federal declaró la invalidez constitucional del decreto 70/2017, el gobierno terminó apelando la decisión, por lo que el DNU sigue vigente. Seguimos entonces en la misma situación, por eso nos resulta importante seguir pronunciándonos y movilizándonos.

APU: ¿Por qué un paro migrante?

DC: El acto de realizar un paro y nombrarlo como tal permite visibilizar -así como sucede con el Paro de Mujeres- lo que sucede en particular con esta parte de la sociedad. Queremos mostrar que los migrantes no “venimos a sacar el trabajo, la educación y la salud a los argentinos”, sino que venimos y trabajamos de igual manera que cualquier otro ciudadano argentino, y queremos que se reconozca todo eso que aportamos a la sociedad.

Nombrar esta medida como paro es algo muy fuerte, tiene otro significado y fuerza. Sacarnos los derechos que habíamos logrado conseguir con mucho esfuerzo, luchando acompañados también por organizaciones argentinas, no es justo. A nivel mundial la ley de migraciones argentina (Ley 25.871) era una bandera. Nosotros queremos que se respeten nuestros derechos adquiridos acá.

APU: ¿Cómo se modificó el escenario para las personas migrantes a partir del DNU 70/2017?

DC: El DNU perjudica a gran parte de los migrantes, más allá del pretexto que utilizó el gobierno de “combatir la delincuencia”. A varios se les niega la posibilidad de gestionar el DNI por tener algún tipo de antecedente penal, aunque no sea una contravención menor. También notamos cómo en el último año a mucha gente se le complicó regularizar su situación legal en el país. Aumentos extraordinarios en los precios de los trámites, extensas demoras para conseguir los turnos para gestionar la documentación, crecientes trabas y requisitos. Lamentablemente ahora en los hospitales te exigen el DNI para ser atendido. Nos restringen el derecho a la salud, a la educación y a un trabajo digno. Somos constantemente perseguidos en diferentes situaciones.

APU: ¿Cómo impactan en la población migrante las políticas económicas implementadas en el último tiempo?

DC: De una manera bastante terrible. Si bien algunos logran acceder a trabajos mejor asalariados, en mejores condiciones, el grueso venimos a trabajar en trabajos bastante duros, difíciles, que requieren otro tipo de esfuerzo, con largas jornadas de trabajo muy mal pagas. La crisis económica y la apertura de las importaciones afectaron fuertemente varios rubros donde laburamos. Por ejemplo, lo bolivianos que venimos a trabajar al rubro textil o la tierra -ambos sectores precarizados- ahora somos más desempleados. Muchos de los que logramos acceder a un trabajo en blanco lamentablemente fuimos echados debido al cierre de las fábricas, terminando otra vez en talleres precarizados. En las tareas de cuidado que cumplimos las mujeres también se fueron perdiendo puestos de trabajo. Esto implica un gran retroceso respecto a lo que estábamos viviendo hace un par de años.

Varios vivimos de la economía informal, engrosando las filas de la economía popular y migrante. Se termina volviendo a tratar mínimamente de poder vivir tirando una manta en las calles, intentando vender algo como para afrontar el día a día y mantener a la familia. Y ni siquiera eso logramos: ahora los vendedores ambulantes son perseguidos, detenidos, reprimidos. Además te queda el antecedente penal, que te perjudica porque vivís con la amenaza de la deportación. En ese caso ni siquiera se respeta el marco de la unidad familiar como antes. Se están fracturando familias.

Es importante hacer frente a esto, juntarnos con diferentes organizaciones, fortalecernos. Reconocernos como sujetos trabajadores migrantes, con nuestras propias particularidades. Defender lo que tanto nos costó conseguir. Luchar por nuestros derechos y los de la sociedad en su conjunto.