Aníbal Rucci: “Mi padre no era en absoluto un hombre de derecha”

Aníbal Rucci: “Mi padre no era en absoluto un hombre de derecha”

09 Febrero 2011

 

Por José Cornejo

Agencia Paco Urondo: ¿Cuál fue la ideología de Rucci?

Aníbal Rucci: Yo intento transmitir que primero hay que saber situarlo ideológicamente, porque si uno escucha a un sector, escucha una cosa, y si escucha a otro sector, escucha otra. Entonces situándolo a mi padre dentro de su ideología, muy clara, ahí recién se puede empezar a verlo cómo estaba posicionado con respecto a la política argentina. Cuando leo o escucho en la juventud, que lo toma como un hombre de derecha... mi padre no fue nunca un hombre de derecha. Tengo archivos donde las bases de la CGT, cuando él estaba de Secretario General, lo muestran mucho más a la izquierda que muchos sectores que se decían de izquierda. Esto no se habla y su figura es normalmente más utilizada por la prensa amarilla, están mostrando a un Rucci que no era. Rucci nació y murió en la lucha. Una lucha por la revolución peronista que no se pudo llevar a cabo, no sólo por el golpe del 76 sino por hechos anteriores que permitieron el golpe del ’76. Por ejemplo, el descabezamiento de la CGT.

APU: ¿Se construye un imaginario que Rucci era de derecha?

AR: Exacto. Rucci era peronista. Pero si vos querés situarlo -caprichosamente- dentro de ese péndulo, seguramente lo vas a encontrar más en la centro izquierda que otra cosa, aunque tampoco me gusta. Él era peronista y dentro del peronismo existen algunos casos de izquierda sumamente gorila. No es una izquierda que construya como la de Palacios, sino que son izquierdas declamativas. Constantemente están en contra de todo, sin aportar ideas ciertas de un cambio de país. Yo los llamo “los revolucionarios de café”. De todas maneras, en nuestra juventud todos hemos tenido una actitud revolucionaria, si se quiere, distinta a la del peronismo. Pero cuando uno entra en años, llega a una madurez política que lo va haciendo entrar al Movimiento Nacional Justicialista. Porque primero hay que saber diferenciar que no es lo mismo la revolución en Cuba, que en Nicaragua o en Argentina. No son las mismas revoluciones. Ni los países ni las idiosincrasias son los mismos. Por eso en Argentina, la revolución peronista como fue concebida por el General Perón, fue la que caló fuertemente dentro del pueblo. Así es que al día de hoy, con los diferentes matices de sus dirigentes, el peronismo sigue estando arriba 60 o 70 por ciento de los votos, si sumamos a los diferentes candidatos que se presentan como parte del movimiento.

APU: Si la revolución en Argentina fue el peronismo, entonces ¿Rucci era un revolucionario?

AR: Sin lugar a dudas. Lo que pasa es que las revoluciones tienen que ser ordenadas. Vos no podés hacer una revolución si no tenés una doctrina previa que te marque el camino a seguir y después las aristas necesarias para llevarlas adelante. El peronismo lo que tuvo primero, para poder llevar adelante una revolución, fue armar los organismos necesarios para poder llevar la revolución adelante. Por ejemplo, lo que hizo Perón fue encuadrar al Movimiento Obrero, dentro de lo que llamamos el sistema sindical argentino, porque él entendía -y yo también lo entiendo así -, que el Movimiento Obrero no sólo es la columna vertebral del peronismo sino también del país. Cuando logró hacer eso, y las demás aristas necesarias para llegar a la revolución, ahí lanzó con todo aquella revolución del ’46, ’47, que llevó tantos cambios, importantes no solo para el país, sino también para el pueblo.

APU: El protagonismo de su padre se da a partir de la caída del peronismo, el golpe del ‘55.

AR: Sí, pero ya militaba de antes, calculá que en esa época tenía 20 años. Venía de Alcorta, Santa Fe, pueblo famoso por El Grito de Alcorta. Viaja a Rosario y luego a Buenos Aires, en un camión de reparto de diarios. Sus primeros trabajos son lavacopas, chocolatinero, hasta que entra a trabajar a una fábrica metalúrgica. Con el tiempo se convirtió en delegado y fue escalando las posiciones necesarias para poder convertirse en un dirigente gremial.

APU: Pero es justamente a partir del derrocamiento del peronismo, en un escenario político más duro, cuando emerge el creciente protagonismo de José Ignacio.

AR: Sí, inclusive participa del famoso congreso de Patrón Laplacette, cuando se conforman las 62 Organizaciones gremiales peronistas. Esto hay que saberlo: en esas 62 organizaciones estaban todos los gremios del movimiento. 62 gremios peronistas que rechazaron la conformación de la Central General de Trabajadores, a través de los militares. Es decir, había más gremios que las 62 organizaciones, pero fueron estas últimas las que impidieron la formación de la CGT del gobierno militar. Ahí van presos, fue en 1959. Ahí están las 62 Organizaciones que utiliza Perón como fuerza de choque (contra el gobierno militar), continuamente hasta su retorno, conjuntamente con la CGT.

APU: ¿Cómo ve que estos luchadores sindicales que se foguean en la resistencia peronista a partir de 1955 hasta el ’73, durante 20 años, hayan llegado tan desencontrados con la juventud que se definía revolucionaria, con un perfil marcado de izquierda. ¿Cómo dos fracciones de lucha y dos fracciones peronistas, se terminan enfrentando?

AR: Bueno, te puedo decir que mi viejo era amigo de Abal Medina, por ejemplo (Ver entrevista a Abal Medina padre, donde se reconoce como amigo de Rucci). Lo que pasó es que hubo un quiebre importante: la asunción de Cámpora, en las que aparecieron consignas como “La Patria Socialista o La Patria Peronista”. Ahí hay un quiebre importante, y el punto de quiebre fue el desconocimiento a Perón, como líder del movimiento. Porque creo -inclusive-, que si aquellos grupos... me refiero a los peronistas, ¿eh? no al ERP que no era peronista... si aquellos grupos, llegado Perón a la Argentina, deponían las armas y se dedicaban a hacer política, creo que hubieran tenido mucho espacio en el gobierno de Perón. Hay que recordar cuando fueron once diputados de la Juventud Peronista a explicarle a Perón lo que era el Peronismo.

APU: Dentro del mismo sector sindical también había sectores que por lo bajo, cuestionaban a Perón, ¿cómo ve eso?

AR: Ese planteo venía de la CGT de los Argentinos. Hoy se la puede emparentar un poco con la CTA. Sin entender que no hay solución gremial si no hay solución política. Entonces esto de que el Movimiento Obrero argentino no debe enmarcarse en política, es realmente jugar en contra de los trabajadores. Porque el Movimiento Obrero en su conjunto, tiene que ser un activo participante de la política argentina y tener sus representantes en todos los estamentos de la Nación

APU: ¿Y Lorenzo Miguel en relación a Perón?

AR: La verdad, el hombre más cercano a la política de Perón era mi padre. Él con Lorenzo tuvo muchísimas discusiones y con Vandor también. Con Vandor las discusiones más fuertes que tuvieron fue lo del “Peronismo sin Perón”. A tal punto que mi viejo renuncia y se va por causas políticas. Y no nos olvidemos que Lorenzo Miguel era un hombre del ala vandorista, y también mi padre tenía sus grandes diferencias con él. De todas maneras, con diferencias y todo, tenían un solo objetivo que era el regreso de Perón a la Argentina.

APU: Como el hombre más cercano a Perón era Rucci, cualquier otro actor estaba un poco más lejos.

AR: Por supuesto. Mi padre era un tipo que era importante para Perón porque le garantizaba un traspaso tranquilo al proyecto del peronismo de Perón, una vez que él llegue al gobierno. No es casual que maten a mi padre a los dos días de haber ganado Perón las elecciones. Algunos lo quieren poner que fue un mensaje a Perón, pero no. Lo matan porque había sectores que no querían que Perón llevase adelante un gobierno justicialista, sino que ellos tenían que descabezar aquello que le era funcional a Perón, para instalar un gobierno de tinte socialista. Entonces se empieza a descabezar lo que Perón necesitaba para su proyecto.

APU: Decía un poco al principio, que el Movimiento Obrero en ka Argentina no era solamente la columna vertebral del peronismo sino el conjunto del país. En ese sentido, lo que hacen es romper con las relaciones o deterioran la relación con Perón.

AR: En los años 40, el puente entre Perón y el Movimiento Obrero, era Evita. Perón utilizando la misma estrategia –salvando las diferencias entre Evita con Rucci, claro-, el puente del acercamiento obrero con el movimiento, era Rucci.

APU: Usted era muy chico cuando lo matan…

AR: No, me faltaban cinco días para que cumpliera 15. Lo acompañaba a todos lados.

APU: Lo matan al salir de su casa. ¿Pudo entenderlo en aquél momento, lo puede reconstruir conceptualmente viéndolo en retrospectiva o le despertó mucho odio?

AR: Odio no me despertó nunca. No soy un tipo que odia ni lleva una causa a partir del odio. Es una causa histórica que se tiene que develar. A mí me llevó a una militancia muy fuerte ya a esa edad. Siempre dentro de las filas del Movimiento Obrero, sin ser parte de él. Tenía 15 años y no trabajaba. Pero siempre milité, fui a marchas, a través siempre de las organizaciones gremiales. Después vino el golpe del ’76 y lo terrible que ha hecho y por todos sabido. Por el ‘81, volvimos nuevamente a la militancia a tomar como se podía la calle, a actuar fuertemente con la CGT Brasil. Yo a veces me río cuando dicen que Alfonsín es el padre de la democracia. En realidad, Alfonsín fue una consecuencia de los medios de comunicación y de otros (poderosos) que pusieron a Alfonsín para que el peronismo no gane las elecciones. Pero quienes pelearon las calles contra el proceso militar, no hay ningún lugar a dudas, que fue el Movimiento Obrero, la juventud peronista y otros actores.