Apología del (cuarto) Mitin

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Apología del (cuarto) Mitin

04 Junio 2016

Mayo. Noche cerrada, de lluvia copiosa, como tantas otras. Una vez, en ese mes bajo otra lluvia, fue gestada una revolución. ¿Qué se gestó en este sótano del Abasto en esta noche de lluvia? “Mayo de Revolución” la consigna, en tiempos de frustraciones: el diario marca el ritmo de la venganza, el noticiero le pone imágenes al dolor, la radio blasfema más que nunca. Pero en este sótano, algo pregnó. Asi creemos, sentimos, queremos creer/sentir, necesitamos hacerlo. Por un instante, el pasado se hizo presente: a oscuras oímos la voz del viento del sur. Otro Mayo, no menos revolucionario, se hizo cuerpo en escena. Pero al evidenciarse la arbitrariedad de su representación, con el gesto adusto de quien encarnaba su cuerpo, marcado solamente por la signatura del apósito, el pasado se hizo más lejano que nunca, como cada foto que se le tomaba. El presente se manifestaba como pasado, inalcanzable, irrepetible, pero inevitable. Esa voz, ese enunciado, ese cuerpo, nos interpeló desde la profundidad de lo que fue y, por eso, exigiéndonos actuar para actualizar, transformar, para volver siempre distintos: fuimos llamados a destruir el cuerpo inmóvil, a abrir aquella voz para que surjan nuevas voces.

Revolucionar, como Mariano Moreno, cuya voz no dejaba de repetir lo mismo: preferiría no, no hacerlo, me da fiaca: negarse, revelarse ante lo dado. Mayo de Revolución de Mayo, con sus consignas históricas de 1810. Mayo de Revuelta en el mitin de la Negra Mala Testa: el tiempo histórico suspendido.

Una comunidad que se recrea: espectadores que dejan de serlo, y que comienzan a pensar a partir de las imágenes. Comunidad de oyentes, cuando la voz dejó de ser metáfora y pasó a ser cruda, analítica. Diagnósticos de la actualidad en cada tono de los oradores. Palabras con peso propio, pero por retomar, reafirmar, desarrollar lo que se veía, lo que se decía, lo que se escribió en cada relámpago. Densidad de una escucha que sabía que en cada verbo algo sedimentaba. Comunidad parlante, comunidad visual. Para ver y escuchar (lo) mejor. Para ver y escuchar lo peor: el anticipo de la tragedia actual en las imágenes más odiosas. La historia parodiada y la parodia hecha historia, con imágenes pretéritas, imposiblemente reales. Tanto como las del presente, detenidas y evidenciadas en su ridículo.

En las paredes, hojas de diario escrachadas hacían las veces de ventanas hacia el afuera que acecha y constituye. La pantalla cae; padece el peso de las imágenes, lo insoportable de la liviandad de ser una ventana. “¡Soy un cuerpo!”, gritó, dando cuenta de su existencia. Imágenes que se refieren al cuerpo y que se hacen cuerpo en cada réplica, cuerpos que se hacen imágenes, palabras del deseo. En una noche de Mayo, lluviosa como tantas otras, una comunidad se encuentra, se configura. Una molécula que se desprende de lo cotidiano y se hace germen de futuras gestas. ¿Qué otros sótanos –reales, imaginarios, individuales, colectivos– liberaron moléculas revolucionarias en ese mismo momento?

El 9 de Julio parece destinado a encender la próxima mecha transformadora, que nos lleve a dejar de hablar de fracasos para planificar un nuevo eterno retorno. Pero, desde este Mayo con noche lluviosa, y desde la cofradía intempestiva y fulgurosa de la Negra Mala Testa, en su 4to Mitin, estamos un poco más cerca, un poco más preparados, un poco más comulgados. El futuro será nuestro o no será.

RELAMPAGOS. Ensayos crónicos en un instante de peligro. Selección y producción de textos: Negra Mala Testa Fotografías: M.A.F.I.A. (Movimiento Argentino de Fotógrafxs Independientes Autoconvocadxs)