Un día álgido en el Congreso

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Un día álgido en el Congreso

22 Marzo 2018

Por Lucía Ferreri Ochoa

El día arrancó movido ayer en el Congreso con la reunión de la Comisión de Asuntos Constitucionales, donde un pedido de acelerar el debate por el desafuero de Cristina Fernández de Kirchner levantó la temperatura. En ese marco, el senador kirchnerista Marcelo Fuentes denunció que este recurso está enmarcado en una "persecución judicial" contra la ex presidenta. A continuación, un visiblemente molesto Miguel Ángel Pichetto se quejó por el atropello sobre el objetivo de la reunión –que había sido convocada para elegir las autoridades de la Comisión– y denunció la utilización de la misma.

"Me molesta que se aproveche una coyuntura para buscar un título en los diarios", manifestó el legislador, quien logró ubicar al catamarqueño Dalmacio Mera como presidente de la Comisión.

Horas después comenzó una sesión marcada por los reproches cruzados y la incapacidad de conducir la discusión por parte de la presidenta de la Cámara, Gabriela Michetti. En el marco del tratamiento de la nueva Ley de Capitales, Pichetto le pidió "autocrítica" al kirchnerismo y adelantó que apoyaría la norma "por el esfuerzo que hicieron diputados justicialistas y del Frente Renovador, en especial aportes significativos para conformar instrumentos para las Pymes".

Por su parte, Cristina se opuso al proyecto y denunció que la iniciativa pretende "acentuar el carácter financiero y de especulación que tiene el actual modelo económico".

"Si no hay consumo, siguen los tarifazos, sigue la apertura indiscriminada de importaciones más la timba financiera, ¿para qué alguien querría poner una Pyme?", añadió.

Poco después, ante las quejas de algunos legisladores por la duración de los discursos, se generó un cruce entre los senadores en torno a una moción de orden. Michetti, incapaz de lograr la votación se quejó: "parece una sala de jardín de infantes, perdonenmé".

Finalmente, la nueva ley de Mercado de Capitales, ahora llamada de "Financiamiento Productivo", fue aprobada en general por 54 votos a favor y 10 en contra –se opusieron los ocho senadores kirchneristas, Pino Solanas y la ex ARI Magdalena Odarda–. La norma deberá volver a Diputados debido a que se le introdujeron una serie de modificaciones.

Mientras tanto, en la Comisión Bicameral de seguimiento de deuda, finalmente se designaron autoridades y se le puso fecha a la convocatoria al ministro de Finanzas, Luis Caputo.

El funcionario deberá comparecer ante la comisión el 4 de abril próximo y se desligó de la postergación: "como informaron los legisladores de Cambiemos yo quería ir hoy mismo a la comisión para aclarar sobre cualquier tema que fuera de interés de los legisladores. Pero las autoridades del Congreso me han informado que la convocatoria será finalmente el 4 de abril. Así que ahí estaré".

Mientras tanto, en una sesión maratónica de 13 horas, los diputados aprobaron los proyectos de “desburocratización del Estado”. Sin embargo, la Cámara Baja tampoco estuvo exenta de polémica, ya que luego de un debate cargado de denuncias y reproches, el oficialismo dejó sin quórum la sesión para evitar el tratamiento del megaDNU.

La reunión ordinaria había comenzado tensa dado que el kirchnerismo, previendo la maniobra del oficialismo, había solicitado cambiar el orden del día y tratar en primer término los dictámenes a favor y en contra del megadecreto de desburocratización –que fue duramente criticado– para luego discutir las tres leyes que lo reemplazan. En ese marco, la sesión estuvo a punto de caerse, pero el massismo le facilitó a Cambiemos su continuidad, manteniendo el temario.

Sobre el cierre de la sesión, luego de la aprobación de las tres leyes, la estrategia del oficialismo quedó al descubierto cuando el jefe del interbloque, Mario Negri, pidió la lectura previa de un pedido de informe a la Corte Suprema sobre las escuchas telefónicas entre la expresidenta Cristina Kirchner y Oscar Parrilli.

Esto generó el descontento de Graciela Camaño, quien manifestó: “Quisiera no estar frente a una maniobra, porque evidentemente cuando nos empezamos a enojar y pelear tanto por un tema, es porque nos queremos ir por el otro”.

“Hasta que no se promulgue, con el decreto se puede seguir tomando las cuentas sueldos. Se puede hacer todo lo que dijeron que no se puede hacer”, advirtió. “Sean responsables, quedémonos hasta el final; comprometámonos con el número y pongamos a votación del decreto de necesidad y urgencia”, añadió.

Pese a que Rossi leyó un artículo del reglamento que estipula la imposibilidad de hacer una incorporación a esa altura, el presidente de la Cámara, Emilio Monzó prosiguió con la votación, lo que desató las quejas de la oposición. Ante los reproches del ex ministro de Economía, Axel Kicillof, Monzó le respondió a los gritos. “No te lo permito, ¿qué te pasa?, le espetó Monzó, rememorando el escándalo de diciembre pasado.

Consumada la maniobra del oficialismo, los diputados oficialistas abandonaron el recinto, mientras el titular del cuerpo seguía adelante ignorando la falta de quorum. En ese contexto, Rossi denunció que se trataba de un “mamarracho parlamentario” y un papelón absoluto”.

“Presidente, usted fue cómplice, claramente; lo llevaron hasta el final con un tratamiento. Usted incumplió con el reglamento, porque las mociones sobre tablas se tratan al final de la sesión. Usted fue cómplice de esta maniobra, una maniobra artera. Son una porquería, como bloque oficialista… Tengan coraje en plantear las cosas como las tienen que plantear. Porque la verdad que no tienen límite... ¿Ustedes dicen que van a defender las instituciones? ¡Mentira! ¿Ustedes dicen que van a defender la democracia? ¡Mentira! ¿Ustedes quieren defender a este Congreso? ¡Mentira!”, fustigó el dirigente kirchnerista.

En la misma sintonía fueron las declaraciones de Camaño, quien definió como un “bochorno” lo sucedido en la Cámara. “Me extraña de algunos diputados del Pro que en el pasado solían quejarse del kirchnerismo. ¿Sabe una cosa presidente? El kirchnerismo siempre nos ganó y nosotros siempre pataleábamos, pero ellos tenían el número. La prepotencia del kirchnerismo era la prepotencia del número que habían sacado en las elecciones -agregó Camaño-. Yo no me quiero imaginar este Congreso con una mayoría de Cambiemos. Si esto logran hacer siendo nada más que la primera minoría, no me quiero imaginar de qué manera van a atropellar y llevarse por delante las instituciones”, denunció la legisladora massista.

A continuación se siguieron una serie de discursos de representantes de los distintos bloques opositores, quienes criticaron las artimañas del oficialismo. Casi a las 3 y media de la madrugada la sesión llegó a su fin con un costo alto para el oficialismo, que logró la aprobación de las leyes pero se fue golpeado. La foto de la unidad opositora que Cambiemos intentó evitar a toda costa en la derogación del DNU, se dio igualmente, escándalo de por medio. Será un año largo y complejo para el oficialismo en el Legislativo.