"La farsa fue tan grande, que no le sacaron los derechos políticos"

"La farsa fue tan grande, que no le sacaron los derechos políticos"

01 Septiembre 2016

Por João Pedro Stedile

El golpe parlamentario/judicial/mediático está consumado después de largos capítulos de una novela que ya se sabía el final, pues la mayoría de los actores, ya habían cobrado para ejercer apenas aquel script.

El problema no era de Dilma, que hasta se esforzó para adoptar el ajuste fiscal exigido por la burguesía y entregó la política económica para Bradesco en 2015. No hubo delito, al final el Sr. Temer también firmó decretos de pedaleadas fiscales y más de 17 gobernadores, entre ellos el relator Sr. Anastasia. Ninguno de ellos fue condenado.

La farsa fue tan grande que no tuvieron corage de sacarle los derechos políticos. Apenas le robaron el mandato.

La burguesía necesitaba sólo un gobierno totalmente suyo, para poder implementar su plan neoliberal y así recuperar sus lucros y su acumulación de capital frente a la grave crisis económica que vivimos aquí en Brasil, en América Latina y todo el mundo. O sea, necesitan echar en las espaldas del pueblo la carga de la crisis. Y para eso es necesario tener control absoluto de toso los poderes de la República: ejecutivo, legislativo, judicial y mediático.

Ahora, corresponde a las fuerzas populares, en sus mas diferentes expresiones, a los partidos, movimientos populares, iglesias, intelectuales, artistas y medios de comunicación, analizar nuestros errores, corregirlos y seguir firmes, unidos para enfrentar las próximas batallas que serán tan importantes cuanto la batalla contra el golpe.

La batalla que sigue será defender los derechos sociales y laborales, frente a la avalancha neoliberal que vendrá por el congreso, para desmontar todos los derechos conquistados ¡En el último siglo!

Después. Sin seguir un orden cronológico. Está la batalla por la defensa de los recursos naturales que la burguesía quiere privatizar para recuperar su patrón de acumulación, como el petroleo del Pre-Sal, las tierras, la biodiversidad, los minerales, el agua, etc.

Tenemos la batalla por garantizar los recursos públicos, nuestros impuestos, para que se destinen a las necesidades de la población, a la salud (se avecina el desmantelamiento del Sistema Único de Salud), a la educación, a las viviendas populares y la reforma agraria.

Necesitamos derrotar el gobierno golpista. No tiene ninguna legitimidad. No fue electo por el pueblo. Muchos senadores que lo eligieron, responden procesamientos por corrupción de todo orden. El programa que está adoptando, de ataque a los derechos del pueblo, no fue elegido por las urnas. Por eso FUERA TEMER, es una necesidad para recomponer el proceso democrático brasilero.

Y la mayor de las batallas: luchar por cambios en el sistema político del país, con una reforma política y de los medios de comunicación, solamente a través de una asamblea nacional constituyente, exlcusiva.

Todas las batallas exigen luchas de masas y grandes movilizaciones populares. La salida más rápida que las calles pueden conquistar es exigir la realización de un plebiscito popular, que devuelva al pueblo el derecho de decidir, sobre el Pre-Sal, sobre la anticipación de las elecciones, sobre la convocatoria de una asamblea constituyente.

Muchas luchas nos esperan por delante.

A los golpistas, sólo nos resta el escarnio que el tacho de basura de la historia les reservó.

Traducción: Santiago Gómez