Rock y Bangladesh

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    Festejos Copa del Mundo, Dani Amdan
    Foto: Daniela Amdan

Rock y Bangladesh

19 Diciembre 2022

Era Diciembre de 1995. Yo estaba tirado, sucio y con todo el cuerpo dolorido en la estación de micros de Luján. Había hecho la caminata para ver a la Virgen y estaba hecho una piltrafa. Hacía unos meses habíamos armado una banda con viejos amigos del secundario que aún no tenía nombre. Éramos tantos que no sabíamos ya que instrumentos tocaría cada uno. Entonces nos enfocamos a ser como esas grandes bandas de amigos: queríamos ser como los Decadentes y los Cadillacs. No importaba otra cosa que estar juntos. Y salir y tomar y enamorarnos cada día.

Les decía que estaba en la terminal de Luján sucio y adolorido entonces levanté la vista al cielo y detrás de la Basílica decía 'Bangladesh", un boliche que llegó a competir con Wall Street de Moreno en la noche del lejano oeste bonaerense. En ese tiempo estaba de moda la Zimbabwe Reggae Band por lo que Bangladesh iba excelente. El punto es que no hacíamos reggae. O no hacíamos solo reggae sino puro bardo. Entonces nació Bangladesh Bardo Band. Cuando fui con el nombre no a todos les gustó. Nando, el batero, sugirió "Críos". Votamos como corresponde a un movimiento popular algo anárquico pero afecto a la decisión de las mayorías y quedó Bangladesh. En ese entonces no sabía de ese país más que era hiper pobre. Cómo lo era yo. Cómo lo éramos nosotros que ensayabamos 10 con un solo bafle. Puro bardo.

Ese Diciembre caliente yo tenía 20 años y trabajaba de limpieza en LINSER, una empresa tercerizada que limpiaba la empresa Mercedes Benz. Vivía solo en una casilla en el fondo del Km 35 dónde apenas tenía una cama.
Debutamos con Bangladesh Bardo Band en Derby, el único boliche que existía en González Catán en ese tiempo.
Me acuerdo que en un momento se llenó el boliche y nosotros ocupábamos la pista de arriba como escenario porque éramos muchos y en el escenario de abajo no entrabamos. Cómo a través de la pista de arriba se entraba a los reservados estos nos quedaron como una suite de la banda donde podíamos hacer subir a quien quisiéramos. Éramos como los Stones.

Me acuerdo que escondimos vinos en la caja del teclado para no andar pagando tragos caros, que sacamos hielos de unos tragos y nos emborrachamos con los amigos que hicimos entrar a nuestra 'suite'. En un momento el boliche se llenó tanto que ya no bajamos más y no podíamos saber si nuestra gente, porque invitamos a todo el mundo y yo era un plaga al que conocían en todos los barrios, había ido o no.

Entonces cuando salimos a tocar recuerdo que las luces me daban en la cara y me cegaban por lo que seguía sin poder ver al público. Y que el teclado de Pijachi (es su apellido no un apodo) no encendía y yo estaba muerto de nervios. Y entonces sucedió. Mientras yo miraba desesperado el teclado que no encendía la gente empezó a cantar "Olé olé olé olé Pablo Pablo" y yo miré y entonces me paralicé y se me llenaron los ojos de lágrimas. Y justo Pijachi pudo encender el teclado y arrancó "Vasos vacíos" de los Fabulosos Cadillacs y que se me había cerrado la garganta de la emoción y no pude entrar a cantar. Entonces cantó la gente "No sé bien que día es hoy, solo sé que te ví salir". A veces siento que fue un sueño.

Cuando tenés 20 años la vida siempre es una sorpresa a descubrir cada día. Adónde íbamos se llenaba, con el tiempo dejamos el ego del rock y empezamos a considerarnos una orquesta popular. Toqué con Bangladesh 26 años, nunca grabamos nada ni hay ninguna grabación con sonido decente. Hubo un par de canciones propias que nunca superaron los ensayos "La vidala de Videla" (que luego tocó otro grupo), "Norma Plá", "La gente". Nos juntabamos por el placer de estar juntos, de sentirnos adolescentes eternos. La mayoría de las veces íbamos sin siquiera ensayar. Tocamos en boliches, en fiestas, en Corsos, en festivales de rock, en festipunks, en recitales por los derechos humanos, por los desaparecidos, contra Macri.

Del movimiento cultural que se armó en torno a la banda salió la Agrupación Manuel Santillán El León y de allí la JP Uturuncos.
Siempre con el peronismo como norte. Hay algo vivo aún de esa magia y recién pude saber que significaba ese país a través de Eduardo Galeano que en uno de sus relatos contó el amor de los bengalíes por la Argentina a través de Diego. Como muchos otros territorios en la época, Bangladesh fue colonia británica desde 1857 hasta 1971, cuando logró su independencia. En 1943, hacia el fin de la Segunda Guerra Mundial, los habitantes de la región de Bengala sufrieron una ola de hambruna que provocó 3 millones de muertes. La tragedia se originó con la explotación de los recursos de la zona por parte de Gran Bretaña, que, en ese contexto bélico, había limitado seriamente la producción de alimentos para la población. Los japoneses habían atacado Singapur y desplegaban su poderío por el sudeste asiático y se dirigían hacia el subcontinente indio. El miedo inglés radicaba en que los nipones alentaban el odio de las colonias sometidas hacía el imperio británico y llamaban al levantamiento a los locales invocando además el color de la piel en común.

La estrategia de Churchill de acaparar arroz y confiscar barcos pesqueros para impedir la invasión japonesa a la India tuvo consecuencias desastrosas y llevó a la insurrección. La inanición, malnutrición y enfermedades crecían mientras los nativos intentaban saquear almacenes para conseguir comida. Bangladesh se hizo conocido a nivel mundial cuando George Harrison organizó un concierto a principios de los '70 para paliar la hambruna que aún subsistía. Antes fue parte como dije del Protectorado inglés de la India. Y cuando esta se independizó los ingleses alentaron las diferencias religiosas por lo que los musulmanes armaron Pakistán al Este y al Oeste con la India y el brahamanismo hindú en el medio. Más adelante la disputa geopolítica y la guerra indo-pakistaní llevó a Pakistán oriental a independendizarse con apoyo indio y constituir Bangladesh. La partición alentó el mayor número de desplazados de la historia del mundo: 14 millones de personas. Hindúes huyendo de Pakistán y musulmanes saliendo de la India. 3 millones murieron en el camino. La India y Pakistán estuvieron en guerra varias veces y ambas son hoy potencias atómicas. La URSS y la OTAN ponían fichas a un lado y otro de las fronteras.

Con todo esto, el viejo odio los ingleses nunca se apagó y cuando Maradona los humilló en México 86 se transformó en ídolo de los bengalíes que llegaron a idolatrarlo al nivel de Seij Mujibur Rahman, el padre de la patria y héroe de su independencia asesinado en 1975 en uno de los tantos golpes de estado que asoló al país. Es por eso que cuando vieron a ese gigante de Fiorito meter el gol con la mano a los piratas ingleses y después humillarlos con el segundo gol lo tomaron como su propia revancha y empezaron a amar a la Argentina a través de su número 10. Y cuando Codesal cobró ese penal contra Alemania en la final de Italia '90 hubo disturbios en todo el país. Y cuando a Diego en el 94 un complot lo sacó del Mundial de EEUU la gente protestó en Dacca, la capital. Lástima que Maradona nunca pudo ir a conocer Bangladesh. Estuvo por ir en 2008, cuando visitó la vecina India, y —qué ironía— en 2020, año de su muerte. Teóricamente, iba a ir para celebrar el centenario del nacimiento de Bangabandhu Sheikh Mujibur Rahman, el «Padre de la patria» y primer presidente de Bangladesh.

Aunque nunca pisó el país, Maradona era consciente de lo que significaba para los bangladesíes: en "Yo soy el Diego", su autobiografía, hay una referencia a la pasión que sentía y siente este país sudasiático por el genio del fútbol mundial. Ypo para muchos en Bangladesh eso ya es suficiente. El retiro de Maradona no apaciguó el cariño de los bangladesíes por la Argentina.
En 2011 hubo otro acontecimiento extraordinario. Leo Messi, el mejor jugador del mundo llegó con la Selección Argentina hasta Dacca, la capital del país para jugar un partido amistoso con Nigeria. El campo de juego estaba tan mal, que el Barcelona, el club de Lio, no quería que jugara por temor a una lesión. Pero Messi fue igual, la selección jugó y derrotó a Nigeria. Argentina ganó 3 a 1, hubo un gol en contra de los nigerianos, y Di María e Higuaín anotaron tras dos pases espléndidos de Messi. La muerte de Maradona sumió a los bengalíes en una tristeza infinita y el Mundial de Qatar volvió a reafirmar el amor por la Argentina.

En Facebook hay grupos de argentinos apoyando a la selección de cricket de Bangladesh en el mundial de ese deporte y que festejó el triunfo en el clásico contra la India con los bengalíes que integran el grupo y que se comunican, traductor de Google mediante, con sus amigos argentinos profesandose mutuo cariño. Incluso se ha visto en los festejos en barrios y ciudades argentinas la bandera verde del círculo rojo, para devolver a Bangladesh algo del amor que nos da.

En los últimos días todo el mundo me escribió cada vez que una noticia sobre Bangladesh aparece en la tele en el marco de los partidos del Mundial, ese nombre que significa tanto en mi vida, el sueño adolescente de ser un músico de rock hoy tiene significado. Yo amo Bangladesh. Y logré entender porque Miguel Abuelo perdió a Marilú en manos de aquel marinero bengalí.