El suicidio del sentido común

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El suicidio del sentido común

19 Enero 2015

Por Juan Ciucci

“Si se suicidó o lo suicidaron, no importa”, es la frase preocupante que uno puede escuchar en la TV, dicha por conductores o políticos. Pero podría escucharla en el supermercado, la oficina o el tren. Es una frase verosímil, dadas las características de la muerte del fiscal Nisman, a horas de presentarse ante el Congreso para informar de sus inverosímiles denuncias contra la Presidenta y algunos funcionarios nacionales.

En el sentido común aparecen otras historias, aquellas muertes que sembraron de interrogantes el futuro o que tomando esta decisión se convirtieron en referentes de alguna injusticia que transitamos. Por eso hoy podemos volver a escuchar los nombres de Yabrán o Favaloro, por ejemplo; dos puntas de ese transito común.

En el imaginario popular, esos relatos vuelven a resonar, sumados a los informes que los diversos medios ya van fogoneando. Se construye un Nisman heroico, o una sórdida historia de crimen de Estado. La larga historia de impunidad en nuestro país es un terreno propicio para todo tipo de sospechas. El Poder Judicial es el principal responsable de todo esto, pero es en estas circunstancias donde parece recuperar su poder. Ante una completa desconfianza, la “Justicia” se reacomoda.

Esta muerte no tiene solución. Sea cual fuere el veredicto judicial, se imponen otros, o tratan de imponerlos. Nuevamente el problema es el verosímil, y las palabras y las “reflexiones” que políticos y periodistas van construyendo. Del #YoSoyNisman al #CFKAsesina podemos encontrar todos los matices de esta historia.

En un contexto de enfrentamiento con el aparato de inteligencia cuyo poder era tan independiente como el del judicial, esta muerte impone una agenda completamente distinta a la que veníamos trabajando. Nuevamente, el gobierno arranca bajo sospecha, y las infundadas acusaciones del fiscal recobran un valor que parecían destinadas a perder.

Es un dato más de un comienzo de año preocupante, donde sectores del Poder Judicial y de la Secretaría de Inteligencia parecen dispuestos a desestabilizar al gobierno nacional. Una nueva época de clima destituyente, ante el cual el débil sistema democrático que en estos años supo construir la Argentina, vuelve a ser puesto a prueba.