El discurso de Julia

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El discurso de Julia

16 Octubre 2019

Por Carlos Pisoni*

El otro día vi por streaming el acto de Alberto y Pepe en el Nacional Buenos Aires, y me topé con la sorpresa del discurso de Julia, la presidenta del Centro de Estudiantes.

Me resultó en su totalidad impactante que una piba de 18 años que está terminando la secundaria pueda en pocos minutos expresar esa síntesis histórica, con una carga emotiva especial, sin titubear y con gran capacidad de oratoria frente al futuro presidente.

Cuando murió Néstor, millares de jóvenes que no habían participado de la vida política se volcaron a las calles para despedirlo, produciendo un ritual inolvidable e histórico. Después, muchos de esos jóvenes se sumaron a distintas organizaciones y hoy son militantes de una causa común. No lo habíamos percatado pero Néstor cosechó esas semillas, sobretodo al devolvernos a muchos de nosotros la oportunidad de entender que la política y, especialmente, a quienes veníamos desencantados, la política partidaria no eran una mala palabra.

En Julia vuelvo a ver esa imagen que viví con Néstor.

Esa forma irruptiva de salir a la luz de les jóvenes.

Y estoy convencido que el discurso de Julia esta vez no es solo producto de Néstor sino que se nutre esencialmente del empoderamiento que nos dejó Cristina durante ocho años de mandato.

Jóvenes que se criaron durante el kirchnerismo, que muchos de ellos y ellas vieron a un pueblo feliz, que gozaron de Paka Paka y Tecnopolis, que acompañaron a sus familias en las fiestas del Bicentenario y que estuvieron marchando los 24 de Marzo junto a Madres y Abuelas. Pibas y pibes que escucharon y entendieron ese memorable discurso de Cristina el 9 de Diciembre, donde nos pasa la posta y nos trasmite que el empoderamiento ahora está en nuestras manos.

Creo que, que hoy sean millares quienes participan del movimiento feminista es en gran parte, también producto de Cristina.

Y ahí está Julia. Aula colmada en el Buenos Aires. Alberto escuchandola emocionado (como nos pasó a muchos). Con su pañuelo verde en su muñeca. Produciendo un quiebre con un lenguaje inclusivo.Haciendo un balance de la triste y larga noche macrista. Resaltando los días más felices kirchneristas. Arengando a sus compañeras y compañeros a tomar la posta. A levantar la voz. A no callar antes las injusticias cuando uno lo siente en los más hondo, como decía El Che.A ser rebeldes.

A veces, cuando hablaban de nuestros padres y madres y los 30 mil, decían que se llevaron a la mejor generación que tuvo el país, la del 60 y 70.Siempre fui optimista y refutaba esa teoría, porque entendía que la mejor generación seguro estaba por llegar. Quizás estemos siendo espectadores de ese momento.

*Exsubsecretario de Derechos Humanos de la Nación