Cristina proscripta: ¿Cuál será la respuesta de la militancia peronista?

Estamos siendo parte de un proceso histórico, uno de los actos más aberrantes de la historia contemporánea de nuestro país. Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti pusieron su parte como último escalafón de un procedimiento judicial repleto de irregularidades, de decisiones electoralistas y parcialidades. 

A partir del fallo, el máximo tribunal dejó firme en la causa Vialidad Nacional la condena a seis años de prisión y la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos para Cristina Fernandez de Kirchner. ¿Sabrán qué hacen? ¿Sabremos qué hacer?  

Hace una semana, Cristina Fernandez oficializó su candidatura a legisladora bonaerense por la Tercera Sección Electoral. Claramente esta mujer es mucho más importante de lo que cualquier persona se puede imaginar porque en pocos días teníamos a los grandes grupos mediáticos indicándole a la Corte Suprema cuáles serían los próximos movimientos. 

“La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena”

En las hojas del fallo lo único que se desprende es venganza. No hay pruebas, no hay auditoría, ni testimonios que comprometan a la figura de Cristina Fernández con el delito. Lo que se evidencia es el revanchismo. Bronca e ira (con todos los recursos judiciales en la mano) hacia una mujer que le transformó la vida a millones de argentinos y argentina. Eso no se lo van a perdonar. 

No le van a perdonar haber sembrado en la conciencia de todo un Pueblo la imagen de una Argentina distinta. Una Argentina con igualdad, con un programa político y económico transformador. No le van a perdonar nunca haber instalado el “curro” de los Derechos Humanos. No le van a perdonar nunca el amor que su Pueblo le tiene. 

¿Cuál será nuestra respuesta? 

Primero levantarnos. Los golpes fueron debajo de la cintura. Para toda una generación que se crió en la democracia, estos golpes son casi knock out. Nos criamos haciendo política desde el amor y el respeto pero no fue lo que recibimos. Las instituciones “democráticas” en nuestro país tienen otras experiencias y debemos pensar en los siguientes pasos.   

Ella nos llamó a la organización. Nos llama a militar, a prepararnos para lo que se viene. Su proscripción puede ser una puerta a un levantamiento popular. La pregunta es si tendremos una dirigencia que esté a la altura del proceso social y político que pueda contener esta revuelta. 

Hasta ahora sólo tuvimos reuniones que nunca sucedieron, comentarios desafortunados en medios, llamadas equivocadas y corridas por redes sociales para hacerse notar. ¿Qué se necesita para terminar esta interna? Lo único que genera es cansancio y malestar en las bases militantes. 

Cuando el gobierno de Javier Milei se desmorone, cuando no les permitan endeudarse más, cuando los salarios ya no tengan más qué perder. ¿Quién va a estar ahí? Del campo nacional, popular y, permítanme, peronista, saldrá una alternativa. Nos toca a esta generación ser constructora de una alternativa (alternativa, de verdad), que pueda darle a nuestro Pueblo un programa político, económico y social que nos devuelva la dignidad. Esto recién empieza. Acá nadie se rinde.