Sacerdote católico en Gaza: "Francisco me llamaba todos los días desde que empezó la guerra"

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    Romanelli
    El sacerdote argentino Romanelli

Sacerdote católico en Gaza: "Francisco me llamaba todos los días desde que empezó la guerra"

25 Abril 2025

Gabriel Romanelli es el párroco argentino que vive en Gaza y recibía llamados habituales del Papa Francisco en medio de los ataques del gobierno de Israel, que ya generaron cientos de miles de civiles asesinados. “Esos diálogos eran el antídoto contra la desesperanza. Somos la única Iglesia Católica en la Franja de Gaza. Él empezó a llamar todos los días desde el comienzo de esta terrible guerra", contó. 

En diálogo con AM 530, el sacerdote recordó que “la última vez que nos llamó fue el Sábado de Gloria, un día y medio antes que falleciese. Era siempre muy amable. Preguntaba cómo estaba la gente, nos aseguró sus oraciones, nos daba su bendición y nos daba ánimos. Nos podía que protegiéramos a los niños y a los que sufrían”.

“Nos llamaba a las 8. El Padre que lo atendía le decía Santo Padre y él le decía Santo Hijo. Nos pedía que le recemos a favor, no en contra. Tenía un sentido del humor”, contó.

Todos los cristianos en Gaza éramos 1000 antes de la Guerra. Algunos se fueron. Se murieron 49. Quedamos menos de 700. Ayudamos a todos los que podemos”, refirió.

En ese sentido, Romanelli contó cómo es la vida de los cristianos en Franja de Gaza: “Tenemos un templo y un cementerio. Casitas, una escuela primaria, medio y un jardín de infantes. Tenemos a casi toda la comunidad latina viviendo aquí. Tenemos gente por todos lados. Gracias a Dios podemos darles una mano”. “Tenemos comida racionada. Tenemos problemas con la harina. Es inimaginable”, advirtió.

Luego, se refirió al drama de los bombardeos cotidianos: “Acá no hay casa donde no se llore un muerto. Donde no se tenga un herido. Ni un día más de Guerra va a ayudar a nada. El testamento espiritual del Papa pedía que cese el fuego, se liberen los rehenes y espere un futuro de paz”, narró. “Cuando uno se ofrece a Dios, hay que tomarlo en serio porque Dios te toma en serio cuando te ofreces. Yo estoy hace 30 años en Medio Oriente testimoniando por Dios. Y no sé si alguna vez volveré. Por ahora está todo cerrado y los vuelos. Estaré acá hasta que Dios lo decida”, planteó.

“Es necesario sentar las bases de la dignidad humana. No importa en qué condiciones esté cada uno, ni si es palestino o israelí. Hay que respetar el derecho a la vida. Hay que rechazar todas las muertes en este conflicto. Todas las personas privadas de su libertad injustamente”, concluyó el sacerdote.