Roque Narvaja: “El artista militante que fui no existe más”
Roque Narvaja es músico, cantante y compositor de una gran porción del cancionero popular argentino. Entrevistado por AGENCIA PACO URONDO, habló del disfrute de su nueva etapa artística gracias a El mar de la tranquilidad, disco editado en 2021. Y evocó los comienzos en la música bajo el influjo de The Beatles, la formación de La Joven Guardia y el profundo dolor que le causó el exilio en España, cuando decidió abandonar nuestro país, acosado por la última dictadura cívico militar en 1976.
Agencia Paco Urondo: Alguien muy importante para tus comienzos como cantante fue el “Gordo” Martínez, quien en ese momento era manager de Los Gatos.
Roque Narvaja: Exactamente, cuando estábamos ensayando con La Joven Guardia, él es un tipo muy perspicaz e “hincha” de las bandas de rock. A él le gustaba mucho Ray Charles, ese tipo de música de los años 50. En un ensayo, me escuchó cantar “Vuelvo a casa”, que finalmente fue nuestro primer simple, y le gustó esta voz curiosa que tengo. Entonces dijo: “el cantante tiene que ser Roque”. En ese momento era el tecladista Félix Pando que, por cierto, sigue cantando muy bien.
APU: En 1969 se estrena el filme El profesor hippie interpretado por Luis Sandrini, allí aparece La Joven Guardia junto a Los Náufragos y El grupo de Gastón ¿Cómo llegan a formar parte de la película?
R.N.: Participar de la película tuvo que ver con el éxito, el ranking que significaba ver a las bandas más populares de entonces. Con La Joven Guardia, un grupo de barrio que quería tocar blues y rock, nos encontramos con una enorme puerta abierta que habían dejado Los Gatos, con “La Balsa”. Entonces, tuvimos la posibilidad de hacer canciones con acordes de bolero, folclore o tango, y agregarle una base rítmica poderosa; plantando la semilla de lo que iba a ser después no solamente mi música, sino la de un montón de colegas en Argentina: músicos de rock tocando pop. Eso que hacía brillantemente The Beatles.
APU: Mencionaste a los cuatro de Liverpool, y si bien en tu casa materna se escuchaban folcloristas como Atahualpa Yupanqui y Jorge Cafrune, cuando los viste en 1964 por televisión en el show de Ed Sullivan, todo cambió.
R.N.: Todo cambió porque allí había una propuesta integral. Esta gente proponía cambios en el mundo partiendo de un país fundamental para la cultura occidental como era Inglaterra, con su cultura victoriana. Esa irreverencia y hecatombe producidas por esos músicos flequilludos que eran The Beatles, a mí me dio mucho que pensar.
APU: Que recuerdos tenés de aquellos encuentros con Luis Alberto Spinetta y Edelmiro Molinari.
R.N.: A Molinari yo le pasaba yeites de guitarra, no lo puede negar, a menos que tenga amnesia (risas). A Edelmiro lo quiero muchísimo. Fuimos muy amigos, todos, aunque quizás la gente no lo sepa. También frecuenté mucho a Emilio del Guercio, y con Luis Alberto, quien vivía en otro planeta, cuando bajaba a la tierra hablábamos un poco de Jimi Hendrix, River y Boca.
APU: Contanos como nació “El extraño de pelo largo”, uno de los temas más conocidos de la música popular, el cual le permitió a la Joven Guardia lograr éxito y notoriedad en momentos en que la banda estaba atravesando un difícil momento artístico.
R.N.: La Joven Guardia estaba condenada porque el primer simple, “Vuelvo a casa”, una canción que nos gustaba y tenía una impronta “gatuna”, no vendió. No lo recibieron de la manera que esperábamos. Probablemente, la gente no sabe que las ventas son importantes para que los músicos permanezcan, aún en el rock. Nos estaban por echar de nuestra compañía, la multinacional RCA que pagaba toda nuestra carrera, como pasaba antes. Hasta que apareció de la nada Enrique Masllorens pasándome una armonía que él silbaba en la sala buscando mi complicidad o mi atención. Y lo logró, porque me interesó un cambio que hizo en los acordes. Con esa base, armé una melodía definitiva y ahí salió “El extraño de pelo largo”. La llevamos al ensayo, la escuchó el Gordo Martínez y le rogó a Mario Pizzurno, el director de RCA, que nos diera una segunda oportunidad. Y sucedió: grabamos y el tema se convirtió en un éxito increíble. Tuvo mucha ayuda de parte del conductor radial Ricardo Kleiman, la canción en el verano del ‘69 sonó muchísimo. Fue un antes y un después. De repente, éramos muy famosos.
APU: Es más, “El extraño de pelo largo” salió el mismo año que el disco debut de Almendra, siendo muy pareja la rotación en las radios con “El tema de Pototo”.
R.N.: “El extraño de pelo largo” sonó mucho, si bien no recuerdo exactamente la proporción, teníamos un jueguito con la banda. Resulta que el baterista tenía un auto con radio, esas con botoneras para seleccionar las estaciones. En Mar del Plata había dos, LU6 y LU9. En los intervalos de los shows, nos subíamos al coche y apostábamos plata si aparecía “El extraño” o “Motores de papel”, un tema mío que era un lado B que a Ricardo Kleiman le gustaba mucho. Él había pagado la promoción de los dos para ver cuál funcionaba. Pero como vos decías “El tema de Pototo”, también tuvo alta rotación porque Kleiman era el productor de Almendra.
La dictadura y el exilio
APU: La última dictadura militar fue la que te empujó al exilio en España, te prohibieron y robaron tus discos de oro ¿Cómo recordás el momento de tomar esa decisión y el posterior desarraigo?
R.N.: La decisión que tomé de irme del país fue obvia. Me lo recomendaban desde la familia hasta los amigos, pasando por un doble agente que tranquilamente podría haber habido en esa época. Gracias a Dios pude actuar rápidamente y hacer las conexiones adecuadas para poder salir. Después, cuando me fui, me contaron allegados que un grupo de curiosos cayó a preguntar por mí a la compañía de discos. Luego fueron a la RCA a buscar a La Joven Guardia. En otra oportunidad ya había ido el jefe del Comité Federal de Radiodifusión (COMFER) a decir que estaba prohibido y tenía que dedicarme a otra cosa. Tenemos mucha información de aquellos tiempos con Enrique Masllorens, pero nunca la hemos hecho pública. Posiblemente porque jamás me agarré de esto para tener notoriedad, publicidad o para chapear que fui un exiliado. Lo que se siente en ese momento es una soledad y un desamparo tremendo, teniendo que hacerme cargo de mi familia con mi hijo recién nacido, prácticamente.
APU: ¿Te pudiste reconciliar con esa época? Porque perdiste muchas cosas: la familia y una parte importante de tu propia vida.
R.N.: Hay muchas maneras de morirse. Ese Roque murió, no está, se quedó acá. No quiero faltarle el respeto a los familiares de los desaparecidos, no me puedo considerar uno, me refiero a otra cosa más metafórica, pero ese artista militante desapareció. Y eso tiene tremendas consecuencias psicológicas, de vida, secuelas. A mí me costó la familia, el matrimonio. Ni siquiera fue una cuestión dentro de la lógica de una pareja que se separa, fue dentro de un quilombo espantoso en el exilio. Esto le pasa a la gente que tiene que dejar su país, su cultura, su historia. Nada es fácil, no importa que venga el éxito con estadios llenos, agradezco a Dios que haya sucedido también en el exterior. Porque lo que uno perdió fue una vida por un hecho muy traumático que no se olvida ni se gambetea fácilmente, sino que queda para siempre como la marca en aquellas personas que han sufrido guerras, abusos en la infancia o fueron víctimas del terrorismo de Estado.
APU: Decías que el cantante y militante se fue con aquella época ¿Qué sentís al cantar las canciones de Octubre, mes de cambios, hoy?
R.N.: Evidentemente no siento lo mismo, porque los tiempos son otros. Es como cuando uno va a un lugar donde vivió y ya no lo hace más. Se encuentra con los recuerdos, que la casa que pensaba enorme era más chiquita, igual que el cuarto donde uno hizo las canciones. Se da cuenta que ha crecido. Por supuesto que no me refiero a lo físico, sino a lo emocional, que es acá lo importante. Desde ese punto de vista, vuelvo a recordar que cuando hice ese disco estaban esos sentimientos que eran necesarios atender. Y los sigo atendiendo, pero han crecido, son adultos y forman parte de un tiempo que pasó. Es importante en el crecimiento de cualquier persona con serios problemas en su historia como yo, ir superando etapas, darlas por terminadas y mirar para adelante. Siempre pienso que lo mejor aún está por suceder.
APU: Sabiendo de tus ideales y viendo todo lo que te sucedió ¿Volverías a actuar de la misma forma?
R.N: Siempre dije que si pasara de nuevo, haría lo mismo, porque soy una persona sensible, que se pone al lado del más débil, una cuestión que aprendí en la iglesia. El cristianismo me enseñó a ser un revolucionario. No tengo ideas de izquierda, más allá de simpatías que puedo haber tenido de chico. Por supuesto que sé de qué trata El Capital, de Carl Marx, el socialismo y el materialismo dialéctico. Estudio y estudié mucho. Ahora, tengo que ver qué me pasa a mí para ser auténtico, para ser una persona real, que la gente pueda constatar cuando me subo al escenario que quien les habla no les miente, les dice la absoluta verdad. Qué me pasó y quién soy, con todas mis contradicciones. Por eso digo y trato de mantenerme en ese sendero, porque es el único que sé que a mí y a todos nos va a hacer libres.
“Somos una banda, nos queremos mucho y tocamos mis canciones pop con una impronta rock”.
El mar de la tranquilidad
APU: En 2021 salió tu nuevo disco, El mar de la tranquilidad, donde en el tema “Una hoja de papel” quisiste contar la historia de amor que los unió con Laura, una fan que luego se convirtió en tu esposa.
R.N.: Sí, la canción es una historia real que le dediqué a mi mujer, un amor muy grande y especial. Digamos que a esa fan la quise arropar, contener, cuidar. En ese tiempo simplemente había conocido a una mujer hermosa, que tenía una gran necesidad de mis canciones y, básicamente, una cosa llevó a la otra. Me acerqué sin demasiados planes, pero empezamos a salir y nuestra relación terminó en un matrimonio porque yo, en muchos aspectos, soy muy formal. Pertenezco al pasado, antes, la gente se casaba, lamento comunicarles que antes pasaba eso (risas). Era una manera de proteger con los bienes a ese vínculo. Y fue lo que yo quise hacer con esta fan que se llama Laura.
APU: Canción que además tiene un hermoso video con fotos y todo tipo de memorabilia.
R.N.: Nos ayudó mucho un coleccionista, que tenía todo. Pósters, fotos, entradas de shows. En definitiva, el mérito es de la producción encabezada por Héctor “Nene” Molina, que es un realizador maravilloso de la ciudad de Rosario. Se puso la historia al hombro junto a la gente de su equipo e hicieron esa delicia de video para “Una foto de papel”. Un trabajo que todavía, cuando lo veo, me emociona.
APU: En otro tema, el que le da el nombre al álbum, se nota claramente que allí hay una banda de rock n´roll.
R.N.: Somos una banda, nos queremos mucho y tocamos mis canciones pop con una impronta rock. Todos nos sentimos rockeros porque nos gusta mucho ese estilo. En ese tema que mencionás, está insinuado lo imposible y lo posible. Tiene que ver con lo que creíamos tan vehementemente de chicos. Dice la letra en una de sus partes: “la fe en un mundo nuevo ya no volverá, repite los errores de la humanidad”. Pero igual remontamos vuelo, tenemos ilusiones, nos juntamos y seguimos adelante.
APU: La última, y hablando de remontar vuelo, tengo entendido que sos piloto comercial. ¿Seguís subiéndote a un avión, cada tanto?
R.N.: Afirmativo (risas). Es más, sigo dando exámenes que quedaron pendientes por la pandemia, pero estoy con el apto psicofísico al día. Soy piloto comercial de primera clase, instructor de vuelo y la escuela donde enseñé por 14 años está requiriendo mis servicios como veterano, a otro nivel, para dar clases y llevar a los chicos a navegar. Como piloto, también, tengo ofertas al tener actualizadas mis licencias y sobre todo, el entrenamiento. Así que cuando la aviación me necesite, estoy a disposición.