La marcha triunfal de los descamisados: el primer poema publicado sobre el 17 de octubre de 1945

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LEALTAD PERONISTA

La marcha triunfal de los descamisados: el primer poema publicado sobre el 17 de octubre de 1945

17 Octubre 2023

El 17 de octubre de 1945 es considerado como el día de la lealtad nacional en la cual participó activamente el pueblo trabajador. Fue una auténtica gesta popular que tuvo sus cantores, quienes fueron desde copleros con rústica composiciones pasando por poetas cultos. Entre ellos José María Catiñeira de Dios, Luis Ortiz Behety, Alfonso Ferrari Amores, Juan Fuscaldo, Santiago Ganduglia; Leopoldo Marechal, Nicolás Olivari, Carlos de Jovellanos, Alfredo Carlino, María Granata, Jorge Perrone, Raúl A. Mende, Héctor Villanueva, Jorge Melazza, Abel Laza, Julio Ellena de la Sota, Juan Oscar Ponferrada, Luis Gorosito Heredia y muchos otros. Es que fue una jornada inspiradora que tuvo todos los colores para mojar la pluma de los sensibles.

Cronológicamente la primera composición militante justicialista que fuera publicada en una revista gremial, editada a inicios de 1946, fue La marcha triunfal de los descamisados (1). Este poema de largo aliento fue realizado por el poeta Pedro Argentino, seudónimo del escritor, poeta y periodista Raúl Ezeyza Monasterio (2), quien al observar entre las banderas celestes y blancas, esa camisa sudada atada a un asta improvisada, que hará surgir ese enorme símbolo de octubre, lo insuflará a escribir y publicar la primera composición sobre el 17 de octubre: La marcha triunfal de los descamisados.

Ya vienen, ya vienen

del Sud y del Este,

del Oeste y del Norte

bajo una bandera: la blanca y celeste.

La trae en sus manos el Pueblo Consorte

porque ella es la insignia de los corazones,

Virgen impoluta–

la madre de tantos soldados campeones,

la flor y la fruta

y el fuego de todas nuestras concepciones.

Ya vienen, ya vienen

llenando las calles de la Vieja Aldea,

cubriendo el espacio de las diagonales;

sudor y marea

que brama sonora, descuaja y voltea

el barro y la escoria de los pedestales

que ya no soportan

los mitos sangrientos de los capitales.

¿Qué sueñan los hombres? ¿Qué quieren, qué anhelan?

¿Adónde los llevan sus pasos que vuelan?

¿Por qué van cantando la estrofa bravía,

sin mengua ni atajo,

donde se confunde la Soberanía

con las expresiones rudas del Trabajo?

Ya vienen en grupos. Ya crece y avanza

la fiel muchedumbre que llega sin lanza,

sin puños cerrados

y al grito de ¡Patria! dicho con amor,

fornidos y honrados,

las frentes altivas, los pechos sudados,

llenan de alegría la Plaza Mayor.

La plaza, la plaza,

allí donde un día despertó la raza,

se llenó de golpe por encantamiento.

Allí están los hombres, allí los hermanos,

allí el sufrimiento

de miles de cientos

y cientos de miles de manos.

Miradlos, son ellos:

los simples obreros de todas las cosas.

No cantan degüellos

sino victoriosas

palabras que nacen del fondo del pecho,

por las jubilosas

semillas que han hecho

florecer espigas del inmenso erial:

doradas espigas: Trabajo y Derecho,

derecho a la vida, Justicia Social.

¿Quién es que los mueve?

¿Quién los acaudilla

que están en silencio como en la capilla?

¿Quién es el gigante que así determina

la ruta de todos los trabajadores?

Nada más que un hombre de estirpe latina,

el que necesita la Patria Argentina

para sus miserias, para sus dolores.

Ya vienen en grupos; ya no dan abasto

la acera, la fuente, la estatua y el pasto.

Se encienden las luces

y antorchas de fuego giran como bólidos

al aire agitadas por los brazos sólidos

de los que llevaban hasta ayer sus cruces.

(¡Oh Pueblo, mi Pueblo,

mi sangre, mi vida;

qué inmenso escenario para vuestra herida!

Seguidlo a ese Hombre que ya os acompaña

y el llanto de vuestras tristezas restaña).

Ya vienen, ya vienen

del Norte y del Sud,

del Oeste y del Este,

los trabajadores y la juventud

bajo una bandera: la blanca y celeste.

Ya vienen, ya vienen en grupos formados:

Son ellos, los simples obreros honrados,

del hierro y la fragua,

más puros que el viento, más limpios que el agua:

los descamisados.

Este poema que apareció publicados a principios de 1946 en una revista gremial sigue los lineamientos de la Marcha Triunfal de Rubén Darío y fue incorporado en el libro ¿Dónde estuvo? (3) de Juan Domingo Perón, quien lo firmó con el seudónimo Bill de Celedonia.

Notas

1.- También se considera como la primera composición Soneto del Descamisado de José María Castiñeira de Dios. Según el poeta lo compuso esa misma noche del 17. Pero fue publicado mucho después del poema de Pedro Argentino. En el libro Poesía Política…aquí y ahora de 1982 al pie de la reproducción del poema coloca la fecha 17 de octubre de 1945.

2.- Raúl Ezeyza Monasterio (Buenos Aires, 1917-1999), escritor, poeta y periodista, fue secretario del Ministerio del Interior, miembro de la Comisión de Instrucción Pública de la Cámara de Diputados de la Nación, y autor de varias obras en prosa y verso.  En poesía: Relen (1937), Canciones mías (1938), Mocero (1938), Pan de palabras (1940), Poemas para un nuevo horizonte (1941), Cielo en las manos (1942), Barro celeste (1944).    Adhirió desde el inicio mismo al peronismo. Con el seudónimo Pedro Argentino publicó la “Marcha triunfal de los descamisados” que Juan Domingo Perón incluye en su trabajo ¿Dónde estuvo?, firmado con el seudónimo de Bill de Caledonia.

3.- Este libro de 36 páginas apareció en Buenos Aires en 1946. Es una respuesta a la constante pregunta que se le hacía a Perón ¿Dónde estuvo? En su índice se encuentra estos títulos: El coronel Perón aparece en el escenario. Por qué fue ministro de guerra el coronel. Por qué el coronel fue vicepresidente. Las presiones para una candidatura. Las ganancias del Coronel. El caso de Campo de Mayo que motivó la renuncia del Coronel. Epílogo de una traición. Marcha triunfal de los descamisados, por Pedro Argentino. La fe de los juramentos. 

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