Chile, tan cerca de la gloria

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Chile, tan cerca de la gloria

28 Junio 2014

Por Enrique de la Calle

Último penal de la serie: patea el chileno, la pelota pega en el palo y sale disparada paralelo a la línea. No es gol. Brasil gana por penales un partido inolvidable, que pudo ganar y perder, en dosis iguales durante los 120 minutos que duró el encuentro. A Chile le quedará una sensación horrible durante mucho tiempo. Estuvo a nada de ganarle a Brasil en su propio estadio. Hizo mucho y no le alcanzó. Cuando se sequen las lágrimas, podrá comprender que igualmente hizo historia grande, más allá de la derrota.

Chile salió a jugar como lo hace siempre: bien planteado en mitad de cancha, con mucha presión en cada rincón del campo. En general, fue la Roja el que tomó el mando del partido, con todo lo que eso significa. Hay que animarse a jugar así contra los brasileños, en su propia casa. En los primeros 30 minutos, sin embargo, esa osadía fue puesta en jaque por cada contragolpe a toda velocidad de Neymar, Hulk y compañía.

En ese primer tiempo, el elenco verdeamarelho jugó un poco mejor hasta el sorpresivo gol de Alexis Sánchez. No sólo porque logró ponerse en ventaja relativamente rápido. También, porque en cada contra rápida puso a varios jugadores en situación de mano a mano contra los defensores chilenos. Sin dudas, el mejor escenario para la técnica de Neymar.

Sin embargo, cuando Brasil parecía acercarse al segundo tanto, llegó el error increíble de Hulk y el empate chileno. Desde ese momento, la Roja jugó un poco mejor en un partido que se volvió cada vez más intenso (no apto para cardíacos, se diría en otras épocas). Cualquiera pudo llevárselo en esos notables 90 minutos del tiempo regular.

El alargue mostró a los locales con más resto físico, lo que les permitió atacar con más gente el área chilena. Los trasandinos se vieron obligados a replegarse y salir sólo cuando Sánchez y Pinilla pudieron aguantar alguna pelota allá arriba. En el fondo de la Roja, sobresalió la actuación memorable de Gary Medel. Sobre la hora, el propio Pinilla rompió el travesaño de Julio César. Ay, si esa pelota hubiera entrado…

Finalmente, fue el arquero brasileño el que se vistió de héroe durante los penales. Atajó dos de los tres fallados por Chile. El último, el que pegó en el palo izquierdo (otra vez, el palo), le dio la victoria a Brasil, que sintió un alivio inconmensurable. No podía irse tan rápido de su propio mundial. Ahora enfrentará a Uruguay o Colombia, con la convicción de que esta Copa es para ellos la Gloria o Devoto. Así, sin matices.