Sony, Apple, Samsung, LG, Microsoft, Volkswagen: trabajo esclavo y explotación infantil

  • Imagen

Sony, Apple, Samsung, LG, Microsoft, Volkswagen: trabajo esclavo y explotación infantil

19 Enero 2016

Por Nicolás Adet Larcher

Empresas como Sony, Apple, Samsung, LG, Microsoft y Volkswagen necesitan grandes cantidades de cobalto para fabricar piezas utilizadas en sus dispositivos tecnológicos. A partir de la obtención de esta materia prima y su procesamiento, luego pueden colocar en el mercado sus productos a precios excesivamente redituables. Un informe de Amnistía Internacional y la Organización Afterwatch, reveló que gran parte del cobalto utilizado por estas empresas proviene de la extracción realizada en la República Democrática del Congo, ubicada en África.

La extracción es realizada por miles de niños que día a día ingresan a las minas y son explotados durante doce horas para poder obtener el cobalto necesario. "Millones de personas disfrutan de los beneficios de las nuevas tecnologías, pero rara vez se preguntan cómo se hacen. Ya es hora de que sepan que las grandes marcas tuvieron alguna responsabilidad en la explotación de las materias primas que hacen sus productos lucrativos" afirmó Mark Dummett, investigador de Amnistía Internacional.

Según el informe, la cadena involucra a distintos actores dentro de este mercado. Los comerciantes compran cobalto en las áreas donde se lleva adelante el trabajo esclavo infantil, para luego venderlo a Congo Dongfang (MDL) que es una subsidiaria de China Zhejiang Huayou Cobalt Ltd, una gran corporación dedicada al comercio de minerales. De esta forma, MDL y Huayou Cobalto, procesan el cobalto obtenido antes de venderlo a fabricantes de baterías ubicados en China y Corea del Sur. Una vez realizada esta transacción, la venta se traslada a fabricantes de baterías y artefactos tecnológicos o automóviles como Apple, Samsung, Microsoft, Sony, Volkswagen y Daimler.

La República Democrática del Congo produce el 50% del cobalto utilizado en todo el mundo y, según los documentos a los que accedió la organización, un gran número de multinacionales figura en la lista de clientes de Huaypu Cobalt Ltd. Amnistía se comunicó con 16 multinacionales para consultar respecto a esta realidad y solo una empresa dijo con certeza dónde compraba minerales. Cuatro no pudieron decir de dónde provenía el cobalto que utilizaban, seis dijeron que estaban investigando y siete negaron el hecho pese a que figuran en las listas de clientes.

La organización denuncia el trabajo esclavo y la explotación infantil que tiene lugar en el Congo a causa de la extracción de cobalto para las grandes empresas. Entre septiembre de 2014 y diciembre de 2015 se conoció la muerte de 80 trabajadores en las minas, aunque se desconoce a ciencia cierta la cifra real ya que los cadáveres se dejan enterrados bajo los escombros sin ser tomados en cuenta. En ese país, el 80% de los ciudadanos viven con apenas 0,3 dólares al día, mientras observan como las empresas obtienen beneficios en millones de dólares por la riqueza extraída de la segunda mayor reserva de cobalto del mundo.

Del informe de Amnistía, surgen datos alarmantes. Los mineros trabajan largas horas sin guantes, mascarillas o equipos de protección mínimos para cuidar su salud. Los investigadores recopilaron el testimonio de niños que trabajan 12 horas por día y apenas ganan uno o dos dólares por el trabajo realizado. UNICEF reveló en 2014 que al menos 40 mil niños trabajan en las minas, gran parte de ese número son huérfanos. Para Amnistía, el número de mineros en total asciende a 115 mil.

La organización internacional tituló a su informe de 88 páginas "Esto es por lo que morímos" y esta disponible en su página oficial para descargar. Amnistía dialogó con alrededor de 90 trabajadores dentro de la mina y al menos 17 niños que relataron sus historias de vida. Las imágenes utilizadas también sirven para graficar los testimonios obtenidos dentro del documento, como el caso de Charles, un niño de 13 años que durante las mañanas asiste a la escuela para luego realizar trabajos en las minas de cobalto durante las tardes.

Trabajar en pésimas condiciones también generó problemas respiratorios y otras deficiencias en la salud en los mineros, "Sentimos dolor en nuestras espaldas y en todo nuestro cuerpo" dice una mujer que llegó a cargar hasta 50 kg de cobalto. Paul, un niño de 14 años, comentó a los investigadores que suele pasar 24 horas dentro de los túneles. "Llego a la mañana y salgo a la mañana siguiente" indicó, además de aclarar que también trabajan bajo altas temperaturas e incluso días de tormenta. Para descender a las minas utilizan una soga precaria que a veces se rompe haciendo que caigan hacia el fondo, provocando heridas o incluso la muerte. Se suele conectar un tubo para transportar oxigeno hacia el interior, un minero contó a los investigadores que cuando el generador se queda sin combustible no pueden respirar y deben salir en forma urgente del lugar para evitar morir asfixiados.

La situación se agrava cuando los niños expresan que trabajan porque sus padres no tienen trabajo y no pueden pagar su educación, algunos, directamente deciden trabajar a tiempo completo en las minas y no asistir a la escuela para obtener algo de dinero. Luego de extraer el cobalto, los mineros deben dirigirse al río para lavarlo y luego ser otorgado a los comerciantes para su venta. Las imágenes muestran a mujeres con sus hijos pequeños lavando el tesoro extraído, algunas cargan 50kg de cobalto por día hasta el río, lo lavan y obtienen apenas un dólar con cincuenta por el trabajo realizado.

A modo de conclusión, Amnistía Internacional llamó a tomar conciencia sobre la situación que miles de niños viven en el Congo, a la vez que repudió el accionar de las empresas que reciben grandes ganancias a través del comercio de productos que utilizan grandes cantidades de cobalto extraído de esta forma.