El Bang Bang de Ucrania: protestas y conflicto político

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El Bang Bang de Ucrania: protestas y conflicto político

04 Febrero 2014

Por Maximiliano Van Hauvart

La historia se repite. Ucrania, país de Europa del Este, que en épocas anteriores integró la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, ha tomado -de la mano de su presidente actual- buscar la separación de la Unión Europea. La noticia fue un boom. La polémica comenzó a instalarse en la agenda diaria en el contexto internacional y mediático. Algunos miembros de la UE sostienen que la decisión de Ucrania la perjudicaría de manera tal de detener su economía. En cambio, politólogos y especialistas en relaciones internacionales refutan las “consecuencias sobre la economía ucraniana” y explican que Ucrania es “una pieza estratégica para la UE” y que “la UE no tiene nada para ofrecerle y solo prometen palabras”.

Las acusaciones llegaron a las puertas del despacho de Vladimir Putin. El encargado del poder ejecutivo brindó una entrevista para una agencia italiana en donde sostuvo:"No estamos dispuestos a sofocar nuestra economía para gustarle a Bruselas". Fue casi una declaración de guerra. Ministros y miembros de la UE salieron al choque mediático contra Putin. También el premier ruso sostuvo que el acuerdo es puramente económico ya que rige un tratado de libre comercio entre ambas naciones.

El viejo refrán: “Cada acción tiene sus consecuencias” volvió como una pelota de tenis sacada de un área casi imposible en medio de un partido. La UE reaccionó con un paquete de medidas que fueron tomadas a consecuencia de que el gobierno de Ucrania se negó a cambiar su postura respecto a al alejamiento de la Unión Europea. Los acuerdos firmados durante la última década en materia económica y cuestiones y gestión de empleo multilateral fueron cancelados. Desde la Casa Blanca, el gobierno de Barack Obama envió al Senado un proyecto para llevar adelante diversas sanciones si Ucrania no cambia de opinión. El revés de la nación Rusa volvió de la mano de 15.000 millones de dólares y el subsidio al 33% del gas y combustible, tanto para el uso civil como industrial. Analistas de diversas agencias como RT, CNN o Reuters sostienen que la presión impuesta por UE y EE.UU no es sobre Ucrania sino sobre el crecimiento geopolítico y la incidencia del Kremlin en asuntos internacionales.

Las protestas opositoras salieron como todo el mes de diciembre a exigir la renuncia del Yanukóvich y su gabinete. En cambio, la represión policial y las fuerzas de seguridad se vieron en encuentros que dejaron saldos enormes de heridos. Durante las grandes protestas, unas semanas después de que miembros de la UE que dieron su apoyo público en las calles de Kiev a los partidarios de la oposición junto al Senador McCain, Putin llegó con papeles en mano y se firmaron acuerdo bilaterales para el trabajo en conjunto en materia económica. El premier de Ucrania dijo que cuando la UE tome medidas para ayudar al pueblo ucraniano se vería gestionar un espacio de diálogo.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania denunció al sol y fuego de protestas con catapultas, topadores y toma de Ministerios, la injerencia de fuerzas e intereses extranjeros para derrocar al gobierno que fue electo de manera democrática en 2010 que llevó a VíktorYanukóvich a la presidencia del país. Dentro de las múltiples marchas de los simpatizantes del gobierno lograron concentrarse en la Embajada de EE.UU en Kiev para exigir que no sean financiados a los manifestantes opositores que defienden los intereses de las élites y no de las masas.

Las protestas llevan un total de 15 muertos y un más de 6000 heridos que están conformados por miembros de las fuerzas de seguridad, miembros de la oposición y de sectores afines a la gestión de Yanukóvich. Las protestas han llegado al punto de alertar a las centrales de energía atómica en caso de un posible encuentro con los manifestantes. La ciudad de Kiev se encuentra divida en partes. Las calles se encuentran sumidas en barricadas de personas con máscaras y gomeras. El gobierno aceptó una reunión de emergencia debido a las olas de violencia en todo el país buscando una cese de protestas para calmar la situación y poder realizar un análisis correspondiente de la situación que vive el país. Lamentablemente, las fuerzas reaccionarias de la oposición financiadas por la Casa Blanca y Bruselas llevaron escandalosas exclamaciones al punto de amenazar de dejar de lado los cócteles de molotov y pasar al asesinato de los civiles cercanos al gobierno.

Los días siguen pasando y las protestas y los incidentes aumentan a tasas desorbitantes. Rusia no ha tomado la postura de EE.UU para influenciar y financiar a un sector de la sociedad. Está a la espera de lo que se vaya dando en los meses venideros. La lucha puede llevar a un golpe de estado de parte de la oposición y para otros es un paso más hacia una nueva revolución alejada de la Unión Europea.