Violeta Vázquez: "Es inadmisible que una mujer que quiera amamantar no sea lo suficientemente acompañada"

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Violeta Vázquez: "Es inadmisible que una mujer que quiera amamantar no sea lo suficientemente acompañada"

06 Agosto 2020

Por Sabrina Domínguez | Foto de Silvina Caserta

AGENCIA PACO URONDO: Estas fechas, como la "Semana Mundial de la Lactancia Materna", permiten visibilizar cuestiones por las que se lucha día a día. ¿Qué le parece importante destacar de esta semana en nuestro país?

Violeta Vázquez: Esta semana del 1º al 7 de agosto nos permite visibilizar una información muy importante que suele estar invisibilizada. De alguna manera, es una excusa para convocar a los medios y poder mostrar nuestro trabajo de todos los años.

El lema que tiene este año la "Semana Mundial de la Lactancia Materna" invita a reflexionar, por un lado, sobre el impacto positivo de la lactancia materna en la salud de nuestro planeta, en el impacto ecológico que tiene. Por otro lado, también nos permite reflexionar sobre el impacto negativo de los sucedáneos de la leche materna, es decir, las leches de fórmula, en la economía y en la contaminación ambiental.

Cada año nos preguntamos desde qué lugar vamos a hablar del lema, porque creemos que tenemos la responsabilidad de reflexionar críticamente sobre estos lemas. Resulta complejo elaborar lemas que dejen de responsabilizar a las mujeres y las familias y, en este sentido, es importante aclarar que los lemas, en general, van dirigidos a las sociedades, a las empresas, a las comunidades, a los Estados, a los gobiernos. Lo que no que no queremos que suceda es que este año este lema se entienda como "tenés que dar la teta porque además de ser saludable para vos y para tu bebé, es saludable para el planeta, y vos tenés la responsabilidad de ser ecológica". Hoy estamos buscando dar visibilidad al deseo en la lactancia: la importancia de que cada mujer pueda conectarse con lo que necesita, con lo que desea y pueda ser acompañada en esa decisión propia. Y, si bien, la mayoría de las mujeres que yo acompañé tienen el deseo de amamantar y los profesiones promueven la lactancia; en general, los mismos profesionales no la facilitan. No es lo mismo promocionar y promover que dar herramientas concretas para un acompañamiento sostenido para que esa lactancia se pueda llevar a cabo y se pueda sostener. Entonces, considerando este contexto, el lema es: “La lactancia cuida el planeta”. De hecho, la ONU dice que si los índices de lactancia maternas aumentaran, podríamos salvar hasta 800 mil vidas por año.

Como aspecto destacado de esta semana, está lo relevante a los sucedáneos de la leche materna que son un gran negociado. Si bien muchos bebés la necesitan, la fórmula es un fármaco que debe estar indicado por el médico o la médica de cabecera. Tiene aparejado un engranaje económico enorme que implica contaminación ambiental, desde el envasado y a lo largo de toda la cadena productiva. También sabemos que, inclusive, la leche materna contiene contaminantes, porque nada escapa de estar contaminado, pero obviamente la fórmula contiene un nivel de contaminación mucho más alta.  Produce residuos, no tiene empaquetado ecológico, y hay una gran cantidad de dinero que se maneja en estas empresas, mucho más grande que cualquier otra empresa multinacional y que consumimos todos los días.

APU: Si se habla de lactancia, aparece una figura relevante, como es la de la puericultora, ¿cuál es su rol?

V. V.: El rol de la puericultora en Argentina es particular y diferente a otros países. Si bien es una profesión que no está regulada como tal, sí está aceptada e informalmente inserta en el sistema de salud. Más en las áreas metropolitanas que en el interior del país; sobre todo privado, pero también público (generalmente, en el sistema público a través de voluntariados). Esta profesión, ejercida mayoritariamente por mujeres, en una situación laboral precarizada, porque no está regulada. y no casualmente, ejercemos un rol de cuidados a otras mujeres y personas gestantes (también de sus hijas e hijos, por supuesto) y acompañamiento que respeta las decisiones de la mujer y de la familia, cuyo eje principal es el acompañamiento en la lactancia materna desde el embarazo hasta el destete, lo cual puede ocurrir varios años después del parto o no.

Al mismo tiempo, favorece, cuida y promueve el vínculo primario entre la mujer madre y su hija o hijo y atender a las necesidades de la familia extendida. Por eso, hacemos foco en la lactancia materna, pero nuestro trabajo va mucho más allá del área perinatal, es decir, no solamente trabajamos en el tiempo previo y posterior al parto, sino también muchos años posteriores a ese momento. Y fuera de las áreas institucionales: hacemos un acompañamiento muy específico con herramientas concretas al inicio de la lactancia; y también acompañamos el proceso de transformación que implica para todas las familias la llegada de una hija o un hijo, es decir: lo que tiene que ver con el abordaje de la pareja posparto, la vuelta al trabajo remunerado, la inclusión de la alimentación complementaria, el ingreso a las instituciones educativas o al jardín de infantes, y el destete.

Nuestra labor es acompañar, evaluar estos procesos y, en todo caso, si alguna situación nos excede, hacer la derivación a quien corresponda. Por eso trabajamos en equipo, con pediatras, obstetras, terapistas ocupacionales, enfermeros, fonoaudiólogos, osteópatas, psicólogos perinatales, etc.

APU: Distintos sectores de la salud defienden un proyecto de ley que le daría relevancia a la figura de la puericultora. ¿Por qué es importante que se apruebe y qué cambios traería?

V. V.: Hay un proyecto de ley nacional tanto en la cámara de diputados, replicado en la cámara de senadores, que busca la regulación del trabajo de las puericultoras y que también propone una modificación en la Ley de parto respetado. El objetivo es garantizar que toda mujer o persona gestante tenga el acompañamiento adecuado de una puericultora o de personal especializado en lactancia, y que esté respaldado por el Estado y las obras sociales.

Necesitamos regular esta profesión para que nuestro trabajo sea representado en normas y derechos como cualquier trabajador o trabajadora. Nuestro interés principal es que la figura de la puericultora deje de estar en el marco del privilegio o de la elite, que no solamente una mujer pueda acceder a sus servicios porque puede pagar una consulta persona, sino que esté dentro de la oferta, por ejemplo, de las obras sociales o de los hospitales públicos. Para lograr este objetivo, que realmente haya una accesibilidad absoluta para todas y todos, la diputada que redactó este proyecto de ley, junto con la Unión de Puericultoras Argentinas, propuso esta modificación a la ley de parto respetado para garantizar un acompañamiento en lactancia específico para todas las mujeres como un derecho. 

Después, es cierto que la cantidad de puericultoras que existen no alcanza para la necesidad de cubrir toda esta propuesta que estamos incentivando. Lo que sucederá seguramente, si obtenemos las sanciones, es que se cree el cargo de puericultura en todos los organismos, y que después ese cargo sea ocupado tanto por puericultoras o puericultores como por otras especialidades que tengan formación específica y acreditada en puericultura. Pueden ser médicos, psicólogos, enfermeras, enfermeros que se hayan formado en esta disciplina. No hay ninguna otra intención de modificar la ley que no sea para ampliar derechos y perfeccionarla, pero falta un largo camino por recorrer: veremos si ese proyecto prospera, si hay que hacerle modificaciones o no. Y la idea es trabajar en equipo con todas las organizaciones, tanto de lactancia como de parto respetado.

APU: Cada vez que se dan estas discusiones aparece el lobby de algunas asociaciones de profesionales y de laboratorios que no quieren que se discuta el lugar ganado por la leche de fórmula. ¿Coincide con esta idea?

V. V.: Sí coincido. La ejecución (no la promoción) de políticas públicas que den herramientas concretas para el sostenimiento de la lactancia más allá de los primeros días y semanas de vida obviamente toca intereses comerciales. La lactancia materna está asociada con reducir índices de patologías, enfermedades y ausentismo de las mujeres al trabajo, lo cual sería un plus para las empresas, y un plus para el Estado, porque  estaríamos ahorrando en fármacos, si lo queremos ver desde ese punto de vista. Pero la lactancia no le hace juego a las empresas que producen la fórmula. Esto, en relación a los laboratorios.

Con respecto a las asociaciones de profesionales, creo que se pone en juego el poder y el ego profesional, en no saber trabajar de forma interdisciplinaria. En general, si aparecen dificultades, aparecen en las comisiones directivas de ciertas organizaciones que no representan en absoluto a la mayoría de los profesionales del área. Por ejemplo, en el caso de los y las pediatras, nunca tuvimos problemas para trabajar en conjunto. La semana pasada, sin embargo, salió un comunicado de la SAP (Sociedad Argentina de Pediatría), oponiéndose al proyecto de ley que mencionamos antes. Pero es una voz que no está representando a sus socios/as, que suponemos tendrá que ver con un temor infundado, por el desconocimiento de nuestra formación. Ojalá se puedan aunar criterios y seguir trabajando en conjunto como hasta ahora.

APU: ¿A qué hace referencia cuando sostiene, en el libro Leche de Madre (Guía para una lactancia informada y desprejuiciada), que “la lactancia no tiene beneficios"?

V. V.: En mi libro Leche de madre me refiero a que la lactancia "no tiene beneficios" como un cambio de óptica, es decir, qué pasaría si esos beneficios que conocemos como los beneficios de la lactancia los trasladásemos a la idea de que esos son los riesgos de los sucedáneos.

Es extraño seguir tratando de defender beneficios que tienen que ver con el patrón biológico, esto es, como si evaluáramos qué beneficios tiene respirar, qué beneficios tiene caminar a usar muletas. No es lógico. Estamos proponiendo que la lactancia materna deje de defenderse como si fuera una opción del mercado y que podamos comprender que es elegible o no, pero no deja de ser el patrón natural y biológico para la mejor alimentación de nuestra especie.

Entonces, más que pensar en los beneficios de la lactancia, traslademos este concepto a los riesgos de los sucedáneos. Entonces, en vez de decir que lactancia tiene beneficios porque hay menor incidencia de cáncer de mama, podemos decir que en la medida de que no hay lactancia o haya una lactancia más corta y recurramos a otras formas alimentación, hay más riesgo de tener cáncer de mama. Esto no significa que una mujer no pueda decidir no amamantar, pero tiene que saber que asume ese riesgo y decide asumirlo si ese es su deseo. Todo el tiempo estamos asumiendo riesgos, como seres culturales que somos. Las personas que vivimos en las ciudades, con los niveles de contaminación que existen, por ejemplo, asumimos riesgos también. Lo que es inadmisible es que una mujer que quiera amamantar no sea lo suficientemente apoyada y acompañada.

Por su parte, las mujeres que no desean o no puedan amamantar deben recurrir a la leche de fórmula indicada por su médico o médica, hasta el año de vida del bebé, y no deben recibir ningún otro lácteo en ese año. La fórmula es un lácteo sumamente modificado, hecho en un laboratorio. Mientras no haya leche materna va a ser la principal alimentación del lactante durante el primer año de vida.

APU: ¿De qué modo puede acompañar una puericultora o especialista en lactancia a familias transgénero o una pareja de madres, o en casos de adopción?

V. V.: Es posible acompañar estos procesos de muchas maneras: en principio, sabemos que no solamente las mujeres amamantan. Para mi es importante hablar de mujeres y no solo de personas gestantes. Me parece interesante que sigamos diciendo mujeres y personas gestantes, así, juntas. Sí, es cierto que hay hombres trans que pueden perfectamente amamantar porque nacieron con genitales femeninos, que les dan la posibilidad de gestar y amamantar sin mayores diferencias biológicas que una mujer cisgénero. Este tipo de procesos requiere un acompañamiento interdisciplinario y de asistencia emocional, dado que es un hombre y atraviesa por decisión un periodo de paternidad gestando y/o dando teta, y eso puede resultarle cómodo o muy incómodo.

En el caso de una mujer trans, es una persona que nació con el aparato reproductor masculino y para poder amamantar necesita una inducción de la lactancia, lo que implica un tratamiento hormonal supervisado por su médico de cabecera. Además, requiere una estimulación consistente y sostenida en el pecho. Así, podemos lograr que esta mujer amamante a su bebé, tal vez no de forma exclusiva. Es sumamente importante si es el deseo de esa persona porque, por más de que no salgan grandes volúmenes de leche, estamos hablando de una lactancia de todas maneras. 

En el caso de una pareja de mujeres, generalmente la gestante es una de ellas, sin embargo pueden llegar a amamantar ambas. La mujer que acaba de parir tiene facilitado el proceso hormonal para lograr la lactancia exclusiva y obviamente requiere el acompañamiento como toda mujer que se encuentra con una lactancia. También se hace una inducción en la otra mujer no gestante, mediante una propuesta hormonal médica y también una propuesta de extracción y relactación muy personalizada y acompañada por un personal específico en lactancia. Ahí, entonces, tenemos familia en colactancia en la que las dos mamás dan teta si así lo desean. Asimismo, se puede lograr una lactancia inducida en la mujer que no fue gestante como es el caso de las madres adoptivas.

En la mayoría de los casos, asumir la inducción de una lactancia implica, además del acompañamiento de la puericultora, el de un médico. Se trata de un tratamiento hormonal que generalmente se inicia con anticonceptivos para intentar generar un prototipo de embarazo, con domperidona, que es antagonista de la dopamina y, por lo tanto, aumenta la prolactina, que es la hormona productora de leche. Luego se eliminan los anticonceptivos y se sigue con la domperidona y con la extracción frecuente, sostenida, combinada (manual y mecánica) y con masajes. Si es en ambas tetas, mejor. Si esta o este bebé necesita un complemento de leche se puede hacer vía un relactador, que es una sondita que se pone desde el receptor del habitáculo dónde está la leche hasta la punta del pezón. Entonces, mientras está tomando el pecho puede recibir el complemento que necesita, si esto fuese necesario.

APU: ¿Es necesario reivindicar la lactancia materna como una responsabilidad colectiva? ¿Por qué?

V. V.: Sí, la lactancia materna es responsabilidad de toda la sociedad completa, porque la lactancia materna no se sostiene únicamente con el deseo, incluso tampoco con la información que tenga la mujer que da la teta.

Hay todo un sistema hostil para sostener las lactancias, principalmente, las licencias cortísimas laborales en la que una mujer tiene que retomar un trabajo de siete horas diarias después de 3 meses (a veces menos tiempo). Y después tiene una o dos horas de traslado. Sostener la lactancia con esta realidad es muy difícil en tanto esa mujer debería sacarse leche cada dos o tres horas durante un tiempo prolongado y, además, tener un lugar específico para esa extracción, con condiciones de higiene, refrigeración (también para el traslado) y bienestar personal. Luego debe sostener la lactancia directa con su bebé posiblemente toda la noche, porque es un bebé que es posible que compense todas esas horas que no estuvo con su mamá.

Por otro lado, aún hay lugares en Argentina donde está mal visto amamantar a un bebé en un supermercado o en una plaza, sin entender de que es el alimento del bebe y come cuando lo necesita. O, a lo mejor, está calmándose, porque la lactancia materna es la forma fisiológica de ofrecer consuelo.

Por eso, es una responsabilidad social visibilizarla, facilitarla y favorecerla. Hay que pensar en políticas públicas que cambien esta situación donde se promueva una regulación que habilite una penalización real al código de sucedáneos de la leche materna. Lo que pasa es inverosímil. Hay mucha desinformación. Se vende leche de fórmula como si fueran juguetes. Las familias creen que esa leche es igual a la materna. Que por ejemplo tiene anticuerpos, lo cual no es cierto. 

Necesitamos más centros amigos de la lactancia en las empresas: ya no le decimos lactarios, porque es donde antiguamente se fraccionaba la leche. Necesitamos bancos de leche para ofrecer leche humana a las neonatologías y también a bebés no hospitalizados. La leche de fórmula es la cuarta opción. La primera es la lactancia directa. La segunda es la lactancia diferida, que implica que me extraigo y se la doy a mi bebé. La tercera es leche humana de otra persona pasteurizada, o sea, bancos de leche. Y, por último, aparece la leche de fórmula. Así que sí, creo que es una responsabilidad social.