Poco Ortodoxa: el relato de una mujer que huye de una comunidad machista y conservadora

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Poco Ortodoxa: el relato de una mujer que huye de una comunidad machista y conservadora

10 Abril 2020

Por Diego Moneta

El pasado 26 de marzo Netflix estrenó Poco ortodoxa, una miniserie de cuatro capítulos inspirada en la historia de Deborah Feldman. La novela autobiográfica de Deborah, publicada en 2012, es la base que toma la plataforma de streaming para mostrar los mandatos asignados a los que se ven sometidas las mujeres dentro de una comunidad judía muy ortodoxa.

Unorthodox (su nombre en inglés) es una producción alemana que cuenta la historia de Esther Shapiro (Shira Haas), una joven que fue criada en la estricta comunidad Satmar, que profesa el judaísmo jasídico. Originario de Hungría, casi la totalidad de este grupo social es descendiente de sobrevivientes del Holocausto. Después de la guerra, formaron una comunidad situada en Nueva York.

Creada por Anna Winger y Alexa Karolinski, es la primera serie de Netflix en estar principalmente en yiddish, idioma derivado del alemán e históricamente hablado por judíos asentados en Europa central y oriental. Las costumbres de la comunidad rigen desde cómo se deben vestir hasta lo que se puede decir o leer. Las mujeres cumplen un rol clave para la perpetuidad del status quo, y así lo representan varios personajes femeninos de la miniserie.

Esty, la protagonista, vive en el barrio de Williamsburg, Nueva York. Está inmersa en un matrimonio infeliz, producto de un arreglo entre familias, y sobre ella cae la presión de ser madre. Tempranamente, a las mujeres se les enseña que su rol es procrear, cuanto antes y cuantos más mejor, para “recuperar los seis millones que murieron”. Sin embargo, Esther no logra tener relaciones sexuales con su esposo al poco tiempo de casados. Le indican que tiene “vaginismo” (condición que provoca dolores al momento de la penetración). En realidad, el verdadero “problema” de Esther parecería ser que se encuentra en un matrimonio impuesto, manteniendo relaciones mecánicas con un hombre al que, según su suegra, debe hacer sentir como a un rey, mientras ella no siente ningún placer. Finalmente, queda embarazada a un año de su casamiento, producto de acceder a la penetración aun sintiendo un dolor desgarrador.

Esther decide escapar y dejar atrás a su esposo Yanky (Amit Rahav), con Alemania como destino. En Berlín vive su madre, quien huyó de la comunidad años atrás por la opresión que significaba la religión y un marido borracho, por el que nadie respondía. Y aquí un detalle relevante: lo importante es que la historia no se repita. Al llegar a Alemania, Esther confirma que su gran pasión es la música y lucha por ella.

 

La narración mantiene el suspenso gracias a los planes de la comunidad religiosa. Yanky busca apoyo para recuperar a su esposa y traerla nuevamente a Nueva York. Es enviado a Berlín junto a su primo, Moische Lefkovitch (Jeff Wilbusch), abiertamente sionista, quien también debe saldar sus propias deudas.

Una de las creadoras afirmó que la narración se toma algunas licencias respecto de la vida de Feldman. Según Karolinski, los flashbacks están basados en el libro, pero la historia en sí es totalmente inventada. De cualquier manera, todo está muy bien logrado.

Cuando se muestra la vida de los Shapiro en Williamsburg, la ambientación y el vestuario dan la sensación de estar viendo una película de época. La recreación precisa fue un objetivo central de las productoras. La miniserie involucra actores y especialistas de la comunidad jasídica, así como traductores del idioma yiddish.

La producción trasciende posibles clichés y es muy minuciosa a la hora de representar a la comunidad. Esto se nota en escenas majestuosas, como la celebración de la boda, y en la interpretación destacada de todo el elenco. Shira Hass, actriz israelí, encarna su papel de una manera muy personal y sentida, considerando que su abuelo es sobreviviente de Auschwitz.

Si bien la historia se refiere a un culto específico en una ciudad determinada, la narración puede extrapolarse a otros contextos. Lo que atrae de Poco ortodoxa es la ambientación de una cultura pocas veces representada con tanto detalle. Las acciones tienen lugar en un universo desconocido para mucha gente, por lo que utiliza un lenguaje familiar con el fin de explorar lo que significa ir más allá de los mandatos asignados, al profundizar en la historia de una mujer que luchó por su independencia.