La fantasía de la baja del costo de vida: ante la realidad del consumo
La reducción del índice del costo de vida (ICV) tomada aisladamente y sin tomar en cuenta la evolución de los ingresos de los consumidores, sean estos por vía de los salarios o de las jubilaciones para la clase pasiva, sólo confunde y engaña a la opinión pública.
Cuando la reducción del ICV lleva a un nivel que resulta mayor al nivel de aumento de los ingresos sólo se genera una reducción del consumo y viceversa, cuando el aumento de los ingresos supera al nivel del costo de vida se verifica un aumento del consumo. Por ello la realidad sólo se refleja cabalmente mediante el análisis de la evolución relativa entre el nivel del costo de vida y de los ingresos de la población, evolución que puede sintetizarse mediante el poder de compra del salario y de las jubilaciones.
Considerando la evolución del poder de compra del salario mínimo vital y móvil se constata que en 2017 (cuando el INDEC comenzó a publicar el valor de las canastas) con el promedio del SMVN del primer semestre de ese año se podían comprar 1,72 canastas básicas alimentarias o 1,16 canastas básicas totales. En el último semestre de 2024 ese poder de compra se desplomó hasta 1,16 canastas alimentarias o 0,82 canastas básicas totales. Más dramático aún se verifica con los promedios del poder de compra del promedio del SMVM del primer trimestre de 2025, con caídas hasta 0,83 canastas alimentarias o 0,60 canastas totales. Entre el primer semestre de 2017 y el primer trimestre de este año el poder de compra del SMVM cayó un 51,7% para la canasta alimentaria y un 55,9% para la canasta básica total.
Una situación más morigerada se verifica con el poder de compra del salario medio del sector privado con caídas de las canastas alimentarias y totales cayeron en esos mismos períodos desde promedios para las canastas alimentarias o de las totales del 5,07 o 4,02 hasta 4,25 o 2,98, aunque en el primer trimestre de 2025 se observa una leve recuperación hasta 4,45 o 3,20 canastas respectivamente. Con ese menor impacto, entre el primer semestre de 2017 y el primer trimestre de este año el poder de compra promedio del salario privado cayó un12,2% para la canasta alimentaria y un 20,4% para la canasta básica total.
Más grave es la evolución del poder de compra de la jubilación mínima, con caídas del poder de compra de las canastas alimentarias o de las totales desde 1,14 o 1,36 en enero de 2023 hasta 0,98 o 0,70 en marzo de 2025. En sólo esos 15meses las caídas alcanzaron al 14,0% para la canasta alimentaria o al 15,7% para la canasta total.
Hay que destacar que las variaciones arriba señaladas se ven agravadas por la desactualización de la composición de esas canastas, toda vez que las que viene publicando el INDEC en la actualidad estás basadas en los patrones de consumo de 1996/97 que no toma en cuenta el peso el aumento del consumo de servicios, incluyendo comunicaciones, streaming, etc. El INDEC está actualizando la composición de las canastas según los resultados de la encuesta nacional del gasto de hogares de 2017/18. Todo indica que la demora en actualizar la composición de las canastas tiene por objeto ocultar los niveles reales de la pobreza y la indigencia.
Lo que muestra y lo que oculta la baja del consumo
En términos absolutos y según el INDEC, frente a una caída del PBI del 1,73% entre 2023 y 2024, se produjo una reducción del consumo privado, medido en pesos constantes de 2004, del 5,36% desde los $531.223 millones en 2023 hasta los $502.763 en 2024.
Esos valores absolutos ocultan una realidad insoslayable: no todos los consumos sufrieron las mismas caídas, el consumo de algunos productos cayó mucho más que el promedio, mientras otros consumos mejoraron notablemente mucho más que el promedio.
Frente a la reducción del 5,36% del total del consumo privado entre 2023 y 2024, el consumo masivo, determinado muy mayoritariamente por el consumo de los sectores populares y la clase media sufrió caídas del 18,0% a lo largo de 2024, con una leve reducción de la caída en enero 2025.
Algunos indicadores de los productos afectados por la caída del consumo masivo, entre 2023 y 2024, son las caídas en la ventas de productos de primer necesidad, como la carne vacuna
(-15,9% interanual, de 53,3 a 44,8 kg anuales por habitante), la leche (-10,2% interanual, hasta los 0,467lt diarios/habitante), el pan (-50%, con un cierre de 1100 panaderías) y los medicamentos (-6,8% interanual, desde 756,4 hasta 705,3 millones de unidades anuales).
Otros productos resultaron mucho más afectados que los productos de primera necesidad a lo largo de 2024, como es el caso de las vestimentas (-21%); las bebidas alcohólicas (-19,2%); y las golosinas y demás consumos impulsivos (-18,6%).
Pero no todo fueron caídas del consumo, también hubieron importantes aumentos del consumo: la mejora del patentamiento de automóviles entre marzo de 2024 y de 2025 (+135,7% desde 17.289 a 37.762 unidades); la cantidad de turistas argentinos al exterior (+108,8%, de 1,13 millones mensuales en 2024 a 2,36 millones en el primer trimestre de 2025); el mercado inmobiliario en Buenos Aires (+ 73,1%, desde 4593 a 7952 compraventas entre febrero 2025 y 2024).
El conjunto de estos indicadores indica que en nuestro país hay dos mercados uno en retroceso para pobre y otro en ascenso para ricos.
Como resolver estas desigualdades
Estimo que la solución de fondo hará imprescindible pasar de una economía basada en las finanzas, el endeudamiento externo y el alineamiento automático con EE.UU. e Israel a otra economía basada en el trabajo, la producción y la soberanía.
El Foro Economía y Trabajo viene publicando propuestas de políticas alternativas a las actuales, entre otras en materia inflacionaria, tributaria e impositiva, para el desarrollo industrial y federal, sobre gas natural y energía electica y sobre el tratamiento de la deuda externa.
A estas, entre otras, será necesario agregar y consensuar propuestas de políticas sobre políticas de energía, ingreso y trabajo que resulten consistentes con las anteriores y nos permitan salir del laberinto socioeconómico en que, con toda crueldad, nos ha sumergido el gobierno anarcocapitalista.