Apuntes sobre una estrategia posible para la cadena de valor del litio

  • Imagen
DEBATES

Apuntes sobre una estrategia posible para la cadena de valor del litio

01 Junio 2023

El incremento de la demanda y de los precios del litio en la última década explican su irrupción en la agenda pública. Sin embargo, aunque Argentina cuenta con el 21% de las reservas del recurso a nivel mundial, y es la segunda reserva a nivel regional después de Bolivia, la capacidad instalada de producción de litio es de sólo 45.000 toneladas de carbonato de litio equivalente (LCE). En este artículo voy a revisar algunas de las oportunidades y desafíos que enfrenta el país para alcanzar un desarrollo basado en el conocimiento y en la acumulación de capacidad tecnológica nacional alrededor de la explotación de litio.

Panorama

El mercado del litio, recientemente, ha crecido y se ha diversificado en virtud del crecimiento de la demanda y los precios en ascenso. Si bien el litio tiene diversos usos en la industria, en los últimos años el más importante es el uso en baterías, que ronda el 71% (USGS, 2020), impulsado por la transición energética como dispositivo para el almacenamiento de energía de fuentes renovables y por su utilización en la movilidad eléctrica. De este consumo, el 70% está representado por carbonato de litio y el 25% está representado por hidróxido de litio con un grado de pureza superior al 95%.

Los precios del carbonato e hidróxido de litio, tuvieron una escalada importante a partir de 2015, impulsados por la creciente demanda. Esta situación se mantuvo hasta 2019, cuando se produjo una caída por el crecimiento en la producción de Australia y Canadá y la entrada en operación de China.

Cabe mencionar que, a diferencia de otros metales y commodities que cuentan con precios internacionales, el precio se fija entre privados. Esta situación, sumada a la relativa escasez del recurso, motiva que quienes buscan agregar valor aguas abajo, por ejemplo, en la producción de baterías, deban apelar a estrategias de abastecimiento bajo la modalidad de joint ventures o integrarse verticalmente para garantizarse la provisión del recurso. 

En 2020, concurrentemente con la pandemia de COVID-19, la producción de litio decreció en un 4,5% debido a una sobreoferta, que se ocasionó a raíz de la sobreestimación de consumo que tuvo la industria automotriz. 

En este marco, Argentina, Bolivia y Chile, a pesar de contar con el 58% de las reservas mundiales del recurso, dan cuenta de una participación en la producción de los diferentes productos derivados del litio que apenas supera el 30% de la producción mundial. Esta situación contrasta con la de países como Australia, que dispone del 21% de las reservas y produce el 48,7% del litio a nivel mundial, o China, que dispone del 7% de las reservas y produce el 17% del litio a nivel mundial (USGS, 2020).

Desafíos para una estrategia nacional convergente

La explotación de recursos naturales puede ser una plataforma para la creación de nuevas actividades productivas locales y para la generación de procesos de aprendizaje tecnológicos, clave para un crecimiento económico con mayor inclusión social y distribución más equitativa del ingreso y para una inserción con mayor valor agregado en las cadenas de valor globales.

En este sentido, Argentina enfrenta algunos desafíos complejos en la consecución de esos objetivos.

En primer lugar, la soberanía sobre el recurso pertenece a las provincias. El litio ha sido considerado como un recurso mineral más, contenido por la normativa ya existente y centrada en lograr una mayor recaudación impositiva por las actividades directa o indirectamente vinculadas a la explotación de los salares, la generación de divisas y la creación de empleo directo e indirecto, fundamentalmente en las zonas de explotación. 

En segundo lugar, el desarrollo de instituciones específicas vinculadas a actividades tecnológicas y productivas en el área del litio ha sido acotado y reciente. Podemos identificar una reciente institucionalidad a través de un instituto de investigación científica concebido como intermediador entre la investigación básica y la industria, el Centro de Investigación y Desarrollo en Materiales Avanzados y Almacenamiento de Energía de Jujuy (CIDMEJU); y, dos empresas públicas, una de jurisdicción nacional (YPF Litio) y otra provincial (JEMSE), concebidas para la industrialización del litio, específicamente, el desarrollo de baterías de ion litio y sus componentes.

En este marco y en la corta trayectoria de estas instituciones, podemos mencionar algunos aspectos relevantes en lo que refiere a su desempeño potencial. En cuanto al CIDMEJU, podemos mencionar su baja capacidad de incidencia sobre las decisiones de las operadoras y el relativamente bajo financiamiento. Por su parte, YPF Litio se propone avanzar en el desarrollo de baterías de ion litio con el desafío de garantizarse la provisión del recurso. Si bien llegó a un acuerdo con Catamarca Minera y Energética Sociedad del Estado (CAMYEN) para explorar un yacimiento, la etapa de prospección puede requerir un largo tiempo y se requieren estudios que permitan caracterizar las cuencas para constatar si se encuentra litio y en qué magnitud. Por último, JEMSE dispone de una cuota de 600 toneladas anuales LCE valuadas a precios de mercado, lo que resulta prácticamente insignificante si lo comparamos con el caso de CORFO (Chile), para quién la cuota asciende a 24.000 toneladas anuales LCE a un precio preferencial.

Como novedad, cabe mencionar que en agosto de 2022 se constituyó con base legal e institucional la Región Minera del Litio entre Catamarca, Salta y Jujuy, en el marco de la Mesa Regional del Litio, que tiene por objeto fortalecer el bloque productivo y estimular la ejecución de proyectos e inversiones, además de poner a resguardo los intereses de las tres provincias.

El Ministerio de Economía a través del Programa Nacional de Desarrollo de Proveedores (Subsecretaría de Industria), el FONDEP (Subsecretaría PyME), el Plan Nacional de Minería Social y el Plan Nacional de Huellas Mineras (Secretaría de Minería) señalan explícitamente al sector minero como sector estratégico. Si bien estos programas han logrado superar el solapamiento, un problema recurrente de las políticas públicas, la orientación de abajo hacia arriba, muestra límites en términos de efectividad en impactos, asertividad en cuanto a los objetivos y distribución equitativa de los recursos.

En adición, las provincias mineras cuentan con legislación provincial conocida coloquialmente como compre local, utilizado por las operadoras para la compra de bienes y servicios de baja sofisticación tecnológica, como una forma de aumentar su licencia social.

La construcción de consensos entre las provincias y el Estado Nacional resulta imperativo para sortear estos obstáculos. Esto requerirá acuerdos en los que el Estado nacional deberá tener una participación clave en la coordinación, sin perjuicio de los intereses de las jurisdicciones provinciales. Más allá del carácter federal de nuestro país, el desarrollo de la cadena de valor requiere avanzar en el terreno científico y tecnológico, en el que la especialización hace imposible escapar de la órbita nacional; y elevadas inversiones, tanto indirectas, a través del campo científico y tecnológico como directas, en la infraestructura para su concreción y como socio estratégico en proyectos de medio y largo plazo y alto riesgo, insostenibles para el capital privado nacional.

¿Cómo crear valor?

El interés creciente en el litio como elemento de relevancia que puede contribuir en el desarrollo económico nacional nos obliga a pensar las condiciones en las que nos encontramos para alcanzar esa meta.

Argentina cuenta con recursos humanos calificados e instituciones de formación e investigación de gran nivel y una estructura productiva que demanda y genera conocimiento. 

Más aún, la visión preponderante acerca de cómo agregar valor se concentró aguas abajo, en el desarrollo de baterías y sus componentes, pero existen otros nichos de mercado que constituyen oportunidades de corto y mediano plazo. En la actualidad, la producción de baterías se encuentra liderada por China, Estados Unidos y Europa, con desarrollos tecnológicos ya maduros y economías de escala. A su vez, se trata de un segmento dinámico, en el que se evidencian los límites de rendimiento de las baterías para su uso en vehículos eléctricos que requieren un replanteo en los materiales de las celdas, los diseños de las baterías y el coste. En este contexto, resulta difícil encontrar resquicios que hagan sustentable para Argentina, en el corto o mediano plazo, el desarrollo de baterías o componentes con diferentes grados de integración local. Esto sumado a la inexistencia aún de una Ley de Electromovilidad que consolide un mercado nacional de baterías vuelve aún más incierto el objetivo.

No obstante, la Argentina cuenta hoy con oportunidades para insertarse en la cadena de valor del litio, desarrollando y fortaleciendo capacidades en la oferta de servicios especializados, tecnológicos y de alto valor agregado, que impacten de manera significativa en su economía. Estas oportunidades enraizan en el importante volumen de proyectos que hoy tiene Argentina en etapa pre-operativa, las menores barreras de entrada que presentan las empresas junior para los proveedores locales, concentradas en la exploración del recurso para la venta del proyecto a empresas multinacionales, la oportunidad que ofrecen este tipo de servicios de convertirse en soluciones a medida y mejorar la performance de tiempo y sus costos asociados respecto de proveedores internacionales.

En este sentido, existe una oportunidad en el desarrollo de proveedores de servicios geológicos, geofísicos, hidrogeológicos, topográficos, ambientales, de perforación; servicios de determinación de muestras; servicios de procesamiento y separación de minerales; servicios de extracción directa, entre otros.

Respecto de estos servicios, podemos identificar aquellos que son demandados fundamentalmente -aunque no exclusivamente- en la etapa de construcción, prospección y exploración, más centrados en la caracterización del recurso. En Argentina hay 36 proyectos que se encuentran en etapa pre-operativa, los cuales suelen estar a cargo de empresas junior. Este hecho constituye una oportunidad para empresas del segmento PyME. Aquí el modelo de negocios consiste en la contratación de un servicio o solución por un término de tiempo o por objetivos, cuya cumplimentación implica la finalización del mismo.

Por ejemplo, el análisis de las muestras de subsuelo extraídas durante la etapa de exploración es llevada a cabo exclusivamente por subsidiarias de laboratorios extranjeros, las que son clave para apoyar el desarrollo del proyecto empresarial y obtener financiamiento de fuentes internacionales. Si bien la limitación no está dada por la disponibilidad de capacidades locales, los laboratorios domésticos no están certificados internacionalmente, de tal forma que sus resultados no pueden utilizarse para certificar los resultados de exploración que es necesario para la credibilidad como condición previa para ofrecer y vender un proyecto en el extranjero. Por su parte, los servicios de geología son áreas de conocimiento intensivo muy importantes. Este tipo de servicios cuenta con un gran potencial debido a la cantidad de proyectos en cartera que existen.

Otra oportunidad de integración de la cadena de valor surge a partir del desarrollo de servicios de extracción directa, separación de minerales y procesamiento, los cuales constituyen servicios potencialmente demandados por empresas, que ya se encuentran operando un yacimiento. En Argentina dos proyectos se encuentran en ese estado y se prevé la incorporación de otros 4 entre 2023 y 2024.

El desarrollo de nuevas técnicas de extracción y procesamiento de litio demuestra ser un campo altamente intensivo en conocimiento, sumamente competitivo y con posibilidades de conseguir un alto impacto en el mercado internacional, que reporta beneficios económicos y ambientales. Este tipo de desarrollos se encuentran actualmente en la frontera tecnológica y constituyen una oportunidad no solo para las empresas que los desarrollan sino para toda la cadena de valor. En estos casos, el involucramiento del Estado como partner, resulta elemental para la concreción de los objetivos ya que se trata de desarrollos de mediano largo plazo, de alto riesgo y demandantes de altos niveles de inversión. Aquí, el modelo de negocios consiste en contratos de provisión sujetos a la rentabilidad del negocio o acuerdos de transferencia tecnológica.

La Argentina se encuentra frente a la oportunidad de capitalizar la explotación de un recurso no renovable como el litio, promoviendo la generación de capacidades domésticas y la inserción en la cadena de valor global del litio agregando valor. Para eso, cuenta con un sistema científico y tecnológico nacional altamente capacitado y un entramado productivo dinámico. El aprovechamiento de esta oportunidad dependerá de un acuerdo federal que reconozca que el resultado alcanzable a partir de un trabajo concertado es superior a la suma de los resultados que cada provincia puede alcanzar aisladamente. 

 

Imagen