¿Leales a qué?

¿Leales a qué?

25 Junio 2016

Por Ignacio Rico

Primero. Para reconstruir la unidad que necesitamos y generar las condiciones políticas para una victoria en el 2019, el primer paso que tenemos/debemos es reconocer las causas, los límites y los errores que nos llevaron a la derrota, que permitió que hoy nos gobierne la oligarquía más pura por primera vez en su historia sin bombardear una plaza a cielo abierto ni matar a 30 mil compañeros.

Segundo,  entender que una ruptura institucional con el FPV como bloque político en el congreso es la consecuencia o la decantación de una acumulación de discusiones no resueltas, de desaventuras y de insistencia en la no-estrategia o en la misma táctica que favorece a este drama: autismo, sectarismo, endogamia, ausencia de respuesta y reflejos; falta de iniciativas, propuestas y actitudes que reconstruyan la legitimidad con aquellos sectores sociales/políticos que queremos representar; la perseverancia en los mismos errores que nos llevaron a esta tragedia, es decir, aislamiento político.

Tercero, para construir unidad hay que dejar de anteponer la parte al todo. Esto que suena como paradoja, deja de serlo al entender que el kirchnerismo es sólo una parte. Así vamos a poder construir una nueva mayoría que le gane a Macri en el 2019. La foto que deseamos/buscamos no es la del 2015 con un kirchnerismo endogámico encerrado sobre si mismo, sin capacidad de autocrítica ni relación con las nuevas demandas que existían/existen en la sociedad Argentina. Tampoco un FPV peleado/distanciado de todos aquellos propios y aliados (tan parte y necesarios del movimiento nacional como nosotros) que fuimos expulsando o resintiendo internamente, tal vez porque sobredimensionamos la fuerza propia, tal vez por purismo infantil, por falta de cintura o porque directamente no creemos en la heterogeneidad de actores sociales y políticos que necesitábamos/necesitamos para la defensa y la profundización del proceso popular en el Estado que se inició en el 2003 de la mano de Néstor.

Cuarto, ¿por qué deberíamos seguir defendiéndonos de la corrupción propia con la ajena, cual campeonato, si eso nos aleja de nuestro pueblo y de una victoria contra Macri?
Además de lo obvio: la corrupción es una práctica nefasta y criminal, mucho más cuando quienes la practican pertenecen a un espacio político que defiende a los trabajadores e intenta construir un proyecto alternativo al capitalismo de mierda en el que vivimos.

¿Leales a qué?

"El problema está en establecer bien la diferencia que hay entre disentir y traicionar; o la obsecuencia y la lealtad.
Quienes desde la lealtad se atreven a pensar y disentir, se diferencian en mucho de aquellos que ocultan con la obsecuencia la traición. Y también aquellos que con el cuento de la verticalidad ocultan tanto el oportunismo para sacar tajada personal como la mediocridad mental del que no se atreve a pensar." Dardo Cabo

Fuimos y somos salvajes defensores de Néstor y Cristina, porque ellos fueron lo mejor que le paso a nuestro pueblo, a la Argentina, después del General Perón.

¿Por qué Perón, Nestor, Cristina? ¿Por moda, por fetiche, por gusto estético? Ni en pedo. Simplemente porque fueron quienes dignificaron e hicieron feliz a gran parte de nuestro pueblo, porque le sacaron al capital para darle a los trabajadores, porque construyeron industrias, porque hicieron viviendas, escuelas, hospitales y universidades, porque recuperaron el agua, el gas, el petróleo y las jubilaciones. Por que hubo asignación por hijo, ARSAT, y canal Encuentro.
Entonces no jodamos, no somos leales a una herramienta electoral, a un sello político que funciona por inercia, somos leales a la causa de nuestro pueblo, a su felicidad, y en esta etapa donde no somos gobierno, somos leales a toda decisión que nos acerque a recuperar el Estado para derrotar a la oligarquía y construir una Argentina emancipada sin pobres ni excluidos.
No tenemos miedo a equivocarnos, no tenemos miedo a tomar decisiones arriesgadas pero que creemos correctas, no tenemos miedo a la autocrítica.

A lo que si tenemos miedo es a que la oligarquía vuelva a ganar las elecciones y nos transformemos en un país de cuarta con 60% de pobreza y una economía bananera. Le tenemos miedo al hambre, le tenemos miedo a la falta de trabajo, le tenemos miedo a que nos gobiernen banqueros extranjeros, le tenemos miedo a la venta de nuestro patrimonio, a regalar nuestra tierra, le tenemos miedo a que ya no podemos reconocer a nuestra Patria.
Entonces, traición es insistir en los errores, traición es ponerse una venda en los ojos, traición es no poner la otra mejilla reconociendo los nuevos desafíos de la etapa, traición es no ganarle a Macri.

Como dice un compañero: nos fuimos del bloque para defender y preservar la única arma que tiene el pueblo para cambiar la realidad, la política.

López y todos los que hayan cometido traición a la Patria en cargos públicos, no pidan que los defendamos. Tengan los huevos que tuvo el Diego de dar la cara y decir que la pelota no se mancha. No manchen la política, pónganse a disposición de la Justicia y hagamos una Argentina más grande, una Argentina justa.

Desde nuestro humilde lugar, tomaremos las decisiones que creemos necesarias para no volver al infierno y poder reconstruir una herramienta político - electoral que salga a enamorar y convocar, en unidad, a nuestro pueblo para ganarle a la CEOcracia de Mauricio Macri.

No dejamos al kirchnerismo, por esta decisión somos más kirchneristas que nunca. Pero no somos necios, sabemos que con el peronismo no alcanza, pero que sin el peronismo no llegamos ni a la esquina; con el kirchnerismo solamente, menos.

Aquellos que no puedan o no quieran entenderlo, tengan un poco más de respeto por un espacio que combatió a la dictadura, cortó rutas contra el neoliberalismo y el hambre de los Argentinos, construyó puebladas y no dudo en apoyar a Néstor, más allá de prejuicios y desconfianzas, cuando nos convoco a soñar la liberación nacional. No salgan a cazar traidores, ya quedó demostrado que no sirve, cada vez que lo hacen, el enemigo se caga de risa. Como dijo Cristina: “Así no van a convencer a nadie.”

Salgamos a ganar la calle, que los humildes y los trabajadores abrirán la senda de los hechos nuevos, de la política correcta, así como fue el 17 de octubre, el 29 de mayo y el 20 de diciembre.