El fenómeno de "gentrificación" en La Boca

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El fenómeno de "gentrificación" en La Boca

08 Octubre 2019

Por Mariano Nieva

En los últimos años se llevó a cabo en el barrio de La Boca (CABA) un importante avance del negocio inmobiliario. Esto trajo consigo el aumento desmedido de los alquileres y de los impuestos. Efecto de la promulgación de la Ley de Distrito de las Artes sancionada en 2012 (y reglamentada con el decreto 240/013) por la Legislatura Porteña. Esta alarmante situación terminó produciendo una diáspora del habitante original de esta parte de la Ciudad de Buenos Aires y el ingreso a su vez de nuevos inquilinos y propietarios con un perfil de mayor poder adquisitivo. Este fenómeno de sustitución de la población se denomina “gentrificación”.

En 2017, el Tribunal internacional de Desalojos (ITE) que se reunió en la ciudad de Venecia, Italia, trabajó en comisiones y centró su atención sobre dicho fenómeno. El proceso de gentrificación  está orientado al turismo y a la especulación de ciertos grupos económicos vinculados al negocio inmobiliario y a los gobiernos de turno. De esta manera, las regulaciones políticas y de mercado que se toman logran rediseñar el barrio para recibir a una nueva población.

En el encuentro, el Tribunal llegó a la siguiente conclusión sobre lo que sucede en La Boca. “La gentrificación es aquel proceso de transformación urbana por el cual se aumenta el valor de un barrio determinado mediante reformas edilicias que le usurpan su identidad original. Por lo general, termina con la expulsión de sus antiguos habitantes imposibilitados de pagar los nuevos impuestos o alquileres", describieron. Y analizaron que en La Boca "se viola el derecho humano a una vivienda adecuada" consagrado por mandato constitucional ya que Argentina adhirió al pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales.

La vivienda como derecho humano

En la Boca, los tipos de construcciones que predominan son los conventillos u otras formas habitacionales precarias. Las personas viven en habitaciones y espacios comunes reducidos que son compartidos con muchos miembros de la familia al mismo tiempo. De esta forma, la privacidad de las personas se ve gravemente afectada. Además, las situaciones de violencia ejercida por las fuerzas de seguridad contra los jóvenes y vecinos del barrio limitan el uso del espacio público. Por eso, cobra vital importancia las condiciones, el uso y aprovechamiento del hábitat como así las mejoras significativas de las comodidades de la vivienda.

Se entiende el derecho humano a la vivienda desde el concepto de la dignidad. Para que eso ocurra las casas deben responder a los derechos y necesidades de la población. El Estado tiene que  garantizar y dar solución a esta situación considerando las problemáticas en torno a la emergencia habitacional desde un abordaje integral de las peticiones de las personas. El derecho de las familias a permanecer juntas y mantener su residencia donde han tendido sus redes de educación, salud, cuidado, etc. Los habitantes  tienen que poder conservar el derecho a la intimidad, a tener consigo sus pertenencias y tener un espacio donde desarrollar actividades vinculadas a garantizar su sociabilidad (como poder jugar, estudiar, etc) Por otro lado, el sostenimiento del hábitat y los servicios deben ser gastos soportables para los vecinos.

Esta caracterización y comprensión de la idea de vivienda digna fue enriquecida luego del trabajo realizado en torno a la visita de la multisectorial La Boca Resiste y Propone (LBRyP) al ITE en 2017 donde se presentó el caso de gentrificación de esta parte del sur de la Ciudad de Buenos Aires. A partir de este informe y del dictamen ofrecido por el organismo, junto con las declaraciones internacionales a las que refiere el dictamen los miembros del colectivo vecinal incorporaron el concepto de vivienda adecuada. Atendiendo de manera específica las necesidades de cada población en particular.

 Se piensa que la necesidad de vivienda y hábitat se encuentra vinculada al resto de los pedidos de los vecinos del barrio. A la salud, a la educación, la seguridad etc. Estas problemáticas a las que se buscan dar solución funcionan como ordenadoras del resto. Para garantizar el derecho a la educación es necesario contar con un espacio de estudio, para la salud una vivienda cómoda y segura, y para la recreación contar con lugares en el barrio donde poder encontrarse.  

Negocios son negocios

La base de la plataforma de los negocios inmobiliarios es el suelo. Su uso y destino. La multisectorial LBRyP sostiene en sus denuncias que existe un fenómeno de extractivismo urbano en el barrio. Este nuevo concepto permite entender las problemáticas y desigualdades que sufren  las ciudades como resultado de un modelo de desarrollo determinado y planificado.

De esta manera, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en particular La Boca, viven un proceso acelerado del modelo extractivo donde grandes corporaciones se quedan con la renta que produce la misma. Esta realidad provoca a su vez especulación inmobiliaria que expulsa a la población originaria, aglutina riqueza, se apropia de lo público, ocasiona daños ambientales generalizados muchas veces irreversibles y produce una degradación institucional y social del área afectada.

“Ante la inacción del actual gobierno porteño la zona se empieza a devaluar y ahí es cuando aparece la pata privada del negocio. Hay que recordar que La Boca está declarada en estado de emergencia ambiental y urbanística. La ley 2240 sancionada en 2006 bajo el gobierno de Aníbal Ibarra dice que El Estado de la Ciudad de Buenos Aires asume esa situación de extrema gravedad para el barrio. Y como el macrismo en todos estos años no la derogó ni la modificó se supone que sigue en vigencia. Por eso nuestro reclamo” aseguró Natalia Quinto de LBRyP.

El jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta por su parte, sostiene  que se está llevando adelante un emprendimiento de carácter público privado para esta parte del sur de CABA.  Este proceso está destinado para seducir a un segmento social que se conoce como clase creativa.  Un nuevo actor integrado por jóvenes profesionales artistas audiovisuales, escultores, etc. Para favorecer la llegada de esta nueva población el gobierno porteño llevó a cabo una modificación del código de planeamiento urbano con líneas de créditos de cierta flexibilidad, más seguridad, iluminación y la estimulación y dotación de una gran cantidad de negocios gastronómicos.

En ese sentido, Quinto aporta más datos al respecto. “Para La Boca este proyecto inmobiliario incluye la sanción en 2012 de La Ley 4353 de creación del Distrito de las Artes que incluye Avenida Regimiento de Patricios, Rio Cuarto, Azara, Avenida Martin García, Tacuarí, Avenida San Juan, Avenida Ingeniero Huergo, Avenida Elvira Rawson de Dellepiane, parcelas de la Dársena Sur, ambas márgenes y la ribera norte del Riachuelo. Son 429 hectáreas en los barrios de La Boca, San Telmo y Barracas. Además sabemos que quienes están detrás del negocio inmobiliario del emprendimiento Molina Ciudad y de las torres nuevas que está construyendo Boca por ejemplo. Otro actor importante de estos negociados. Son el Estudio Frigerio que lleva adelante las escrituras de los fideicomisos. Y el grupo de arquitectos Dujovne Hirsch & Asociados encargados de los diseños. Entonces, estos nuevas obras que se están llevando a cabo al amparo de la ley 4353 está más que claro que no son para los vecinos de la zona. ¿Quién de nosotros va  ir a vivir a esos lugares?”, agregó.

El precio del suelo y los desalojos

Este intento de modernizar  el casco urbano que propone el gobierno porteño apunta de modo selectivo y con mecanismos coercitivos a determinados grupos sociales de un territorio. En el caso de La Boca es la incapacidad de poder afrontar por parte de los vecinos los fuertes aumentos de los impuestos y los alquileres formales e informales.

Por otra parte, el valor del suelo expresado en dólares pasó en esta parte de la ciudad de u$s 550 el m2 en 2005 a u$s 1440 en 2014. Lo que significa un incremento del 162 % en un período de 10 años según datos del Ministerio Público de la Defensa de CABA.

De esta forma, el mercado sumado a la ausencia de políticas por parte del estado, se combinan para que el drama de los desalojos sea cada vez más frecuentes. Así, las familias que quedan en la calle verán vulnerados todos sus derechos a partir de ese momento. Se rompen los lazos fundamentales familiares y de vecindad. Lo cotidiano se desorganiza corriendo serio peligro para sus pertenencias y sus propias vidas.

Si bien a simple vista la acción de un desalojo puede parecer un accionar privado y un hecho aislado en La Boca se ha generado un fenómeno que se repite estimulado por el mercado. Se pudo establecer que en solo un año y medio hubo cerca de 200 procesos de este tipo como parte de este fenómeno. Con el consecuente impacto que trae sobre los derechos de los habitantes de esos lugares.

Durante años la población total de La Boca ha variado. Iniciando un periodo de descenso demográfico  a partir de 1947. Siendo su punto máximo en 1914 con 76 mil habitantes. Desde dicho año hasta el 2001 perdió más del 40 % de sus pobladores. Y recién en el 2010 se ve una recuperación según el censo nacional.

Los datos que surgen de las estadísticas del GCBA  (Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires) y del ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social) nos permiten entender que por diversos motivos el patrón de desarrollo urbano del barrio situado en La Comuna 4 genera desplazamientos de la población que lo habita. Así como también la vulneración de los derechos humanos de sus habitantes.

Quinto aporta más información diciendo “Desde la organización LBRyP conformamos una mesa de trabajo que incluye El Distrito de las Artes, el Instituto Nacional de la Vivienda (IVC), El Ministerio de Desarrollo Económico, El Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, Los Ministerios Públicos de Defensa de La Ciudad y de La Nación y La Defensoría del Pueblo. Con ellos, intentamos llegar a un acuerdo para tratar de mitigar el daño que hace el proceso de gentrificación para nuestra gente. Como así también el de impedir y socorrer a las personas afectadas por incendios y desalojos. Lamentablemente, estamos viendo que La Boca está dejando de ser lo que históricamente fue. Un barrio para las familias” concluyó.