Quilmes: robo y amenazas a una iglesia protestante con importante labor social

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Quilmes: robo y amenazas a una iglesia protestante con importante labor social

30 Mayo 2021

Por Paula Viafora

Las madrugadas del sábado 23 y domingo 24 de mayo, la Iglesia Reformada Argentina de Quilmes (en Ezpeleta Oeste) sufrió una intrusión con fines de robo y vandalismo. Se trata de una comunidad que integra la Pastoral Social Evangélica en la zona sur del conurbano bonaerense. Estas acciones generaron muchas roturas innecesarias además de lo que en ambos hechos lograron sustraer. Llamó la atención la saña y violencia extrema, ya que dañaron rejas, puertas, ventanas, generando mucha rotura y llevándose elementos que tienen que ver con la tarea solidaria que allí se desarrolla y que no tienen ningún tipo de valor más allá del didáctico.

Mucho mayor indignación causó el hecho que ese mismo lunes, personas desconocidas (y relacionadas con el robo) dejaron en la puerta de las instalaciones una bala, en un claro gesto amenazante, propio de sectores violentos de la sociedad.

Una iglesia que desde sus mismos orígenes se ha caracterizado por su faceta diacónica como parte de su misión integral al barrio en el cual Dios la sembró”, dice la carta de la Junta Directiva de las Iglesias Reformadas en Argentina que repudió el hecho. “Desde la Pastoral Social Evangélica queremos expresar nuestra solidaridad con la comunidad que ha sido víctima de estos hechos y nuestro repudio a toda forma de violencia y de amenazas a la integridad de quienes acompañan pastoralmente las actividades que allí se desarrollan y de las instalaciones de servicio y testimonio", describieron. 

Desde la Junta Directiva se iniciaron gestiones con el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos-MEDH- y con autoridades municipales para solicitar no solo el esclarecimiento de los hechos sino la protección de la vida de las personas que la habitan y la preservación del espacio dedicado al culto y a la amplia tarea diacónica que allí se desarrolla. La respuesta del MEDH no se hizo esperar: “Al saber de estos hechos de violencia y odio, no salimos de nuestro asombro al comprobar que no solo es un atentado a una comunidad religiosa hermana en particular, sino contra toda la familia cristiana y la convivencia pacífica en el marco de nuestra libertad religiosa en democracia”.

No es el primer hecho de agresión que sufre esta comunidad. El pasado 24 de marzo, en el marco de una actividad conmemorativa del Golpe cívico-militar, que consistía en pintar los característicos pañuelos en una pared, quienes lo hacían recibieron insultos de algunos vecinos y durante la noche, las imágenes fueron tapadas.

Algunos integrantes de la Iglesia sostienen que la violencia social va aumentando y estas  acciones son un termómetro. Encuentran una coincidencia temporal llamativa con los hechos de Bahía Blanca (ataque con explosivo a un local de La Campora). Además, la publicación de esa noticia en los medios de Quilmes recibió comentarios alarmantes, que lejos de condenar, avalan y felicitan a los agresores. Son señales preocupantes sobre todo en barrios populares en los que se trabaja denodadamente dia a dia para satisfacer las necesidades básicas de los más humildes.