José Miguel Mulet: “Greenpeace no busca cuidar el planeta, busca publicidad, tener más socios que paguen la cuota”

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    Entrevista a José Miguel Mulet, divulgador científico español

José Miguel Mulet: “Greenpeace no busca cuidar el planeta, busca publicidad, tener más socios que paguen la cuota”

16 Julio 2021

Por Enrique de la Calle

AGENCIA PACO URONDO dialogó con el español José Miguel Mulet, especialista en biotecnología (Universidad de Valencia, España) y divulgador científico. Es autor de libros muy vendidos como ¿Qué es comer sano?, Transgénicos sin miedo, ¿Qué es la vida saludable?, o el último, Ecologismo real. Con mucha participación en redes sociales, Mulet también interviene en el debate sobre desarrollo y cuidado ambiental: "Si la propuesta es cerrar nucleares no va a resolver nada. Si la propuesta es prohibir transgénicos, cuando consiguen hacer producción alimentaria con menos huella de carbono, tampoco se va a resolver nada", aseguró. Y se distancia del ecologismo que llama "ideológico": "No tienen base científica". 

Agencia Paco Urondo: Su último libro se llama Ecologismo real, donde debate con otras propuestas ecologistas a las que considera “no reales”. ¿Por qué ese nombre?

José Miguel Mulet: Una propuesta ecologista que no tenga base científica no tiene sentido. Por ejemplo, si se dice voy a hacer  agricultura sin utilizar ningún producto químico o ningún aditivo. Vale, puedes intentarlo pero cuando haya una plaga por mucho que se crea en la Pachamama no se va a tener cosecha. Y la agricultura es lo que nos da de comer a todos. Se puede decir voy a cerrar todas las plantas nucleares porque con la solar y las renovables me alcanza. Pero curiosamente Alemania ha cerrado todas las nucleares y lo que está haciendo es quemando más carbón y más gas. Por lo tanto, no ha sido mejor para el medioambiente sino peor. Lo que hay que tener en cuenta es que el cuidado del planeta y del medioambiente es un tema científico. Entonces, las propuestas tienen que tener base científica. Si no tienen base científica, si solamente buscan la imagen o la afinidad ideológica, no se puede decir que es un ecologismo real. Es un ecologismo ideológico pero que no va a solucionar ningún problema.

APU: ¿Por qué cree que hay un auge de ese “ecologismo ideológico”?

J.M.M.: Porque es un mensaje muy fácil, muy vendible, que da buena imagen. Es un mensaje que muchos políticos y mucha gente famosa ha comprado porque piensa que eso le va a mejorar su imagen pública.

APU: Con algo en lo que sí debe coincidir con lo planteado por ese ecologismo tiene que ver con la grave situación ambiental actual. ¿Cuán grave es?

J.M.M.: Tenemos un problema muy acuciante, el cambio climático es un hecho. No cambio climático, no me gusta utilizar ese término, sino el calentamiento global. Y es de origen humano. Entonces, el problema es serio y está ahí. Hay que hacer todo lo posible por ponerle frente, o por lo menos, adaptarnos. Hay que tratar de evitar que las consecuencias vayan a más. El problema en ningún momento lo esquivo o lo ignoro. Lo que propongo son soluciones prácticas.

APU: Usted pone el énfasis en el calentamiento global y no en el cambio climático porque quiere identificar cuáles son los actores que son responsables. ¿Hay conciencia a nivel mundial de ese calentamiento global? ¿Cree que los acuerdos internacionales que se están tomando van en camino de resolverlo?

J.M.M.: Algunos sí y algunos no. Si la propuesta es cerrar nucleares no va a resolver nada. Si la propuesta es prohibir transgénicos, cuando consiguen hacer producción alimentaria con menos huella de carbono, tampoco se va a resolver nada. Si la propuesta es consumir orgánico, cuando tienen una huella de carbono y una huella hídrica disparada, no se va a conseguir nada. Si la propuesta es venta de reciclaje y hacer más eficiente el consumo de materiales, pues ahí sí que se pueden conseguir cosas.

A.P.U.: Se podría explayar sobre esa distinción que marcó sobre los transgénicos y los orgánicos. ¿Los orgánicos tienen una huella de carbono superior a los transgénicos?

J.M.M.: Es muy fácil, sólo hay que ver el precio. Si realmente es más eficiente lo orgánico: ¿Por qué es más caro? ¿Por qué tienes que compensar tú con tu plata las pérdidas del agricultor? El precio representa que la producción no sea eficiente, esto quiere decir que has sacado un tractor las mismas veces, pero has cosechado la mitad de comida. O que has utilizado la misma agua para conseguir la mitad de comida, porque como no tienes fitosanitarios eficientes, la plaga se ha comido la mitad de la cosecha. Que es lo que pasa con la producción orgánica. Entonces, si se planta un transgénico que permite hacer siembra directa, no hay que hacer el laboreo previo. No se tienen que utilizar los herbicidas antes. O si se planta un transgénico que es resistente a insectos, vas a ahorrar en insecticidas y eso es un beneficio para el medio ambiente.

APU: Puede explicar brevemente a qué se refiere con huella de carbono.

J.M.M.: La unidad de carbono es un parámetro que mide las emisiones de CO2 que tiene un producto desde que se fabrica hasta que se recicla. Y la huella hídrica, es lo mismo pero con el agua.

APU: Lo llevo a un tema que trabaja en el libro: ¿La energía nuclear es más limpia que otras energías?

J.M.M.: Como cualquier sistema energético tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Cosas malas: la elevadísima inversión que requiere una central nuclear, es una inversión salvaje. Todos los medios de seguridad y control que hay que tener. Cosas buenas, se produce mucha energía en poco espacio porque si se compara la potencia que suministra una central nuclear y se lo traslada a energía eólica o a placas solares, se necesita cubrir media pampa. Y otra cosa buena, se puede ajustar la producción a demanda. Es decir, si se necesita más energía, se puede aumentar la potencia. Si se necesita menos energía, se puede disminuir. ¿Qué problema se tiene cuando se utilizan renovables? Que por la noche, no hay energía. El viento no sopla cuando queremos. De hecho, la propuesta del mix energético más ecológico sería tener toda la potencia posible de renovables pero una salvaguarda en la nuclear porque esa sería la forma de descarbonizar. Porque a día de hoy en el mundo, el 80% de la energía viene de quemar carbón, gas o petróleo. Ese es el problema. Entonces, la energía nuclear es una alternativa para descarbonizar la energía mientras llegan otras formas de energía, que posiblemente sean más eficientes, como la fusión nuclear.

APU: Siempre que se discute de energía nuclear, por la cuestión de la seguridad, aparecen los casos de Chernobyl y Fukushima. Usted en otra entrevista decía que ninguno de los dos casos se vincula estrictamente con la energía nuclear. ¿Es así?

J.M.M.: En Fukushima el problema fue un terremoto. Los terremotos no son predecibles. Sí que hay zonas sísmicas, con más riesgo y tal. Y a pesar del terremoto y de todos los problemas, no hubo ninguna víctima directa por la radiación. Y en Chernobyl el problema, que eso se ha visto hasta en una serie de televisión, es que era un reactor soviético antiguo diseñado para armamento nuclear pero no para una central energética. Se aprovechaba para energía pero el principal objetivo de ese reactor era obtener plutonio para las bombas nucleares. Es decir, no tiene nada que ver con los reactores nucleares. Hemos tenido dos accidentes graves, en Fukushima no hay ninguna víctima directa, y en Chernobyl las cifras varían muchísimo pero podemos asumir unas 70, que es una desgracia. ¿Durante este tiempo cuántas víctimas ha habido por energías renovables?

APU: Con represas hidroeléctricas, no?

J.M.M.: No sé cuántos accidentes habéis tenido en Argentina pero en España he calculado en el siglo XX más de mil muertos por represas que se rompieron. Se han roto varias.

APU: Decía usted antes que Alemania prohibió en los últimos años la energía nuclear. ¿Por qué llega a una decisión que va tan a contrapelo del objetivo que se busca como es descarbonizar?

J.M.M.: Porque básicamente no toman las decisiones con asesoramiento científico sino por cuestiones ideológicas o de imagen. Curiosamente Alemania tiene al lado a Francia, que es la principal potencia nuclear europea. Francia está exportando energía eléctrica. Además, si explotara una central nuclear en Francia no creo que Alemania hubiera ganado nada por perder las suyas...

APU: Lo contraproducente del discurso del “ecologismo irreal” es que es poco eficiente en relación a los propios objetivos que se plantean.

J.M.M.: El problema es que los que están dictando los objetivos, muchas veces, son organizaciones ecologistas. Organizaciones que se han convertido en multinacionales. Y multinacionales con estructuras muy grandes y muy caras de mantener. Esto implica que la mayoría de sus recursos están orientados principalmente al propio mantenimiento. Entonces, cuando organizan una campaña no están buscando el máximo beneficio para el medioambiente. Están buscando la máxima difusión, el máximo impacto, para que más gente se dé de alta y pague la cuota.

APU: Una organización prototípica es Greenpeace. ¿Qué puede decirnos de esa organización?

J.M.M.: Greenpeace es una multinacional que tiene su propia agenda. Hay una cosa muy curiosa que es comparar las páginas web de Greenpeace en cada país. Y uno ve que la solución del planeta en cada país es diferente. Por ejemplo, los transgénicos han dejado de ser un objetivo prioritario en Estados Unidos, desde hace diez años, y en España, desde hace dos. Estoy convencido que Greenpeace Argentina sigue hablando de transgénicos. Pareciera que cada país tiene un medioambiente diferente. Sus campañas no buscan realmente la protección del planeta. Buscan publicidad. De hecho hay un ejemplo muy bueno: cuando hacen estas campañas tan vistosas de gente que escala, que se tira en paracaídas, no son socios de Greenpeace voluntarios, son gente contratada para hacer eso por Greenpeace, profesionales.

APU: Usted tiene varios libros y una lógica de intervención pública de divulgación en estos temas. ¿Ve que la batalla cultural está siendo perdida por el ecologismo real?

J.M.M.: El tema es que los científicos estamos siempre muy ocupados. Y el espacio comunicativo lo ha tomado gente que lo que dice no es cierto o no tiene ninguna evidencia científica detrás. Entonces, con mis libros intento simplemente ver cuál es la evidencia científica de los temas que creo que le interesan al lector, que le podrían interesar a cualquier persona.