Horacio Bustingorry: “El peronismo se debe una discusión sobre el modelo de país que se pretende"

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EL LEGADO DE LA CAUSA NACIONAL

Horacio Bustingorry: “El peronismo se debe una discusión sobre el modelo de país que se pretende"

28 Noviembre 2023

Este noviembre se cumplieron 51 años del regreso del general Juan Domingo Perón a la Argentina después de casi 18 años de proscripción y exilio. El historiador Horacio Bustingorry dialogó sobre los sucesos históricos y los debates del peronismo en la actualidad.

AGENCIA PACO URONDO: ¿Qué implico el retorno de Perón a la Argentina?

Horacio Bustingorry: En primer lugar, el retorno de Perón simbolizó una gran reparación histórica. Había tenido que exiliarse del país en 1955, después de ser derrocado su gobierno. A partir de allí fue perseguido, injuriado y proscripto. Su retorno fue un puntapié inicial para reparar esa injusticia. Por otro lado el hecho sobresaliente fue que el pueblo pudo tener a su líder nuevamente en el país y de esa manera borrar la afrenta del exilio del líder. El retorno definitivo fue el 20 de junio de 1973 en Ezeiza, pero ese hecho ha pasado a la posteridad como la Masacre de Ezeiza.

Por ese hecho se trató de perder de vista el suceso y la alegría que significaba para el pueblo el retorno de Perón. Lamentablemente ha primado el carácter trágico que se colocó sobre el hecho. Pero tanto el 17 de noviembre como el 20 de junio pertenecen en el imaginario a ese proceso de recuperación histórica del pueblo argentino.

Un tercer elemento, que no es igual a los anteriores pero va necesariamente de la mano es que el retorno de Perón significo el fin de la proscripción del peronismo. Fue mejor dicho un hito dentro de ese proceso. A partir de ese hecho la mayor cantidad del pueblo pudo elegir finalmente al candidato de su preferencia. Después existen otras interpretaciones, algunas elaboradas por la izquierda, donde entienden que Perón con su regreso intenta frenar los procesos de radicalización política y amenaza revolucionaria al sistema capitalista u otras interpretaciones incluso muy en boga en la actualidad que ven al líder como un pacificador nacional ante el riesgo de guerra civil. Estas interpretaciones tienen cuestiones atendibles que uno las puede tomar de manera parcial pero mirando el proceso de conjunto resultan ser subsidiarias de la cuestión principal, y acá viene un último significado que es quizás el más importante o tan importante que es que el retorno de Perón implico el intento de llevar a cabo un proyecto de liberación nacional que reeditaba bajo otras condiciones los logros y los planes que se habían desarrollado durante sus dos primeros gobiernos.

APU: ¿Cuál era el proyecto político que pensaba desarrollar Perón en su retorno?

H.B.: El proyecto era desarrollar un conjunto de reformas estructurales que no dejaba área por tocar. Desde la actividad económica, el área laboral, el rol del Estado, la salud, la educación. Todos los aspectos relacionados al desarrollo del país. Para llevarlo a cabo era necesario un conjunto de firmas sectoriales, de la cual la más importante fue la llamada Acta de compromiso Nacional, que se la conoce como el Pacto social. Por otro lado se impulsa un conjunto de leyes que fueron debatidas en el parlamento con mucha dedicación. Que llevo un periodo prolongado de análisis y modificaciones. En ese debate sectores de la oposición hicieron primar su mirada y se produjeron modificaciones en los artículos propuestos. Entre este conjunto de leyes podemos mencionar “el proyecto de inversiones extranjeras”, “la ley agraria”, la “ley de nacionalización de depósitos bancarios”, la creación de corporaciones de empresas nacionales y un conjunto de reformas más. Muchas de ellas explicadas en profundidad en lo que se denominó como el Plan Trienal ,que fue sancionado en diciembre de 1973 y que estamos a punto de cumplir 50 años de su lanzamiento.

APU: ¿Qué mirada tenia Perón sobre las disputas internas que encontró?

H.B.: Sobre este punto es necesario tener en cuenta dos cuestiones. Por un lado Perón regreso al país con una mirada más parlamentaria, producto de su experiencia en Europa. Bajo esta concepción intento que las reformas emprendidas fueran logradas por consenso con los partidos opositores. Entre ellos al segundo partido más importante del país, la Unión Cívica Radical. Todo esto en función del proyecto de Perón que era uno de Liberación. El otro punto era la enorme conflictividad social y si bien creyó que iba a tener un control bastante acabado de la situación. Había toda una serie de cuestionamientos muy radicalizados al orden establecido y que se explicaban para Perón a partir de todas las injusticias que habían debido pasar desde su derrocamiento y proscripción. Yo considero que él pensaba que podría contener toda aquella efervescencia con su sola presencia y su figura. Allí aparece un aspecto problemático porque si bien la mayoría quería que regresara y fuera presidente de la Nación, muchos de los reclamos y aspiraciones iban más allá de lo que el proyecto de Perón encarnaba. Talvez Perón minimizaba lo que implicaba controlar aquella efervescencia que se estaba desarrollando en buena parte del pueblo. Es allí donde aparecen algunos aspectos duros donde intenta controlar esa radicalidad por parte del gobierno donde pone el foco la izquierda y que existieron aspectos de esa índole, pero no fueron lo central de su proyecto.

APU: ¿Qué deberíamos retomar de aquel proyecto de liberación nacional planteado por Perón del 1973?

H.B.: Aquí distinguiría lo que fue el aspecto más general del proyecto de lo que fueron los aspectos más puntuales. En términos generales la clave fue un Estado planifico y oriento el rumbo a seguir. Lo cual no implico un Estado empresario, pero sí que el proyecto no solo estuviera librado solo a las necesidades del capital, sino que este estuviera subordinado a las necesidades sociales. Esto es necesario enfatizarlo porque la participación y centralidad del rol del Estado en esa planificación no tiene parangón en todo lo realizado posteriormente en nuestro país. Ni siquiera en los mejores momentos del kirchnerismo. Si se puede hacer un diagnóstico de todo lo realizado en estos 40 años de democracia es que el Estado ha carecido de la mínima fortaleza como para fijar las prioridades en cuanto al modelo productivo de desarrollo y redistribución de áreas económicas que queremos seguir. Ha habido proyectos con mayor grado de distribución, proyectos más de ajuste, algunos con más soberanía y otros con menos pero ninguno tuvo esa capacidad que sí estuvo planteada en el tercer peronismo del 73.

Después hay ciertas políticas puntuales que se pueden repetir como la ley de abastecimiento que bajo el gobierno de Cristina se recuperó, aunque de manera más moderada. Después otras políticas como las desarrolladas en materia agropecuaria están desfasadas de la actualidad, más allá que se pueda reivindicar su espíritu. Las políticas concretas de aquel proyecto de 1973 estaban pensadas para una matriz agropecuaria que no es la actual vigente. Por otra parte, algunas leyes más generales sería necesario traerlas nuevamente al presente. Pienso por ejemplo en el Artículo 32 de la Ley de contrato de trabajo que regulaba todo lo que atañe a la tercerización laboral y que establecía que por más que uno trabajase para una empresa que no fuese la principal si realizaba las actividades de la empresa le cabía el convenio de la empresa contratante. Más allá de las cuestiones generales el tercer peronismo a diferencia de los dos primeros gobiernos y remarcando las diferencias con el periodo actual, intentó solucionar cuestiones que están más vigentes que en ese entonces como es el problema de la precarización laboral o el excesivo rol de las empresas transnacionales que en los 70 se intentó solucionar mediante la Ley de Inversiones Extranjeras. En síntesis, estamos muy lejos de lo que significo ese proyecto y dentro del peronismo y el pueblo en general nos debemos una enorme discusión sobre qué modelo de país a seguir pretendemos.